Nuevas normas

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Jake esperó en la cocina, tal y como Matt le había pedido, a que el resto de chicos bajaran a recibirlo.

Se sentía demasiado el centro de atención, y eso no le gustaba. Sabía que los chicos le pedirían explicaciones que él no querría dar. Pero, ¿qué podía hacer? No podía volver después de casi dos semanas fuera y esperar que nadie se esmerara siquiera en recibirlo.

Jake seguía esperando a que Matt avisara a los chicos de la planta de arriba cuando vio a Will llegar a la cocina. Su boca enseguida se entreabrió de sorpresa al ver a Jake allí.

Jake no supo bien qué fue lo que sintió al ver al chico. La realidad era que nadie le había escrito nunca nada como lo que Will le escribió en la carta que dejó en el motel la noche anterior. Jake nunca se había sentido tan importante para nadie, y tampoco pensó nunca que llegase a serlo.

No volvió, en realidad, por lo que Will había escrito. Sabía que Will no lo conocía, que se equivocaba, que se decepcionaría. Pero tenía razón en algo: Jake podía intentarlo, debía intentarlo. Quizá al menos sí que podía esforzarse en ser lo que Will creía que era.

—Has vuelto —dijo Will. Jake se encogió de hombros—. No sabía si lo harías.

—Yo tampoco lo sabía.

Will asintió mientras se acercó a él.

—Me alegra saber que he ayudado.

Jake respiró profundamente antes de volver a hablar.

—Oye, agradezco la carta, ¿vale? Pero no he vuelto por eso. Quiero que lo sepas. Simplemente... Necesitaba dejar de estar solo, no podía seguir así. Ya no hay nada que pueda hacer por mis madres, y creo que me vendrá bien estar con vosotros.

Will asintió con la cabeza después de quitarle la mirada, sin poder evitar parecer decepcionado. Ese era principalmente el motivo por el que Jake había querido dejar aquello claro desde el principio, porque no quería que Will creyera de él algo que no era. Jake solo haría decepcionarlo.

—Además —siguió hablando Jake—. Conozco a un chico en esta casa con el que tengo un incómodo intercambio de ropa interior pendiente.

Will levantó de nuevo la mirada a los ojos de Jake y sonrió.

Jake escuchó pasos bajando las escaleras.

—¡Jake! —Dijo Nick—. ¿Has vuelto? ¿Dónde coño te metes?

Jake les sonrió a los gemelos, y también a Matt, que bajó tras ellos.

—Problemas familiares —fue toda la respuesta que Jake dio.

—¿Y estas bien? ¿Has venido para quedarte o solo de visita? —Quiso saber Gabriel.

—Sí, sí. Me quedaré —evitó responder a la pregunta de si estaba bien, porque realmente no creía que la respuesta que podía dar fuera la que ellos querían recibir.

—Me alegro de que vuelvas, hemos echado todos de menos tus estupideces —habló Nick.

Jake se alegró de que nadie mencionara la última noche que había pasado en esa casa, cuando Will terminó golpeándole la cara.

—Ya, seguro que más de uno aquí ha echado de menos algo más que mis estupideces...

Todos rieron, y Nick le dio un pequeño golpe en el brazo.

—¿Y vosotros? —Siguió hablando Jake—. ¿Cómo os ha ido?

Hubo un pequeño silencio.

—Bien —respondió Gabriel.

Juego de Chicos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora