Will estaba tan concentrado en su tarea con los auriculares a un alto volumen que no escuchó a nadie entrar en la casa. Tampoco pudo percatarse de los demás hablando en el salón con el recién llegado, ni de cómo llamaron luego a su puerta y, tras no recibir respuesta, el chico que había llamado entró en la habitación sin más y se acercó a él.
Se sobresaltó cuando le tocó el hombro con la mano. Enseguida se quitó los auriculares y se giró para ver cuál de los chicos reclamaba su atención.
Sintió que se le quedaba la boca seca al darse cuenta de que era Jake.
En un principio, le pareció estar soñándolo. Había fantaseado con eso por las noches más veces de las que podía contar. Por mucho que le molestase, su subconsciente no dejaba de bombardearlo con la imagen de Jake, con la idea de Jake.
Después, se despertaba y volvía a estar solo. Volvía a vivir en un mundo donde Jake nunca querría estar con él.
Frunció el ceño al ver a Jake en su habitación, esperando el momento en el que se evaporase y su sueño se desintegrase para siempre. Pero no ocurrió. Jake estaba allí. Llevaba el pelo algo más largo que la última vez que lo vio. Lo estaba mirando con sus ojos de esmeralda y sus labios apretados. Esa vez era de verdad.
Le apartó la mano del hombro con timidez.
—Hola —dijo.
Entonces Will reaccionó. Recordó lo último que habían hablado. No lo había olvidado nunca, en realidad: Jake le había pedido que se preocupase por su deprimente vida en lugar de intentar mejorar la de él, y se lo había dicho de la manera más egoísta del mundo.
—¿Qué haces aquí? —Quiso saber Will.
—He vuelto —respondió sin más.
—Bien por ti —respondió Will y volvió a ponerse los auriculares.
No quería escucharlo. Después de tanto tiempo, de tanto desear que volviera... No es que hubiera dejado de desearlo, es que había entendido que merecía más.
Jake le quitó el auricular que había vuelto a ponerse.
—¿Podemos hablar?
Will, de nuevo, se puso el auricular.
—No tengo nada que hablar contigo.
Entonces Jake apagó el ordenador al que tenía los auriculares conectados. Después, le quitó ambos de los oídos con un tirón.
Will, más que enfadado, se levantó de su silla y empujó a Jake con toda la fuerza que pudo, lo que tampoco le hizo retroceder demasiado dada la superior fuerza del otro chico.
—¿A ti qué coño te pasa? ¿Podrías dejarme tranquilo?
—Solo quiero que me escuches.
—Ya te escuché lo suficiente la última vez. Me dejaste claro que no querías saber nada de mí, ¿no?
—Lo siento.
—¿Lo sientes? Qué bien, tío, muy amable. ¿Y ahora qué? ¿Esperas que te la chupe hasta que te vuelva a dar el arrepentimiento?
—Se lo he contado a mi madre.
Will se quedó en silencio, sorprendido.
—¿Qué le has contado?
Jake bajó la mirada. Cerró los ojos y volvió a abrirlos para mirar a Will.
—Que me gustan los chicos.
Will no se lo esperaba. Ante la sorpresa, quiso saber más. Quiso saber cómo se lo había tomado su madre, cómo estaba él, cómo se sentía... Pero estaba tan cansado de interesarse por personas que nunca harían lo mismo con él...
—Me alegro por ti. Y, ahora, vete. Estoy ocupado.
Jake no parecía haber esperado que lo fuera a echar tan pronto. Se puso muy serio.
—Siento lo que te dije la última vez.
—Lo dijiste y punto. Es lo que pensabas, ¿no?
—No de esa manera.
—Jake, en serio, basta. No sabes... No te haces a la idea de lo cansado que es aguantarte. A ti y a todos los que sois como tú. Tenías razón en eso. No quiero estar toda mi vida siguiendo a un chico que un día va a venir a pedirme perdón y al día siguiente va a volver a joderme.
—Will, yo tampoco quiero volver a estar contigo como antes. No quiero volver a hacer... Lo que hacíamos a solas. Sé que no nos hará bien. Si algo dije de verdad la última vez, es que no debes estar preocupándote por la felicidad de los demás sin preocuparte antes por la tuya. Por eso mismo quiero que dejemos nuestros sentimientos apartados. Sigo sin ser alguien que te convenga.
Incluso cuando eso era lo que quería, Will se sintió decepcionado de que Jake también lo tuviera tan claro, de que no le insistiera.
—Entonces creo que lo mejor es que te marches.
—Pero también es verdad que, la primera vez que me fui, no habría vuelto de no ser por ti, por la carta que me escribiste. Todos aquí son mis amigos, pero tú eres quien supo ver en mí incluso a pesar de ser un capullo. Tampoco quiero estar mal con una persona así, ¿puedes entenderlo?
Will le apartó la mirada, avergonzado por las palabras que le había escrito en esa primera carta.
—Vale.
Jake le tomó el brazo.
—Tan solo volvamos a ser amigos, como cualquiera de los demás. Tú... En realidad, no te llamé la primera vez porque quisiera a un sumiso, ni me enfadé tanto con la galleta porque hicieras algo prohibido. Hice todo eso porque me gustabas, Will. Y no supe llevarlo, y te pido perdón por ello. Pero ahora que sé que no estamos hechos para saber llevar algo más, por favor, volvamos a ser amigos.
Will no podía creerse las palabras que acababa de decirle. Había soñado tantas veces con escucharlas... Y ahora, ¿de qué le servía? Le estaba rechazando a la misma vez que le confesaba sus sentimientos. Sintió su corazón doler con tantas ilusiones evaporándose.
—Amigos —dijo Will.
—Sí. Amigos, Will. Por favor.
Will asintió, sin decir nada más.
Jake, cuando se dio cuenta de que no iba a volver a hablar, lo abrazó.
Era la primera vez que Jake lo abrazaba. La primera vez que lo tenía tan cerca y no era para aprovecharse de él sexualmente. La primera vez que lo quería para algo más. Y, aun así, no para lo que él quería. Nadie lo quería nunca como él quería.
Por suerte para Will, Jake no tardó en separarse. Le dijo que los chicos lo esperaban fuera y se marchó de su habitación.
En cuanto estuvo solo, se permitió llorar.
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Hemos llegado a las 300.000 lecturas en la historia!! Muchísimas gracias a todas y todos los que la apoyáis cada semana. Os quiero muchísimo y espero que sigáis disfrutando de lo que queda ❤️❤️
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Juego de Chicos (+18)
RomanceLo único que Nick, Gabriel, Will, Jake y Matt tienen en común es que convivirán en su nueva casa de estudiantes durante todo un curso. Eso, y que los cinco han aceptado entrar en el juego que Matt les ha propuesto. Las normas son sencillas: -Nadie p...