Un beso en su espalda desnuda hizo que la piel de Carina se erizara y en su rostro semi dormido apareciera una suave sonrisa. Girando lentamente su cuerpo y entreabriendo sus ojos dio con los del hombre que la miraba sin perder detalle de cada acción suya.
Su mano acaricio la barba platinada de Heisenberg quien acunó su rostro en ella.
—Buenos días...
Hablo débilmente por el sueño, cosa que causo una risa de parte del hombre dándole en respuesta un beso lento y cariñoso antes de volver a separarse de ella.
—¿Cansada?.
Sus manos acariciaban su piel bajo las sábanas.
—Y todavía lo preguntas...no me dejaste en paz casi toda la noche.
—No recuerdo que te quejarás cariño~.
Dejando un beso en su clavícula, Heisenberg llevo a esconder su rostro entre los pechos de su pareja quien empezó a acariciar su cabeza, haciendo un recorrido en el cual ella terminaba por enrredar sus dedos en la coleta platinada mal amarrada de él.
No tardó mucho para que esas muestras de cariño dieran paso a suaves ronquidos de parte de Heisenberg.
—Oye...oye, no te quedes dormido ahora.
—¿Mm..?.
—Me dijiste que iríamos al palacio Belvedere hoy.
Aquello provocó un ahogado sonido de queja.
—No te cansas de salir...no vas a recorrer toda Viena de la noche a la mañana.
—Ya lo sé pero tampoco nos vamos a pasar encerrados follando todos los días.
—¿...Y por qué no?.
Heisenberg levanto su rostro mostrando esa sonrisa suya que hacia burla a Carina.
—Karl...
—Bien, bien...
Con pesadez dejo del cuerpo de Carina en paz para poder levantarse de la cama y estirar su cuerpo antes de ir a buscar ropa a regañadientes.
—No te quejes, sino me hubieras dejado esos libros no tendría este interés por Klimt.
—Debí haber sacado todas esas mierdas de la casa.
—Terminarias por dejar la casa vacía en ese caso.
Aquella casa perteneciente a generaciones Heisenberg era como una máquina del tiempo una vez entrabas ahí, libros, arte, esculturas, incluso los muebles eran antiguos.
Tras su llegada a ese lugar Heisenberg había planeado deshacerse de todo. Pero Carina siempre lograba evitar aquella situación haciendo que su atención pasará a otras cosas que solo la cama de su cuarto podrían describir.
—Acumuladores estúpidos.
—Pues yo no me quejo...~.
Heisenberg la miro por encima de su hombro, Carina mostraba una sonrisa amplia que pronto se vio cubierta tras recibir en la cara una de sus ropas.
—¡Ey!. ¿Qué crees que-.
Sus palabras se vieron interrumpidas cuando los labios de Heisenberg tomaron posesión de los suyos haciendo de eso un beso largo y apasionado del cual ambos se separaron lentamente por la falta de aire.
—...haces?.
Heisenberg mostró una sonrisa antes de besarla una última vez mientras acariciaba su mejilla y se perdía en la mirada ámbar de ella por un largo momento.
—Karl...¿Qué tanto ves?
No respondió al instante, siguió apreciando cada mínima facción de ella en silencio, hasta que un largo suspiro dio paso a sus palabras.
—Solo veo a la mujer a la que amo con todo mi ser.
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El Caballo Y El Lobo
Fanfiction"Veamos de que estas hecha..." Se podría pensar que para el jerarca más egocéntrico de aquellas tierras, amar a alguien o prestar su atención a otra cosa que no fueran sus máquinas sería algo imposible. Pero ¿Qué pasaría...si algo más fuera de lo...