El Caballo Y El Lobo

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La frustración y el enojo de Heisenberg solo se incrementaban a cada segundo que pasaba frente a los monitores. Si bien la muerte de Alcina no le había afectado el ver a Donna terminar así había tocado una fibra sensible en su interior.

—¡Mierda!

Ya una de las paredes se encontraba abollada tras los golpes recibidos de los puños de Heisenberg.

"No te importa quién caiga en el proceso de tu plan. ¿Verdad?"

Esas palabras que le había dicho Carina hacían eco una y otra vez en su cabeza. Y el recuerdo de su antes amiga, Donna Beneviento solo hacían ese pesar aún más grande.

Si tan solo ella lo hubiera escuchado, sino se hubiera dejado engatusar por las palabras de Miranda. Todo habría sido diferente. Pero lamentarse por cosas que nunca fueron y ahora mucho menos serían era una perdida de tiempo.

—Ya...soporte mucho tiempo este pueblo de mierda, a esa zorra de Miranda y esa burla de familia que ella hizo. Caigan los que caigan...nada me va a impedir deshacerme de esa perra.

Ahora su atención debía dirigirse a algo más. A qué Ethan Winters no arruinara todo, su recorrido lo había llevado a las puerta de su siguiente prueba. Entrar a el pantano de Salvatore.

El tener que poner las cámaras en aquella zona había sido un martirio para él. La peste era insoportable y los dichosos "perros" de su hermano habían sido una molestia.

—Y hablando de molestias...

Como era de esperarse, el varcolac que custodiaba la entrada no tardó en abalanzarse sobre Ethan.

—Uy eso dejara marca.

A través de lo que el monitor le permitían ver, Heisenberg en parte disfrutaba aquella pelea a muerte entre Ethan y esa bestia que lo arrastraba por el suelo con sus garras.

Mientras tanto en otro de los monitores Heisenberg se percató de cierto movimiento. Los lycans iban de allá para acá, parecían desorientados por no decir alterados. La fácil deducción de Heisenberg seria que era debido a Carina. Su escape no había pasado por alto pero la preocupación era algo que pasaba a segundo plano en ese momento para él.

—Solo espero no estés haciendo una estupidez...

Gruño por lo bajo, maldiciendo ese momento. Solo hasta que su atención regreso nuevamente a la pantalla donde Ethan por fin había puesto fin al varcolac de Moreau.

—...Y ahora la parte complicada.

Salvatore para todos era alguien patético, para Heisenberg solo un borrego más de Madre Miranda. Pero dentro de su repulsivo aspecto se ocultaba el poder que el cadou le había otorgado. Heisenberg ya había sido testigo de eso una vez, terminó asqueado pero impresionado.

Ethan ya había llegado hasta la entrada que atravesaba una zona de minas abandonadas, la peste ahí era aún peor que en el exterior. Las cámaras lo seguían hasta donde llegaba su alcance perdiendolo de vista una vez se escabullo entre esa baba y maderas viejas. El sonido de Moreau vomitando provocó una mueca de asco en Heisenberg.

—¡Madre Miranda, si es por ti, haré lo que sea!.

—Me llevaré esto...

A Heisenberg solo le quedaba escuchar lo que aquel par decía. Su pierna se movía inquieta y de su boca solo salía más humo del habano.

—Vamos, no le platiques más al Besugo pedazo de imbecil...

Se estaba impacientando, Moreau empezó a soltarle toda la historia a Ethan sobre el plan de Miranda.