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Las palabras de Heisenberg habían provocado un lío en la cabeza y en el corazón de Carina que lo miraba con ojos llorosos escuchando cada palabra atentamente como si su vida se fuera en ello.

—La noche que te aleje de mi...no me exprese bien. Pero no mentí del todo. Habría hecho lo que fuera por no dejar que nadie más te viera o tocará.

Las manos de Carina al igual que sus piernas comenzaban a temblar pero al sentir la mano de Heisenberg que pasó a tomarla de su cintura esta vez con un tacto más suave solo para apegarla a él fue que empezó a tranquilizarse.

—Y me puedo ir un millon de veces a la mierda por ser tan estúpido...como para no buscarte y traerte de regreso a casa conmigo.

Una vez más Heisenberg fue quien tomó la iniciativa al besarse, teniendo esta vez un beso suave, tierno del que ella no intentó separarse sino que llevó sus brazos al rededor de su cuello dejando que las lágrimas corrieran por su rostro.

—Te extrañe pedazo de imbecil.

Habló entrecortado sobre los labios de Heisenberg que dejó salir una risa en respuesta para continuar con el beso. Inclinándose un poco la tomo de sus muslos cargandola y haciendo que enrredara sus piernas al rededor de su cintura sin separarse del beso el cual fue subiendo su intensidad igual que las caricias.

—Deberías...descansar...

Carina hablo sobre sus labios pero fue callada por Heisenberg que aprovecho sus palabras para abrirse paso con su lengua en su boca dejándola sin poder decir una palabra más, solo jadeos y leves gemidos. Estando abrazados la llevo a su oficina terminando ambos sentados en aquel sofá llenando ese lugar de sus respiraciones agitadas y sonidos húmedos por cada beso que se daban. Pero fue Heisenberg quien se separó primero, sosteniendo el mentón de Carina en su mano.

—¿Qué...que pasa...?.

—Besas bien. Demasiado para alguien que no lo ha hecho nunca...

Carina apartó su mirada de la de él pero la mano que permanecia en su mentón la obligó a regresar la mirada.

—Yo...he estado con Miranda.

—Así que la zorra te enseñó...

De un movimiento Heisenberg dejó a Carina debajo de él, su mirada demostraba claramente molestia, o mejor dicho, celos.

—Veamos que más aprendiste...

—K-karl...¡Ah!. Espera, espera.

Carina sintió como su pantalón había sido arrancado junto con su ropa interior dejando ver sus piernas desnudas en las cuales aun lucian marcas hechas anteriormente por Miranda.

Dejando salir un jadeo dejó que Heisenberg recorriera sus piernas con ese toque áspero de sus manos manteniendo una extraña concentración que lo hacía permanecer en completo silencio.

—¿Karl...?.

No hubo tiempo de reaccionar cuando Heisenberg repitió la acción con la playera  dejando ver el torso y pechos igualmente marcados y expuestos ante él. Carina apartó la mirada avergonzada de ser vista así, quedando callada a la espera de algún insulto o de que fuera hechada, pero no fue así.

Su cuerpo respingo al sentir como su cuello era besado y mordido con fuerza haciéndola chillar. Sus ojos llorosos fueron a ver a Heisenberg que seguía su recorrido de besos y mordidas por su cuerpo. Bajando de su cuello a su clavícula lamiendo el centro de esta, tomándose su tiempo hasta llegar a los senos de la chica dejando un beso en cada uno.

Una, dos, tres veces repitiendo la misma acción para después rozar sus dientes contra ellos.

—E-espera...duele...Karl ¡Ah!.

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