Juego de Chicos (+18)

Experimento

Gabriel, una vez más, intentó forzar la puerta de la habitación de Jake, pero esta no cedía.

—Sigue cerrada, y no tiene pinta de que estos cabrones vayan a abrir pronto —anunció a Will y a su hermano.

Nick pareció algo indiferente, pero el otro chico resopló y se sentó en el sofá justo antes de hablar.

—¿Y qué hacemos?

Gabriel se sentó en el sofá que quedaba libre, frente al otro, y Nick se sentó junto a Will.

—Podríamos jugar a esta mierda, aunque solo seamos tres.

—¿Solo tres personas? —Se quejó Nick—. Eso es una mierda.

—Bueno, pues juguemos a lo que sea. Pero necesito descargar con lo que sea que se os ocurra.

Will le sonrió, y Gabriel le devolvió la sonrisa. Apenas habían hablado mucho desde lo de las duchas. Gabriel había conseguido calmar a Zach y convencerlo para que no contase nada de lo que había visto, o al menos eso esperaba él... Y en cuanto a Will..., bueno, digamos que Gabriel no había tenido oportunidad para hacerle entender lo mucho que le había gustado aquello que le había hecho.

—Podemos jugar a otra cosa —propuso Will—, pero utilizando esa ruleta. La lanzamos dos veces, quien señale primero podrá pedirle lo que quiera a quien señale en la segunda tirada, sin que pueda negarse.

A Gabriel le gustó la idea, en seguida asintió. Nick, por el contrario, se encogió de hombros. Gabriel sabía por qué: el gemelo seguía queriendo esquivar al máximo el contacto con su hermano.

—Juguemos a eso —dijo Gabriel—. Sin excusas.

Antes de que ningún chico pudiera negarse, Gabriel cogió la ruleta y la lanzó una primera vez. Señaló a Will. Gabriel le sonrió. Por un momento quiso que la segunda vez la ruleta lo señalara a él. Quería poder devolverle cada milésima de placer que le provocó la última vez. Pero, sin embargo, la ruleta acabó señalando a Nick.

Gabriel se volvió a sentar frente a ambos chicos y contempló la actitud de enfado que cargaba Nick mientras Will parecía pensar en su orden.

—Vale, creo que sé lo que quiero.

—¿Qué quieres? —Preguntó Nick.

—Simplemente chúpanosla, a los dos. Déjanos turnarnos mientras lo vas haciendo.

Gabriel sintió una oleada de sorpresa recorrerlo. No había esperado que lo que fuera a pedir Will fuera a incluirlo a él también. Y ahora que lo escuchaba... Joder, ¿acababa de pedirle a su hermano que le chupara la polla? Se sintió incómodo por la idea, pero al mismo tiempo... Sintió cosquillas en su estómago.

Llevó la mirada hasta su hermano. Tenía el ceño fruncido, la mandíbula apretada, y no le quitaba la vista ni por un solo segundo.

—No voy a hacerle nada a mi hermano —anunció Nick sin quitarle la mirada a su gemelo—. Cambia de petición, Will.

Hubo un par de segundos de silencio.

—Bueno, perdón. Creí que no te importaría. Entonces solo...

—No —lo cortó Gabriel—. Ha hecho una petición. Cúmplela, Nick.

Más silencio. La mirada de Nick solo se hizo más violenta. Gabriel podía ver su cuerpo tensarse.

—¿Y qué pasa si no la cumplo?

—Que estás rompiendo las normas.

—¿A quién coño le importan las normas? Te recuerdo que las está rompiendo todo el mundo. Tú la rompiste mucho antes que yo, ¿te acuerdas?