El regalo de Matt

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El cumpleaños de Matt había llegado, y Nick no sabía si realmente sería buena idea regalarle aquello que estaba a punto de regalarle.

Desde la discusión que tuvieron, apenas había hablado con él. Nick aceptó a volver al Juego de Chicos con la llegada de Jake, e incluso decidió que perdonaría a Matt tras la charla que tuvo con Gabriel. Pero, simplemente, aún no había encontrado el momento para normalizar de nuevo las cosas con él.

Y, en realidad, echaba mucho de menos normalizar las cosas con él. Se decía a sí mismo que no lo echaba de menos porque le gustase, sino que lo hacía porque Matt, en realidad, como el resto de chicos de la casa, era un buen amigo.

Así que, aún con sus dudas, Nick entró en el cuarto de Matt poco después de que todos regresasen esa noche de celebrar el cumple del chico. Se habían dado todos un descanso de quince minutos y, después, se reunirían en el salón para que Matt pidiera su deseo de cumpleaños en relación al Juego de Chicos.

Matt levantó la vista al verlo entrar en su dormitorio. Nick le sonrió, y Matt le devolvió la sonrisa.

—¿Ya estáis listos para escuchar mi deseo? —Habló Matt con cierto tono de satisfacción.

—No es eso —dijo Nick y alzó la caja donde había envuelto su regalo—. Te he hecho un regalo.

La sonrisa de Matt desapareció.

—Nick... No hacía falta que me hicieras uno.

Ninguno de los chicos le había hecho ningún regalo. Tenían poco dinero, así que se conformaron con regalarle su deseo en el juego.

—Quise hacerlo —dijo Nick—. Ábrelo.

Matt tomó la caja y la desenvolvió. Después, la abrió y vio lo que había dentro. Matt rio.

—¿Me has comprado el mismo consolador que tienes tú?

Nick suspiró.

—En realidad, es el mío. Y no es tal cual un regalo. Es un... "podemos compartirlo".

Matt se puso serio.

—O sea, ¿primero me impones un castigo que ha hecho que todavía me duela el culo cuando me siento y ahora me dejas hacer exactamente lo mismo por lo que me castigaste?

Nick se sintió avergonzado.

—No. O sea, lo que me enfadó fue que...

—Es broma, imbécil —Matt se abalanzó a abrazarlo antes de que pudiera terminar de hablar. Nick sintió todo su ser ablandarse por el abrazo. Se lo devolvió—. Ya sabes que lo siento mucho igualmente, Nick. Y me alegra que esto parezca significar que me has perdonado por fin. Porque... —Se separó de él rompiendo el abrazo—. ¿Me has perdonado?

Nick hizo una mueca.

Con el resto de personas, el gemelo siempre tenía un comentario ingenioso que hacer, un chiste que contar. Pero, con Matt, no. Con Matt a veces se sentía sin nada que poder decir.

—Sí.

Matt le devolvió la mueca.

—Espérame en el salón con los demás. Enseguida iré para allá.

—¿Qué vas a pedir como deseo para el juego?

Nick no tenía esperanzas en que se lo fuera a decir, pero lo preguntó igualmente. La verdad era que le asustaba un poco qué pudiera ser, sobre todo después del castigo que él mismo le había impuesto.

—Oh, Nick... —Matt le sonrió—. No te va a gustar lo que voy a pedir.

Y, por un momento, Nick tuvo la absurda sensación de que lo decía porque había adivinado que sentía atracción por él, y que lo que Matt iba a pedir no guardaría relación con él, sino con su hermano. ¿Y si Matt pedía pasar una noche a solas con Gabriel o parecido? Nick no sabía cómo podría superarlo.

—¿Por qué no va a gustarme? —Si iba a llevarse una decepción, prefería llevársela ya.

Matt rio.

—Bueno, pues porque no te gustan los chicos, ¿no?

Nick se sintió ruborizarse. Eso solo podía significar que iba a obligarle a hacer algo. ¿A hacer algo con él? Antes de que pudiera darse cuenta de su verdadera reacción, Nick bufó.

—Vete a la mierda, Matt —se dio la vuelta y tragó saliva—. Te esperaré en el salón.

Y salió del cuarto con el corazón latiendo fuertemente en su pecho.

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Última oportunidad: ¿qué deseo va a pedir Matt por su cumpleaños? ¿Tendrá que ver con Nick o solo le está tomando el pelo? La semana que viene lo sabremos...

Juego de Chicos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora