Capítulo 23. La Paz de Yûdai. (Parte 2).

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Una vez el yokai herido se marchó, no sin antes dedicar una mirada fuera al joven heredero Taisho, Yûdai suspiró profundamente, disponiéndose a tranquilizarse.
Sus garras y colmillos volvieron a la normalidad, sacudió la mano con la que había herido el rostro de Akara y retiró así el exceso de sangre que llevaba encima.

Fue entonces que pasó a mirar detrás de sí mismo y justo ahí, con la espalda recargada contra un árbol como si evitara desmayarse, se encontró con la mirada atónita de su hermano menor...

------- Aki... ------- Lo llamó con calma y suavidad...

-------- He... hermano...? ------- Temblaba el joven peliblanco...

------- Dioses... ----- Sonrió Yûdai sin poder evitarlo. ------- Cómo has crecido...

------- E... Enserio eres tú?? ------- Duraba aún el más joven Taisho.

--------- Si... Si Akihiko, soy yo...

------- N..no... No, no puede ser... Tú... Tú estás...

-------- Aki... ------- Yûdai intentó acercarse dando un paso hacia adelante, pero su joven e incrédulo hermano pareció asustarse y ponerse alerta, levantando la espada que llevaba para apuntarla al mayor. ------- Tranquilo... Calma. ------- Consolaba el mayor de los hermanos. ------ Soy yo... Aiko y yo acabamos de volver. Ella fué por mí...

------- P...pe...pero... cómo??

-------- Créeme. Yo tampoco estoy del todo seguro. Pero así fue, Akihiko. Soy yo. ------ No pudo contener una espontánea sonrisa... ------ No sabes lo feliz que estoy de verte. Pensé que... Que jamás te tendría enfrente otra vez...

El más joven heredero observó detenidamente a quien tenía en frente y no tardó mucho en darse cuenta de que, en efecto, ese era su hermano.
La espada que llevaba vibró de nueva cuenta con mucha más fuerza y entonces, no le cupo duda...

------- Dioses... He... Hermano!!!

El muchacho peliblanco saltó pues entonces a los brazos del renacido que frente a él estaba, siendo bien correspondido de inmediato, lo que le dió la confianza de quedarse ahí y dejar de lado las formalidades que tiempo atrás ya había tomado para con él...

------- Cielos... No lo puedo creer... ------- Expresaba el joven Aki, separándose de su hermano mayor para mirarlo a los ojos mientras secaba un par de lágrimas que se le ha Ian escapado... --------Aiko tenía razón entonces!!! Estás vivo!!

--------- Hay que admitir que Aiko raramente se equivoca, no crees?? ----- Río ligeramente Yûdai.

-------- Pues gracias al cielo que así fué!! Volviste!!

Lo abrazó una vez más con inmenso entusiasmo y un poco de profunda necesidad, como si quisiera estar bien seguro de que no era un sueño y que no iba a despertar en algún momento, solo en su lecho en una realidad distinta...

Se separaron pues de nuevo y el más joven tomó la empuñadura de la espada que cargaba...

------- Tu espada... Te estuvo llamando, hermano. ------- Informó el más joven hermano, alzando la reluciente arma y extendiéndosela a su predecesor.

-------- Si... La pude sentir. ------- Afirmó Yûdai tomando la espada que le entregaba su hermano. --------- Veo que la cuidaste muy bien.

-------- Lo hice!! Gracias por confiármela, hermano.... Me fué muy útil.

-------- Ya veo... -------- Yûdai ató su espada entonces a su propia cintura y volvió a mirar fijamente a su hermano menor. -------- Le pediré a Totosai una para tí, de acuerdo?? Y practicaré contigo siempre que quieras. -------- El rostro del más joven se iluminó completamente y auna amplia sonrisa se dibujó en su rostro a manera de agradecimiento.--------- Enserio te agradezco muchísimo que mantuvieras tu promesa, Akihiko. Tu palabra vale tu peso en oro, lo puedo asegurar. ------- Akihiko parecía haberse quedado sin palabras, solo apretó los labios y miró a su hermano mayor con inmensa gratitud antes de asentir ligeramente. ------- Aiko también me dijo que cuidaste muy bien a Halin.

 HEREDEROS II:  La princesa del Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora