Jake se había incorporado al grupo con una enorme naturalidad. Había hecho las paces con Matt, había vuelto a reírse con todos y el grupo de nuevo estaba haciendo cosas juntos. Incluso habían quedado al día siguiente para pensar una nueva prueba para El Juego de Chicos.
Eso, a Gabriel no le molestaba en absoluto. Nunca había tenido un vínculo estrecho con el pelirrojo, pero tampoco le había caído mal. Se alegraba de volver a tenerlo con ellos.
Sin embargo, de lo que no se alegraba tanto era de cómo había hecho también las paces con Will. Lo último que Gabriel había hablado con su amigo era que, aunque le gustaba Jake, nunca volvería a aceptar su cercanía incluso aunque se disculpara. Y ahora, de repente, Jake volvía a casa y todo era como si nada.
Jake había entrado a hablar con Will nada más llegar y, sin que Gabriel supiera de qué habían hablado, todo se había solucionado entre ellos como si nada.
Joder... A Will no le convenía. ¿Estarían volviendo incluso a...? Se sintió incómodo de pensar en Will haciendo con Jake las mismas cosas que había hecho con él, pero más incómodo le puso pensar en el daño que le podría hacer después si seguía jugando con sus sentimientos.
Después de un tiempo pensándoselo, una noche Gabriel aprovechó el momento en el que Jake se lavaba los dientes para encerrarse con él en el baño, donde no los escucharían hablar.
—¿Qué tal sienta volver a casa? —Preguntó Gabriel después de encerrarse con él lo más disimuladamente que pudo en el baño.
Jake, que parecía extrañado de su ímpetu por hablar a solas con él, se encogió de hombros.
—Bien, me alegro de volver a estar con vosotros.
Gabriel asintió, se cruzó de brazos y pensó que no tenía sentido seguir con rodeos.
—Jake, ¿podría pedirte algo?
Jake asintió mirando a Gabriel a través del espejo.
—Claro, ¿qué pasa?
Gabriel asintió e intento sonar lo menos malhumorado posible.
—Es sobre Will.
Jake entreabrió los labios.
—¿Qué pasa con Will?
—En el tiempo en el que estuviste fuera, él y yo nos hicimos más amigos, y hablamos de cosas.
Jake parecía desorientado. O se hacía el desorientado.
—¿Y bien?
—Y... Hablamos de ti, Jake —Gabriel respiró hondo—. Sé lo que... tuvisteis. Y creo que es mejor que no dejes que se repita. Si no te gusta Will, no juegues con él, ¿vale? Solo quería pedirte eso.
Entonces, Jake rio cómo si acabase de entender algo de lo más gracioso. Gabriel intentó adivinar qué le hacía tanta gracia.
—Vale —respondió Jake, sin más.
Gabriel, algo extrañado, no supo cómo seguir la conversación. Entonces hizo por marcharse del baño para dar por terminada la charla. ¿Qué más podía añadir?
—Podrías pasarme un día de estos el vídeo —añadió Jake, sin borrar la sonrisa—, por si alguna noche no tengo con qué quedarme dormido.
Gabriel se giró de nuevo hacia él.
—¿Qué vídeo?
—El porno que grabasteis —dijo con naturalidad.
Entonces Gabriel se ruborizó por completo, terriblemente avergonzado.
—¿Quién te lo ha contado?
Jake hizo una mueca.
—Will, claro —se mostró sorprendido—. No jodas, ¿era un secreto vuestro?
¿Lo era? No, en ningún momento habían dicho que lo fuera. Simplemente Gabriel tampoco había esperado que lo fuera contando, y menos a Jake. Se sintió incluso traicionado.
—Olvídalo —dijo Gabriel.
—Di la verdad, Gab. ¿Por qué motivo quieres que no me acerque a Will? ¿Es porque piensas que no me gusta, o porque lo quieres para ti solito?
Esas palabras terminaron de enfurecer a Gabriel, quien se acercó a él hasta tenerlo prácticamente pegado.
—Fuiste un capullo con él, Jake. No deberías tener derecho a tocarlo.
Jake se le acercó más aún a Gabriel, tanto que bastó con susurrarle para que lo escuchara.
—El problema es que quien me da derecho a hacer o no cosas con Will, es el mismo Will y no tú, gemelito. ¿Por qué no vas a hablar con él? Oh, ya, claro. Porque no crees que te haría el menor caso, ¿verdad? Como amistad, la vuestra quizá se quede un poco floja.
¿De qué coño iba? Acababa de llegar y ya iba a volver a crear enemistades. Gabriel no se lo había dicho a malas, solo quería lo mejor para su amigo. Pero la forma en la que se burlaba de él lo estaba poniendo tan nervioso.
—Tú no quieres a Will lo más mínimo.
—Y tú sí —dijo Jake, y ante el silencio que se formó, sonrió—. Qué sorpresa, y yo que pensaba que eras más de dejar las cosas en familia. Ya sabes, con tu hermano.
—Como vuelvas a decir algo de mi hermano te parto la cara, capullo.
—Acabo de llegar y ya voy a volver a pegarme con cualquiera de vosotros, eso sí que no me lo esperaba —no dejaba de sonreír, divertido—. ¿Qué ha sido lo que tanto te ha gustado de nuestro amigo Will? Déjame adivinar: en tu caso, tiene pinta de haber sido las mamadas —le puso la mano en la cara—. No te culpo, el hijo de puta sabe hacerlas como nadie, ¿eh?
Gabriel le apartó la mano de un manotazo, hirviendo de ira. ¿Le habría hablado también de las duchas? ¿Cómo había sido capaz? Se llegó a sentir incluso enfadado con el mismo Will.
—He intentado decírtelo por las buenas, pero te lo diré por las malas. No te acerques a Will. Y mucho menos te atrevas a hacerle daño.
—¿Sabes lo que pasa, gemelito? Después de tanta mierda, de tanto reprimirme, vuelvo a esta casa aceptando por fin lo bien que me lo paso con cualquiera de vosotros metido en mi cama, y lo último de lo que tengo ganas es de que llegue nadie a decirme lo que puedo y no puedo hacer.
—Si le haces daño, te juro que lo pagarás.
—Se me ocurre una forma más útil de mantenerme alejado de Will. Mira, te la explico. Tú te pones de rodillas, yo me saco la polla y me la chupas hasta dejarme sin ganas de meterla en la boca de nadie más. ¿No te parece más fácil y menos violento?
Gabriel no quiso escuchar ni un solo comentario más de mierda.
—Tómatelo como quieras, capullo. Pero no digas que no te lo advertí.
Se marchó del baño después de eso.
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Hmmmm, gracioso. Pero no gracioso de risa. Gracioso de raro.....
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Juego de Chicos (+18)
RomanceLo único que Nick, Gabriel, Will, Jake y Matt tienen en común es que convivirán en su nueva casa de estudiantes durante todo un curso. Eso, y que los cinco han aceptado entrar en el juego que Matt les ha propuesto. Las normas son sencillas: -Nadie p...