Heisenberg se encontraba parado en medio de la oscuridad desconocída para él, no había señal de algún pequeño rayo de luz y el sonido sólo era provocado por su respiración.
Confundido empezó a caminar sin saber exactamente a dónde iba, sus pisadas hacían eco conforme avanzaba, solo al principio. Después empezó a escuchar voces a su alrededor. Al principio murmullos sin sentido que fueron haciendo más y más eco hasta que pudo entender lo que decían.
Él no me quiere.
Nunca le importe...
—¿Carina...?.
Identificó al instante la voz de Carina queriendo buscarla inútilmente entre esa oscuridad.
No soy nada para él...
El eco de su voz comenzaba a alejarse sin importar cuanto Heisenberg se esforzara en seguirla llamándola por su nombre con esperanza de que le contestara de vuelta pero luego de un rato la voz de Heisenberg era la única que se escuchaba.
—¡Carina! ¡¿Donde estas?!.
No había respuesta aún así no dejo de llamarla, solo para recibir en respuesta la voz de Miranda haciendo que se sobresaltara al sentir su mano tocar su hombro para llamar su atención.
—Te esfuerzas demasiado Heisenberg...¿Para qué la quieres?.
Como si de un reflector se tratara la luz fue a iluminar el cuerpo de la encapuchada y el de Heisenberg siendo visible la mueca de molestia de él y mirada inexpresiva de ella.
—¿Donde mierda esta?.
—¿Ahora te preocupas por ella?.
—¡Respondeme!. ¿Donde esta Carina?.
—Por favor Heisenberg...te comportas como un niño al que le quitaron su juguete.
Heisenberg gruñó ante la burla de Miranda.
—Un juguete que casi destruyes por capricho.
—¿Capricho?. La protegi, maldita zorra. ¡Eso es lo que hice!.
—Oh...¿En serio?. Yo no creo que ella piense lo mismo...
Los cuervos volaron desde el cuerpo de Miranda haciendo la vision de Heisenberg nula en aquel torbellino de plumas y graznidos que se detuvieron mostrando a la mujer junto a su acompañante.
—Carina, querida...¿Crees en lo que él está diciendo?.
Heisenberg sintió sus piernas temblar y los cabellos de su nuca erizarse al ver a Carina con un gesto de desaprobación hacia él mientras que la luz dejaba ver el nuevo aspecto que Miranda le había dado.
—¿Carina...? ¿Qu...Qué mierda le hiciste?!.
—¿No te gusta? Ahora está completa...
Contestó orgullosa mientras acariciaba el cabello de Carina.
—¡Cierra la puta boca!. Carina...ven conmigo, ahora.
Miranda sonrió divertida. Sus garras doradas tomaron el rostro de la chica apartando su mirada de Heisenberg.
—...Te quiere apartar de mi. ¿Quieres eso?.
Carina acuno su rostro en lasñ mano que la sostenían.
—Estas mejor conmigo, ¿cierto?.
—Si...Miranda. Debí terminar contigo desde un principio.
—No digas eso...¡Carina aléjate de ella!.
Se notaba la desesperación en la voz de Heisenberg, apretando los puños camino con la intención de tomar a Carina, apartarla de las manos de Miranda. Pero eso no fue posible.
Sus pasos empezaron a verse detenidos por metales que empezaban a cubrir su cuerpo impidiendo que diera un paso más.
—¿Qué?...¡No!.
Su poder no hacía efecto. Solo hacía lo contrario de lo que quería que hiciera. Pronto parte de sus piernas también se vieron cubiertas.
—No te interesó. No soy nada para ti...,solo un perro que recogiste, ¿no?.
—No es verdad Carina. Olvida lo que te dije. ¡No es verdad!
Heisenberg seguía batallando contra el metal que aprisionaba su cuerpo sin darle posibilidad de acercarse ha Carina. Haciéndolo entrar en desesperación.
—Si la quisieras vendrías por ella. Pero no lo has hecho.
Miranda por su parte no dejaba de artormentarlo con cada palabra que soltaba.
—¡Callate, solo callate de una maldita vez!. Carina por favor escuchame yo-Mgh!?. ¡Mmgh!.
El metal terminó por cubrir su boca deteniendo abruptamente sus palabras. Por un momento Carina lo miró fijo a los ojos y sus pasos fueron hacia él pero se detuvieron ante el agarre de Miranda.
—No te dejes engañar por él querida.
<<¡Tu eres la única que engaña!. ¡Sueltala!>>
—E-espera, Miranda...
Carina batallaba para intentar acercarse a Heisenberg que gruñia desesperado. Pero Miranda no lo permitió. Tomando su cuello y cintura la apego a su cuerpo alejándola de Heisenberg.
—Quedate conmigo querida... No tienes nada con él que sea verdad.
Los ojos de Miranda fueron a chocar con los de Heisenberg, mostrando una sonrisa siniestra mientras tomaba bruscamente el rostro de Carina, besándola a pesar de sus quejas e intentos de alejarla.
<<Te juro que te voy a matar maldita zorra. ¡Lo juro!.>>
Aquellos ojos fríos no se apartaba de la de los de él, a pesar de tener posesión de los labios de Carina, quien empezaba a dejar de luchar, dejando sus brazos flojos y sus ojos cerrados. Terminando inconsciente cuando Miranda la libero de su beso.
—La perdiste Heisenberg...~.
—No...no...¡no!. ¡CARINA!.
Incorporándose de golpe y con gotas de sudor recorriendo su frente, Heisenberg despertó de aquella pesadilla que lo venía torturando desde la ausencia de Carina.
Sostenía su cabeza entre sus manos irritado y cansado de tener que soportar ver aquellas imágenes cada vez que se quedaba dormido.
—Ya basta...¡Basta!.
Bruscamente se levantó de su escritorio haciendo que su vista se volviera borrosa por un momento.
Su rostro se mostraba pálido y su respiración se hacía pesada, al pararse del escritorio sus piernas flanqueaban haciendolo tener que sostenerse de las paredes para no caer.
La imagen de Carina y su voz no dejaban de resonar en su cabeza.
Su vista busco la entrada de su fábrica para empezar a caminar hacia ella pero los estragos del alcohol y las malas noches que había pasado le hicieron imposible llegar a su destino. Su paso se volvió más lento y pesado, respirar le era difícil pero todo eso quedó atrás cuando todo se volvió a oscurecer para él.
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El Caballo Y El Lobo
Fanfiction"Veamos de que estas hecha..." Se podría pensar que para el jerarca más egocéntrico de aquellas tierras, amar a alguien o prestar su atención a otra cosa que no fueran sus máquinas sería algo imposible. Pero ¿Qué pasaría...si algo más fuera de lo...