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—Es mi señal, me temo que no podré pasar la mañana con usted señora Winters.

Antes de que Carina pudiera dar un paso, sintió un tirón en su chaqueta que la hizo detenerse a tropezones llevando un gesto algo molesto hacia quien la había detenido.

—¿Ahora qué?. Dónde sea otra de tus exigencias juro que-...

—No es eso... P-pero si sabes algo de mi hija o mi esposo...

—De nada servirá lo que sepas si estas aquí. Solo será más difícil tu estancia.

Carina arrebato su brazo del agarre de Mia esta vez poniendo distancia de la mujer que de forma triste bajo la mirada antes de perderse en la oscura celda.

—Nos vemos señora Winters...

Su despedida no tuvo respuesta pero poco importaba.

Dejando las cuevas atrás las campanadas de la iglesia se hacían escuchar con mayor fuerza. La presencia de Carina por el pueblo provocaba que los aldeanos se alejaran al instante para terminar encerrandose en sus casas. Un fuerte rugido fue lo suficiente para dejar el pueblo vacío. Carina giro viendo a sus espaldas a Urias liderar al grupo de lycans por el pueblo hasta quedar frente a ella.

—Si ya iba para allá. Te sigo.

Carina comenzó la carrera hacia la vieja iglesia donde la manada no tardó en escabullirse por aquella vieja estructura. Una vez dentro sólo quedaba esperar la llegada de los jerarcas.

Al escuchar la puerta abrirse los ojos de Carina sólo se pusieron en blanco al ver a lady Dimitrescu llegar.

Primera como siempre.

<<Más lame suelas no se puede...>>

Pensó mientras veía desde lo alto a la gran mujer que al sentir su mirada solo mostró una mueca de disgusto antes de darle una larga calada a su cigarrillo.

Los ojos ámbar nuevamente fueron hacia la puerta donde Donna y Angie eran las segundas en llegar, y a la par de ellas Moreu. El sonido que el Besugo soltaba por su falta de aire era por demás molesto para las presentes, y claro que los insultos de Angie hacia él no tardaron en escucharse.

—¡Aaagh. ¿Te quiere callar de una maldita vez asqueroso?!.

—Solo...necesito tomar...aire.

Hablo para después terminar escupiendo en el piso y terminar limpiando sus babas con los arapos que traía por ropa.

—Eso no me importa. Ahora tu asqueroso aliento hizo apestar este lugar.

—Y tu voz...es mas irritante...por el eco de este lugar...

—¿Qué dijiste maldito asqueroso?. ¡Repitelo!

—Ya Angie~...no lo hagas hablar más por favor. Su aliento me está llegando hasta acá.

Carina intervino fingiendo tener arcadas por el asco. Cosa que provocó la risa en Angie y un insulto ahogado de parte de Moreu. Pero todo ese ambiente se vio interrumpido por la sorpresiva llegada de Heisenberg quien sin decir nada tomó su lugar soltando el humo de su habano.

—Vaya sorpresa Heisenberg. ¡Hasta que por fin este tipo llega temprano!. No tendremos que esperar las horas por ti como siempre.

Remarcó Angie antes de ser calmada por Donna. La mujer de vestimenta negra sólo dio una leve reverencia con la cabeza a modo de disculpa hacia su "hermano".

—Donna no entiendo porque dejas que esa cosa tenga voz aquí. Por mi fuera le llenaría la boca con clavos para evitar seguir escuchándola.

—¡Inténtalo y te arrancare los dedos imbecil!. Eso es lo único que no cambia en ti...

El Caballo Y El Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora