La sacerdotisa. (Parte 2).

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Todo pareció detenerse en aquel mismo instante que sus miradas volvieron a cruzarse...

El mitad bestia no daba cabida a lo que veía y es que, aquel momento, solo había existido para él durante mucho tiempo, únicamente en sus pesadillas...

------- K... Kikyo...

Vió a la sacerdotisa arquera frente a él, apuntándole con su arco, habiendo recién disparado la flecha que se había clavado en su pecho...

El viento, ahora helado, le llevó a su fino olfato su aroma... Era ella, no le cabían dudas...
También pudo oler su sangre...
Aquella que emanaba abundante de las graves heridas en su espalda y hombro y las cuales parecieron importarle poco mientras bajaba su arco y comenzaba a caminar hacia él, con su mirada oscura, clavada en la suya...

------- Kikyo... ----- Intentó llamarla sin saber para qué exactamente... No tenía nada más que decirle, pero es que ella lo miraba tan fijamente y sus ojos estaban empapados en lágrimas... CARAJO!
Tenía que ser solo una pesadilla, verdad??

----- Kikyo!!

La sacerdotisa herida se detuvo entonces, a penas a unos metros de él...
Parecía querer decirle algo, pero no pudo; finalmente, calló al suelo de rodillas y después, hacía un lado, completamente inconsciente.

------ Kikyo!!!

------ PADRE, PADRE!!!!! ------- Escuchó entonces la voz de su hijo, quien finalmente llegaba a él por el bosque, parándose en seco de repente al ver aquella escena... -------- M...mierda...! ------ Se quejó el joven Souta, pasando de manera instintiva a cubrirse la nariz con su brazo... ------ Es... Ese olor... Es...es ella!!

------- Souta!! ------ Llamó Inuyasha a su hijo, luchando también por salir del shock y mientras permanecía clavado en lo que ya había identificado como el viejo Árbol de las Edades... ------- MUÉVETE!!! LLEVALA A LA ALDEA!! BUSCA A MIROKU Y DILE QUE TE AYUDE, PERO RÁPIDO!!!!

------ P...pero...------ La mirada del joven peliblanco se clavó en la mujer en el suelo que ahora comenzaba a escarcharse... No podía creer que era ella... La dueña de aquel aroma que lo había estado atormentando, era ella... ------ S... Sí...

El joven tomó finalmente en brazos a la mujer...

------ Está con vida?? ----- Preguntó Inuyasha.

------- Sí... A penas. ----- Afirmó Souta, mirando el rostro pálido que ahora yacía contra su pecho.

------- Corre... Llévala con Miroku. Él sabrá qué hacer.

Dicho aquello, Souta salió a toda velocidad por el bosque con la sacerdotisa herida en sus brazos, mientras Inuyasha se quedaba clavado en aquel árbol, con más en la cabeza de lo que jamás había tenido...










Abrió los ojos pesadamente y con dificultad...
Y es que, ni siquiera se dió cuenta de inmediato cuando ya los tenía abiertos; la oscuridad era tan profunda, que creyó, continuaba inconsciente...

Se quedó ahí... Inmóvil... Con la vista perdida en aquella oscuridad... Viendo y escuchando en su memoria una y otra vez, las imágenes de lo último que había visto y escuchado...

La desesperación y el miedo en aquellos ojos ámbar que conocía tan bien... Su voz llamándola...

Su propia desesperación al intentar tomar su mano...

Qué había sucedido??

------ M... Madre? ------ la llamó entonces una voz que pareció despertarla de repente, aún cuando todo seguía oscuro... ------ Madre...

------ Naom... ------ Atendió finalmente y con voz frágil.

Finalmente se movió de su lugar y se percató de que había estado tendida sobre suelo y tierra...

------ Mamá...

Se dió media vuelta y pudo ver finalmente, a través de la oscuridad, la figura de su más joven hija, quien se arrodilló junto a ella y el miedo reinaba en su mirada...

------- Tranquila... ----- la consoló, poniendo sus manos en su rostro suavemente. ------ Tranquila, estás bien??

------ S... sí... Creo que sí...

------- Y tu hermana????

Ambas miraron hacia el otro lado de su posición, y ahí, pudieron ver las figuras de dos cuerpos tendidos en el suelo...

------- Dioses, Izayoi, Okami! ------ Expresó Kagome con angustia, poniéndose de pié rápidamente y dando un par de pasos para llegar a donde yacía su hija mayor inconsciente, al lado de su compañero... ------ Izayoi, bebé... ------ Llamó a su hija, poniendo su cabeza con cuidado sobre sus piernas, mientras Naom iba del lado del joven lobo...

------ Okami... Okami, despierta!

Los ojos azules del lobo se abrieron finalmente y casi parecieron resplandecer en medio de la oscuridad...

------ Humm...----- se quejaba el muchacho, llevando una de sus manos a su cabeza... ----- Pero qué...? Pero qué mierda??

------- Estás bien?? ----- le preguntó su joven cuñada...

------ S... sí... Sí, yo... ------ abrió grandes los ojos entonces, habiendo recordado entonces lo que más le importaba, incorporándose de golpe... ------- Izayoi!!!

Vió entonces a su compañera, aún inconsciente y sostenida frágilmente por su madre, sin embargo, si llamado pareció hacerla reaccionar, al menos ligeramente...

------- Hummn... Okami... ------ Habló por fin la joven peliblanca, en medio de lo que parecía ser un quejido, pero aún sin abrir los ojos...

------ Iz... ------ la llamó con suavidad si compañero, pasando a acariciar su frente, percatándose de que estaba sudado frío...

------ Cariño, qué tienes? Estás bien?? ----- preguntó Kagome con angustia.

Izayoi volvió a quejarse y ésta vez se removió, haciéndose ligeramente hacía un lado, cómo si quisiera encogerse sobre sí misma y llevándose las manos a su vientre bajo...

------ Duele... Madre... Me duele mucho...

------ Dioses... ----- expresó Kagome. Supo entonces que no tenía más tiempo que perder. ------ Okami.. ----- Le indicaba al lobo. ------ Cárgarla, de prisa. Tenemos que salir de aquí.

Dicho aquello, el lobo tomó a su compañera en brazos sin mayor esfuerzo y todos se pusieron de pié...

------ En... En dónde estamos? ----- Preguntó al fin Naom.

------ Tranquilos... ---- Calmaba la mayor de las sacerdotisas.. ------- Sé en dónde estamos... Solo... ------- Palpó la madera que se levantaba frente a ellos con las manos, se paró sobre las puntas de sus pies y finalmente encontró el límite... ------ Está abierto... ------ señaló.

------- Yo voy primero. ------ Se ofreció el joven lobo, pasando a dar un gran salto con su compañera aún en brazos y logrando salir así de fácil de aquel pozo oscuro y sintiendo sus pies tocar un limpio suelo de madera. ------ Todo está bien... ----- Informó, a lo que Kagome y Naom atendieron, pasando a salir también de aquel pozo, ayudadas una de la otra.

Kagome parecía a punto de decir algo, cuando todos escucharon una voz que parecía provenir del otro lado de la puerta de madera que estaba cerrada frente a ellos:

-------- Quién está ahí??!

A penas tuvieron tiempo para exaltarse cuando firmes y fuertes pasos se acercaron a aquella puerta y con un poco de ruido, finalmente fué abierta por el mismo portador de aquella voz, dejándolos cegados por un momento, dada la luz tan repentina que sus ojos recibían; aún así, la mayor de las sacerdotisas sintió sus ojos acostumbrarse rápido a la luz, por el simple hecho de que su asombro no le dejó más tiempo de aquella que ahora parecía una muy simple incomodidad, comparada con lo que sintió a continuación...

------- P... Por Dios...------ expresó el protador de la voz anterior y quién había abierto la puerta de madera, encontrándose su mirada con la de la mujer castaña con ropas de miko... ------ He... hermana...??

------- Souta...

 HEREDEROS II:  La princesa del Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora