La noche llegó bastante rápido y aquellos que serían participes en la intervención para la joven Naom se preparaban a su modo.En el caso de la joven Halin, ésta se encontraba en su cabaña, dentro de su habitación a penas iluminada por unas velas, sentada en su futón mientras amamantaba y cantaba una canción de cuna a su recién nacida hija en compañía de nadie menos que de su recién llegado compañero y esposo...
------- Muy bien, mi cielo... ------- Sonrió la joven madre con dulzura cuando su bebé soltó al fin su seno, pasando a darle golpecitos en la espalda para ayudarla a sacar su aire... -------- Buena niña... Buena niña...
-------- Yo puedo hacer eso sí quieres, Halin... ------- Se ofreció Yûdai extendiendo sus brazos para que su joven esposa le cediera a su hija...
------- Yûdai, ya le cambiaste todos los pañales desde que llegaste...
-------- Y eso qué? Aún así tú has hecho mucho más que yo en éstos meses...
Halin estuvo a punto de seguir oponiéndose, pero la verdad era que veía en los ojos de su mando, su inmensa desesperación y ansias por compensar todo aquel tiempo que estuvo ausente y, quién era ella para quitarle eso?
De alguna manera él tenía razón: ella había llevado a esa niña en su interior por todos esos meses, la había sentido, la había conocido perfectamente. Le había dado a luz y por casi siete días completos la había tenido solo para ella...
Pensó que era justo cederle el turno a su hasta ahora ausente compañero, quien parecía añorar más que otra cosa involucrarse de lleno con la recién nacida...-------- Está bien... ------ Aceptó pues la joven dulcemente, pasando a poner a la pequeña en brazos de su joven padre.
El joven príncipe comenzó entonces a mecer suavemente a la criatura, mientras le daba palmaditas también de la misma forma en que Halin lo estaba haciendo...
------- Yûdai... ----- le habló la joven a su compañero, quien le atendió con la mirada... -------- Te sientes bien? ------ preguntó ella, acariciando suavemente su rostro con su frágil mano...
-------- Sí... ------ Respondió él pero bajando la mirada... Mentía.
-------- No me mientas...------ Le pidió su compañera. -------- Debes estar exhausto... Aiko me contó que te encontró en la forma de yako... Y que donde estabas no había... Nada. No comida, ni agua...ni sol, ni luna...------- Yûdai no respondía de ninguna forma. Solamente miraba a su hija en sus brazos. -------- Mi señor... ------- Le habló compasiva y amorosamente, acercándose un poco más a él... ------- Necesitas reponerte. Necesitas dormir, comer y beber bien... ------ le sonrió. ------ Se que nada de eso está precisamente en tu lista de costumbres pero... Pasaste mucho tiempo en ese sitio, utilizando toda tu energía para no padecer de frío ni soledad y luego tuviste que pelear afuera. Por favor... Haz lo que te pido, si??
-------- Preferiría acompañarte al sello... ------ Indicó el joven híbrido mira dl al fin a su amada al rostro. ------- No sabemos que pueda pasar...
-------- No pasará nada...
-------- Cómo lo sabes??
-------- Porque lo sé, Yûdai!... Naom es fuerte... Estará bien.
------- Pero...
-------- Si algo llegase a pasar... Te llamaré. Y tú y yo sabemos, que irás por mí. ------- El híbrido suspiró con pesadez... ------- Anda, por favor. Quédate aquí a dormir con Mirai, si?
Yûdai miró una vez más a la ya durmiente recién nacida en sus brazos y al final aceptó:
------- Bien... Me quedaré.
------- Y dormirás??
-------- Sí... A menos que ella llore o se queje.
------- Créeme, no lo hará. ------ Río ligeramente ella. ------- Duerme como un tronco.
-------- Bueno, eso lo sacó de tí. ------- Sonrió ligeramente él.
La noche cayó pesadamente, casi como un mal augurio o como cuando se tiene la certeza de que algo saldrá mal.
Aún así, los aldeanos amigos y familiares de la pareja del híbrido y la sacerdotisa se congregaron sin falta alrededor de la pequeña casa, en el interior de la cuál estaban: el monje Miroku, la sacerdotisa madre de la joven poseída y la joven Halin...
Por fuera todos aguardaron expectantes de noticias durante lo que parecieron horas eternas, mientras la madrugada comenzaba su curso.
De todos ahí presentes, el más ansioso era claramente y sin duda alguna, el híbrido de cabellera platinada, quien se movía constantemente de un lado a otro, solo para sentarse y luego volver a levantarse...
Su agonía y la incertidumbre de todos llegó a su final ya entrada la madrugada, cuando los las tres mikos y el monjes finalmente aparecieron por la puerta, con los rostros perlados y las respiraciones un tanto agitadas...
------- Kagome... ------ llamó el híbrido a su compañera, apresurándose a su encuentro... ------- Qué pasó?? Cómo está Naom??
------- Tranquilo... ------ le sonrió la miko. ------ El sellado salió bien, afortunadamente.
Los suspiros de alivio de todos los presentes se escuchó y todos los amigos y aldeanos más cercanos a la joven Naom se abrazaron regocijantes.
------- Solo queda esperar a que despierte. ------ Señaló Halin. ------ Tal vez mañana...
------- Bien. ------ Suspiró el hanyou.
------- Tranquilo...------ le Consolaba su compañera, rodeándolo con sus brazos... ------ Va a estar bien. Es una chica fuerte, lo sabes.
------- Sí... Claro que sí... ------ Asintió Inuyasha abrazando también a su amada.
La noche aquella era tan pesada, que pareció retardar la salida del sol...
La vida en la aldea comenzó a la hora acostumbrada, pero las tinieblas aún no abandonaban del todo la tierra...La joven miko de nombre Halin se removió en el lecho que ahora compartía con su recién llegado esposo y en cuyo medio yacía su recién nacida hija, quien, acostumbrada ya al horario de su madre, comenzó a quejarse pidiendo ser alimentada...
------ Hola, Mirai... ------ Saludó la joven madre a su hija y luego miró por un momento al joven dormido al otro lado del futón... ------- Yûdai?? ------ le llamó, pero no hubo respuesta... ------ Vaya... Papá está muy cansado... ------- la joven finalmente tomó a su bebé en brazos y comenzó a alimentarla, entre tanto, miró hacia su ventana y se percató de la oscuridad que aún estaba presente en el exterior, aún cuando sabía que era de día... ------ Y ahora... Qué estará pasando?...
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HEREDEROS II: La princesa del Hielo.
أدب الهواةAiko está convencida de haber encontrado la forma de traer de regreso a Yûdai. No sabe cómo ni dónde empezará, pero lo hará. Con ayuda de Totosai, Irasue y Shippo, dará inicio a un viaje sin destino certero para traer de regreso a su hermano melliz...