Capítulo 14. Las puertas del pasado.

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El sol había recién salido, acariciando las planicies y el gran bosque, comenzando a desaparecer las gotas de rocío que había en las hojas de los árboles y las flores...

Comparada con la mañana anterior, ésta tenía un aire distinto... Se sentía fría y un tanto lúgubre, la niebla parecía negarse a desaparecer y una sensación extraña se hacía presente...

El hombre híbrido había sido de los primeros en percibir aquello...
Se había levantado con los sentidos bien agudos y con una sensación extraña en el lado izquierdo de su pecho.

Se levantó y salió de su casa, guiado únicamente por un instinto extraño que parecía llamarlo.
En un inicio no sabía con exactitud a dónde iba pero al poco tiempo fue más que obvio.

Llegó al viejo pozo que se hallaba un poco fuera de la aldea donde vivía. Aquel pozo que ya hacía mucho no visitaba ni pensaba si quiera, pero ahora, por algún motivo se sentía atraído hacia ese lugar.

Miró hacia adentro y contempló la oscuridad de la profundidad... No había nada ahí, pero era como si algo le susurra desde el fondo.

Volvió a caminar y al poco tiempo se encontró frente al gran árbol que seguía creciendo en medio del bosque... Aquel árbol que significaba tanto y a la vez ya no era nada y en cuya corteza se guardaba la marca de su pasado.
Hacía tanto tiempo que no se paraba a contemplarlo...

------ Inuyasha? ------ Llamó una suave y dulce voz detrás de él a la que atendió de inmediato, viendo a la portadora acercarse y detenerse a su lado..

------- Kagome...

------- Que sucede? ------ Le preguntó su amada. ------- También te sientes extraño?

------ Tu también lo sientes? ------ Preguntó el híbrido un poco sorprendido.

-------- Pues... No sé qué exactamente pero... Supongo que sí.

Inuyasha suspiró y volvió a mirar hacia el árbol.

------- Que crees que sea? ------ Preguntó a su compañera y esposa amada.

-------- No lo sé... Tal vez... Solo sea el clima.

Una brisa repentina e inesperadamente gélida surcó el lugar y acarició a la pareja...

-------- Se siente...------ Hablaba Inuyasha por lo bajo. ------ Se siente como si...

-------- Como si estuviéramos viviendo algo que ya vivimos. ------- Concluyó Kagome.
Ambos tuvieron escalofríos.





El gran lobo oscuro de ojos azules permanecía junto con su compañera dentro de una cueva en las profundidades del bosque, cerca del arrollo de un manantial...

-------- Ah!!... Dioses... Okami...!------- Se quejaba y jadeaba la joven mujer peliblanca, quien permanecía debajo de su bestial compañero quien la embestía constante y profundamente, aún haciéndole el amor de manera insaciable.
Sin embargo, el lobo se detuvo de repente y alzó la vista hacia la entrada de la cueva al tiempo que sus orejas se levantaban, como si esperara s que alguien entrara o los acechara...

------- Humn? Okami? ------ llamó la voz femenina de su compañera peliblanca, quien yacía debajo suyo boca arriba. ------- Que ocurre? ------- le preguntó algo agitada al percibir el repentino estado de alerta de su compañero pero sin tener las energías suficientes para insistir o preocuparse de ello.

El lobo puso entonces sus ojos azules sobre los dorados de su amada y con un suave gruñido indicó que, al menos por el momento, nada le i Teresa a más que ella.

 HEREDEROS II:  La princesa del Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora