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La luz de las antorchas se extendian a lo largo de aquel camino donde las raíces de la megamiceta no dejaban de salir al mismo tiempo que pedazos de metales volaban hacia los infectados que salían de entre aquellas oscuras malezas.

—¡Ey!. ¿Ya te desintegraste Ethan?.

—Cállate...

Heisenberg miro a sus espaldas a su débil acompañante que a duras penas sostenía su arma.

—Pregunto porque no quiero un lastre cuando tenga a Miranda de frente.

—Tengo que seguir...

Ambos continuaron por el camino donde las escaleras se extendian hasta dar con un arco de piedra que permanecía bloqueado debido a las raices. Ethan fue por delante abriéndose paso seguido de Heisenberg quedando ambos del otro lado donde la ceremonia ya había empezado.

—Ah...pequeña Eva. Mi hermosa hija.

Ante ellos se podía apreciar a Miranda parada frente al altar y a sus pies una inconsciente Carina que permanecía cubierta por las raíces.

—Eva. ¿Eres tú?. Te he hechado tanto de menos...

Miranda recibió en brazos a aquella bebé, pero había algo mal, algo que el ritual no había logrado hacer. Su cuerpo y su fuerza empezaron a menguar apenas tomo a la pequeña, sus ojos se volvieron negros y de estos no tardó en correr un líquido del mismo color.

—¿Qué...?.M-mi...poder me abandona.

Estaba atónita y sin entender lo que sucedía pero a pesar de eso su cuerpo reaccionó a tiempo para bloquear el ataque directo de Heisenberg.

—¡Miranda, tu maldita zorra!.

—Heisenberg...Y también estás tú aquí Ethan...

—¡Dame a Rose!

Rosemary empezó a llorar en brazos de Miranda una vez escucho la voz de su padre haciendo preocupar a Ethan por su bienestar, no muy diferente de Heisenberg que apenas ver a Carina no dudo en ir a por ella, pero las raíces solo terminaron por bloquear su camino y alejar a la chica de su alcance.

—¡Entregame a Carina!.

—Esto si es interesante...me sorprende que ambos tengan cuerpos tan impresionantes. Un cadáver andante y un experimento fallido. Parece el inicio de un mal chiste. Pero ya verán...una vez acabe con-.

Las palabras de la bruja se vieron interrumpidas tras recibir un disparo directo en la cabeza.

—¡Ethan!.

Chris Redfield daba apoyo desde las alturas pero sería por poco tiempo antes de que la maleza se elevará tratando de atacarlo. Aprovechando está distracción ambos hombres hicieron el intento por recuperar a su hija y pareja.

Heisenberg tomo entre sus manos las raíces partiendolas con todas sus fuerzas teniendo libre la mitad del cuerpo de Carina.

—Ey...despierta. ¡Carina despierta!

La llamaba mientras seguía tratando de liberar el resto de su cuerpo. La joven entreabrio los ojos teniendo una vista borrosa pero su olfato le indicaban quién estaba ahí con ella.

—...K..arl..

—Aquí estoy cariño, solo aguarda un poco más...

Ella apenas era consiente de lo que pasaba. Su vista iba a todos lados captando poco después la situación en el que se encontraba, así fue que Carina también empezó a tratar de liberar su cuerpo pero sus intentos al igual que los de Heisenberg serían inútiles.

El Caballo Y El Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora