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—De modo que los experimentos con los pobladores ya no serán necesarios...dispongan de ellos como quieran...

—¡Ja!...no es como que quede algo de interés aquí.

Soltó cortante Heisenberg, después de todo él ya había visto lo desolado que estaba ese pueblo.

—Agradéceselo a tu pequeña perra y su grupo de bestias, matan más que antes y mi servidumbre empieza a escasear.

—Tu comida querrás decir ¿No te quieres poner a dieta?.

—Um...madre...madre y-yo tengo algo que decir...

Los balbuceos de Salvatore como siempre fueron ignorados por todos, ni su "madre" le prestaba real atención.

—Como dije...no me importa que hagan con los pobladores...

—Y este recipiente...¿Donde lo encontro?.

—Recibí una noticia, dándome su ubicación aquí en Europa...después de tantos esfuerzos por fin conseguiré a mi Eva, para mañana a esta hora existirá en este mundo...

—¿Eso qué significa?.

—Un recién nacido...

Carina al darse cuenta de que pensó en voz alta se ovillo en su sitio al sentir las miradas de todos en ella.

—Sabía que eras inteligente querida...es así, Eva renacerá en el cuerpo del recién nacido que llegue

—U-un bebé...como nosotros...antes...

—No Salvatore, no será como ustedes.

Heisenberg ante eso soltó la carcajada sabiendo a que se referían esas palabras de parte de Miranda.

<<No será una falla como ustedes>>

Eso era lo que faltaba que dijera esa mujer.

—¡Y bueno!...Este "bebé especial" ¿como es que terminará aquí?.

—De eso me haré cargo yo, gracias por tu preocupación Heisenberg...

En respuesta recibió la típica sonrisa burlona que el jerarca no dudaba en disfrazar.

—Pará cuando lo haga...sera tarea de ustedes resguardarlo hasta que haga la ceremonia ¿He sido clara...?.

Uno a uno los jerarcas confirmaron las palabras de Madre Miranda.

—Eso es todo...

Aquellas alas negras se extendieron a espaldas de Miranda para cubrirla volviéndose esa parvada de cuervos que revoloteo el interior de la iglesia hasta salir por el tejado. Tras eso, un silencio se presentó en la sala hasta que los jerarcas se movilizaron, siendo Lady Dimitrescu la primera en irse.

—Así que un bebé~ ja! Espero podamos jugar con el en la hacienda~ ¿verdad Carina?.

—Dudo mucho que Miranda lo traiga para eso Angie...además ¿no tienen uno ya?.

Carina caminaba por las maderas de arriba con lentitud por su pierna, cosa que Heisenberg noto pero no dijo nada.

—Agh...esa cosa no sirve para eso, lo sabes! Además me da asco, pero no tanto como el feo este ¡Nada se le compara!.

Seguido de su insulto le acompañó una risa que su dueña Donna la hizo controlar. Salvatore murmuró por lo bajo, algún insulto hacia ella de seguro, su mirada después fue hacia su hermano para irse acercando.

—He-Heisenberg...te tengo...que decir algo...

—¡Ay! El feo se tiene que quejar a fuerzas, que fastidio, fastidio, fastidio, eres un fastidio.

El Caballo Y El Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora