Hetero

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A decir verdad, Nick no se sentía del todo preparado para que otro chico le hiciera una mamada.

Llegados a ese punto había tocado a otros chicos, los había besado e incluso él mismo había probado el sexo oral con Matt.

Pero que se lo hicieran a él... Era diferente, ¿no? Se tranquilizaba a sí mismo diciéndose que apenas tendría que hacer nada, que solo le bastaría con mirar mientras Jake se encarga del trabajo pesado. Pero, aun así, se le hacía raro.

Nick y Jake se habían encerrado juntos en la habitación de los gemelos. Y, para cumplir con las normas del juego, ninguno de los dos podría salir de la habitación hasta que Jake hubiera terminado con Nick.

En realidad, Jake parecía estar mucho más nervioso incluso que el otro chico. Nick podía entenderlo, teniendo en cuenta que él estaba incluso menos experimentado con chicos. No sabía si sentirse afortunado de que le hubiera tocado Jake para algo como eso.

Jake le resultaba atractivo, claro. Y también le atraía la idea de que fuera alguien sin experiencia, aunque no sabía saber por qué. Pero, al mismo tiempo, pensaba que al ser ambos novatos quizá la situación se les hacía... Incómoda.

Y así fue exactamente como fue.

—¿Te parece bien si me siento en mi silla de escritorio y tú simplemente... te arrodillas? —Propuso Nick.

Jake lo miró, con los labios apretados. Esa vez no se atrevía a hacer ni un solo comentario irónico. Asintió con la cabeza sin decir nada.

Nick le devolvió el asentimiento y se sentó sobre su silla de escritorio. Jake se arrodilló frente a él, y entonces Nick se bajó sus pantalones y bóxers hasta las rodillas.

No estaba del todo empalmado, pero aun así la imagen debió de sorprender a Jake, porque se llevó ambas manos al rostro. Nick suspiró. Todo estaba siendo demasiado frío. Apenas sentía excitación. Era demasiado... ¿Provocado?

Jake se destapó la cara y resopló. Volvió a mirar la entrepierna de Nick y negó con la cabeza.

Después se puso en pie y, de forma horriblemente dramática, le dio la espalda y llevó ambas manos a su nuca.

—No puedo. No puedo hacerlo. De verdad que no. Nunca he hecho algo como esto, y solo de verlo... No. Lo siento —Nick intentó interrumpirlo, pero Jake apenas le daba tiempo diciendo palabra tras palabra sin descanso—. Si quieres puedes mentir por mí y decir que te la he chupado, pero si no quieres lo entiendo. Y acepto si tengo que irme de la puta casa si hace falta pero simplemente creo que este juego ya no es para mí y creo que quizá lo que tendría que hacer es irme y...

—¡Jake! —Exclamó cuando estuvo demasiado cansado de escucharlo.

Jake volvió a girarse hacia él. Por su rostro, pudo ver lo incómodo y tenso que se le estaba haciendo la situación. A Nick incluso se le hizo gracioso ver al chico desprendido de toda la confianza y chulería con la que iba siempre.

—Nadie va a echarte de casa. Esto tampoco está funcionando para mí, ni siquiera estoy empalmado.

Jake frunció el ceño.

—Es que... ¿Cómo de grande se te va a poner cuando te empalmes?

El comentario consiguió hacer reír a Nick.

—¿Acaso no lo has visto ya?

Jake se encogió de hombros.

—Sí, pero no... Nunca te la he visto pensando que... Entonces simplemente...

Viendo que Jake no era capaz de terminar la frase, lo interrumpió.

—No vamos a echarte de casa, pero tampoco voy a encubrirte. Esto es... Es demasiado artificial, demasiado forzado. Solo necesitamos soltarnos, los dos. Y seguro que será más fácil.

Juego de Chicos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora