Capítulo 22. Desde el infierno.

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Souta permanecía ligeramente apartado, mirando toda aquella bienvenida en silencio y con la mirada seria...

La verdad era que no sabía cómo sentirse ahora...
Estaba asombrado, por supuesto y desde luego que se alegraba de ver a todos tan aliviados y contento tos con el retorno sano y Salvo de sus primos; pero aún así, algo le pesaba en el pecho y el sentimiento de pérdida no lo dejaba...
Aún se sentía culpable... Aún sentía las pérdidas que habían sufrido como un gélido aliento en su nuca y el ver regresar al perdido príncipe, solo le hizo desear que, ojalá y todos aquellos que perecieron aquel terrible día, tuviesen la misma oportunidad...

------- Souta.... ------- Le habló pues Yûdai sacándolo de su pensar y una vez regresó a Kimura su pequeño hijo.

-------- Hola, psicópata. ------ Correspondió el joven peliblanco forzando una sonrisa y actuando como si nunca nada hubiese sucedido... ------- Qué tal el retiro??

-------- Honestamente, no lo recomendaría. ------ Bromeó Yûdai también, acercándose más a su primo, quedando ambos frente a frente entonces ------ Cómo estás?? Estás bien??

El joven Souta suspiró pesadamente y se encogió ligeramente de hombros...

-------- Pues... Qué puedo decirte? Aquí estoy al fin y al cabo.

Yûdai Taisho notaba perfectamente la aflicción y la pesadez de las palabras de su primo...
Sabía perfectamente que se sentía culpable, así como confundido, al mismo tiempo que eufórico y por si fuese poco, molesto...
Yûdai veía eso tan claramente como sabía que era demasiado para Souta, siendo él un muchacho práctico, bastante básico y un tanto bordo, igual que su padre.
Por tanto, tantos sentimientos y pensamientos juntos en su cabeza y su corazón lo ahogaban y lo asfixiaban y la única manera que encontraba de lidiar con ello, era guardándoselo para sí mismo y actuar con el desinterés y la inmadurez que lo caracterizaban...

------ Souta, yo...------ Quiso disculparse el joven heredero.
Quería que su primo supiera que en verdad lamentaba mucho todo. No solo su ausencia, sino todo lo que aconteció antes de ésta y que sabía muy bien, atormentaba a Souta cada día desde entonces.

------- No digas nada. ------ Interrumpió el joven de ojos pardos. ----- No es necesario. Ya lo sé. Ya no importa. Estamos bien, de acuerdo??

No tan convencido pero sin querer presionar a su primo y amigo, Yûdai asintió ligeramente y eso fue todo.

------- Qué es lo que tiene mi hermana?? ------ Preguntaba Izayoi con desconcierto, mirando el cuerpo inherte de su hermana sobre el lomo de la bestia Ah-Un.

-------- Tranquila, corazón, va a estar bien... ------ Consolaba Kagome aunque también algo afligida y sin poder esconder su angustia. -------- Llevémosla a casa, sí??

-------- Hay que buscar a Halin. ------- Señaló Inuyasha.

Yûdai se tensó ligeramente, pero aún así, sus ansias le permitieron responder:

-------- Iré yo. Yo voy a buscarla.

--------- Cariño...------ habló Rin. ------- A la pobre le va a dar un infarto si te ve aparecer así nada más. Mejor iré yo por ella y la llevaré a...

-------- Déjalo ir, madre....------ Pidió Aiko con benevolencia. -------- Deja que vaya a verla.

-------- Pero... ------ Insistía la mujer castaña con preocupación. ------ Verlo de nuevo podría ser un impacto muy grande...

------ Rin... ------ La llamó Sesshomaru con tranquilidad, buscando calmarla cariñosamente. -------- Tranquila. Es una chica fuerte. ------- Rin miró a los ojos a su compañero y supo que tenía razón, así que asintió ligeramente antes de que el mismo Sesshomaru pasara a mirar a su hijo mayor: -------- Ve, Yûdai. Tienes algo muy importante que debes hacer.

 HEREDEROS II:  La princesa del Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora