A la mañana siguiente, Will picó la puerta de la habitación de Matt antes de que este lo invitase a pasar.
Will entró en la habitación y volvió a cerrar la puerta después. Observó su alrededor. Matt aún continuaba en la cama a esas horas de la mañana, vestido solo con su ropa interior y con las sábanas reliadas en su cuerpo. Will lo observó y la imagen le produjo incluso algo de ternura. Matt era realmente mono cuando estaba dormido o recién despertado: tenía el pelo completamente despeinado, marca de las sábanas por todo el cuerpo y los ojos entrecerrados.
—¿Qué hora es, Will? —Preguntó Matt desde la cama.
—Casi las once y media de la mañana.
Matt resopló y se encogió un poco en su cama, lo que Will aprovechó para sentarse al pie de esta.
—Quería saber qué pasó anoche contigo y Jake.
Matt se llevó las manos a su nuca provocando que todos los músculos de sus brazos y su pecho se flexionaran. Will intentó no fijarse demasiado en eso.
—¿Quieres saber qué hicimos?
Will no sabía si quería saber eso. No era por lo que había ido a hablar con él, desde luego. Solo le interesaba qué había pasado con Jake, y porque no había ni rastro del chico ese día en la casa. Pero ahora que Matt se había ofrecido a contarlo, le invadía la curiosidad.
Se encogió de hombros, y Matt le respondió.
—Jake básicamente me folló.
Will se encontró completamente sorprendido.
—Matt, ¿te...?
—No —lo interrumpió él de inmediato—. No, joder. Me pidió permiso, varias veces. Le dije que sí. No hizo nada que yo no quisiera, quiero que quede más que claro.
La idea de Matt y Jake teniendo relaciones plenas se le hacía algo difícil de digerir. Eran los chicos que más le habían gustado al entrar a vivir con ellos, y que compartieran algo como eso sin él, le acababa poniendo algo celoso.
—¿Y después? ¿Dónde se ha metido hoy?
—Se ha ido.
A Will le salió soltar una risa irónica.
—¿Otra vez?
—Otra vez.
—¿Qué ha pasado ahora?
—Que lo he mandado a la mierda.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¿Por qué? ¿Cómo que por qué, Will?
—Si es por la gilipollez de que si alguno rompíamos las normas del juego tendríamos que abandonar la casa, me parece exagerado que...
Matt volvió a interrumpirlo.
—Joder, Will, claro que no es eso. No soy un capullo, no voy a echar a un amigo al que quiero por esa mierda.
—¿Entonces por qué lo has echado?
—Porque estoy cansado de que su mierda nos tenga que salpicar a todos. Will, Jake... —Matt dejó de hablar, respiró profundamente y continuó—. Jake era al chico al que besé de pequeño, del que os hablé cuando mi castigo. Es bisexual, ¿vale? Le gustan los chicos.
Aquello sí que terminó por sorprender a Will, a la vez que lo dejaba con muchísimas preguntas. ¿Desde cuándo lo sabía Matt? ¿Compartirían los chicos más secretos entre ellos? ¿Significaría ese beso de pequeños algo más para cualquiera de los dos? Antes de que pudiera hacer ninguna de esas preguntas, Matt siguió explicándose.
—Y estoy cansado de que se crea superior a nosotros solo porque nosotros no nos avergoncemos de lo que hacemos, de lo que somos. Es como si... No puedo evitar pensar que en el fondo es un homófobo que piensa que no está bien que no nos avergoncemos de lo que hacemos en esta casa.
—No lo sé, Matt. Puede que simplemente necesite más tiempo, igual que lo ha necesitado Nick, ¿no?
—¿Y a ti? ¿No vas a decir nada de cómo te trata a ti? ¿Crees que no oí lo que te dijo la primera noche que se fue, cuando os estabais peleando? Nadie merece tratarte así, Will, y ni se te ocurra defenderlo en eso.
Will le apartó la mirada, avergonzado. Matt podía tener razón. Quizá Jake no se merecía la más mínima comprensión por su parte, ni mucho menos la mínima simpatía. Pero Will... Es que no podía evitarlo. Sintió su garganta escocer ligeramente.
—Es que no quiero que se sienta solo, Matt —confesó Will.
Matt se incorporó en la cama, probablemente al notar que el tono de Will empezaba a ser amenazantemente frágil.
—A lo mejor se merece creer que, o cambia de opinión, o va a quedarse solo —Matt se inclinó y tocó a Will en el hombro—. Escucha, Will. Jake también es mi amigo, y lo quiero. No quiero que le pase nada malo. Tampoco quiero que salga del armario si no está preparado, por supuesto que no. Solo quiero que, si no se va a sentir cómodo con nosotros por no estar preparado para hacer este tipo de cosas, al menos sea capaz de apartarse, pero no quedarse dentro para hacerse creer que es mejor que nosotros porque según él, detesta todo lo que hacemos y cada una de las pruebas son una puta vergüenza. No quiero que siga con nosotros si es para creerse mejor que nadie. Si de verdad le importamos, volverá.
Will asintió. En el fondo, debía confesar que creía que tenía razón. Jake necesitaba un escarmiento como ese.
—¿Entonces... —Empezó a preguntar Will— a ti te gusta Jake?
Matt sonrió. Después se puso completamente serio.
—Es la persona con quien más he encajado desde que llegué a esta casa. Y lo quiero mucho, Will —Will asintió en respuesta, pensando que definitivamente no tendría nada que hacer con Jake—. Pero no en ese sentido. No me gusta, ni mucho menos estoy enamorado de él. No soy tu enemigo en eso.
Will se tensó al oír esa última frase.
—A mí no me gusta Jake.
—No tienes que mentirme en eso. Al menos a mí no, Will. Lo entiendo. Jake es una buena persona, lo sé. Simplemente tiene que aprender la lección, Will. No serás capaz de tener nada con él si no dejas que aprenda primero.
Will volvió a sentirse de nuevo con verdaderas ganas de llorar. No dijo nada mientras se levantaba de la cama y se marchaba a su habitación. Solo una vez encerrado en su cuarto se permitió llorar.
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Juego de Chicos (+18)
RomanceLo único que Nick, Gabriel, Will, Jake y Matt tienen en común es que convivirán en su nueva casa de estudiantes durante todo un curso. Eso, y que los cinco han aceptado entrar en el juego que Matt les ha propuesto. Las normas son sencillas: -Nadie p...