Capítulo 4: Desnuda

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¿De qué estás hablando?

Es una maldita farsa, Rey. Todo es un puto juego para ellos. Somos nietos de Darth Vader y no tenían el valor de decirnoslo por miedo. ¡Nos temen! ¡Temen de nuestro poder!

—Ben, para. Debe haber una buena razón para que nuestros padres no lo dijeran. Tienes que confiar.

—No confío en nadie. Sólo en ti.

Hazlo por mí. Por favor, Ben.

—Bien... pero si esto empeora, no podremos seguir ocultándolo. Rey... no podemos parar las pesadillas y lo sabes.

—Lo sé.

.

.

Resulta curioso para ella extrañar la inquietud que el raro vínculo le producía. Es como si algo importante se le escapara de entre las manos y su álter ego adrenalítico, torpe y prístino le rogara por un poco de acción del bajo mundo. Quizá por eso está volando directo a Gasgar; el planeta mineral que abastece de materia prima a los mecánicos y chatarreros más intrépidos de la galaxia. Rose establece las coordenadas exactas en el tabulador del Eravana, guardando silencio en todo momento. Desde que Rey había tenido su encuentro con la fuerza, la chica de mejillas gorditas ha estado evitándola, como si quisiera darse un tiempo para las dos o algo así. La castaña conoce perfectamente que se siente confundida y por eso la ha dejado en paz. Sabe que cuando la incertidumbre se la coma desde dentro, se unirá a ella y hablarán.

Teme que se haya vuelto loca ¿Cómo diablos ha llegado al punto de querer volver ver a Kylo Ren?  Pero quiere convencerse de que es normal sentir curiosidad y que sólo busca las respuestas de su pasado y alguna revelación que el muy imbécil, bestial y ridículamente atractivo de su hermano mayor le confiere. No obstante, pasan los días y Ren no vuelve aparecer, comenzando a sembrar una espina de preocupación que nunca antes había sido común en Rey. Tiene que volver a plantearse los acontecimientos recién ocurridos. Sabe un par de cosas que son seguras; La primera es que proviene de un linaje problemático, un clan con un pasado tormentoso que terminó por provocar la deserción de su hijo pródigo. La segunda, es que ella debió haber hecho algo tan malo como para provocar ese odio desmedido en el individuo que se hacía llamar Kylo Ren. Son datos que quizá sean obvios, pero que significan mucho para ella. Antes de su despertar en la fuerza jamás habría imaginado que sus orígenes se remontaran más allá que el de una simple carroñera.

Luego estaba Finn, su mejor amigo. Quien le había ocultado la verdad por un motivo desconocido y que probablemente tenía más significado que sus propias conjeturaciones. Porque el muy imbécil de Finn don nadie, sabía más del tormento que la propia Rey y él podría ser clave para la despavilación de su amnesia.
Tristemente, también tenía miedo y era normal joder, después de todo nunca había imaginado que su existencia tuviera tanto peso en la galaxia, cuando durante seis años se convenció de que su único propósito y futuro era morir de inanición en algún carguero contrabandista.

Por eso volvió a suspirar mientras el planeta de Gasgar aparece frente a sus ojos. Tiene el toque oscuro que tanto le gusta y esa particular tranquilidad de un sistema libre y soberano del mandato de la primera orden. Muchos de los criminales más buscados utilizan los colindes del sistema para ocultarse, tienen buen abastecimiento y al mismo tiempo que se ocultan entre los trechos espaciales. Rey cree que si continúa perdiéndose en sus pensamientos de esa forma, terminará con un disparo en medio de las cejas.

𝐄𝐑𝐀𝐕𝐀𝐍𝐀 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora