Celos

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Jake entró en la habitación de Will con total confianza, sin apenas llamar a la puerta.

Will, que estaba acostado en su cama leyendo, no pareció molestarse porque lo hiciera. Jake y él habían empezado a ser... ¿Amigos, quizá? Jake no sabía bien cómo llamarlo. No había vuelto a ver sexo entre ellos, ni siquiera insinuación. Jake tampoco lo echaba de menos. Al menos, no demasiado.

Estaba bien así con Will. Después de todo, se conformaba con no sentir su rechazo.

Claro que, por otro lado, estaba la conversación que tuvo con Gabriel el otro día. Le había enfadado, mucho. Incluso cuando habían pactado que no volvería a haber nada entre Will y él, a Jake nunca le había gustado que lo limitaran. Menos aún quería que lo limitaran ahora que empezaba a ser libre. No era justo.

Por eso, entró ese día en la habitación de Will con un plan trazado. Si Gabriel quería jugar, jugarían. Pero Jake se encargaría de usar bien sus cartas.

—¿Qué tal? —Le preguntó Jake cerrando la puerta al estar dentro.

Will se encogió de hombros.

—Bien. ¿Necesitas algo?

Jake sacudió la cabeza.

—Solo me aburro. Quería ver qué hacías.

Will esbozó una mueca. Jake se la devolvió.

—Leyendo. También algo aburrido.

Jake bajó la mirada, amplió la sonrisa y dijo:

—En realidad, puede que sí tenga algo que decirte.

Will se incorporó en la cama, visiblemente preocupado.

—¿Ha pasado algo?

—No, tranquilo. Es simple curiosidad.

—¿Sobre qué?

—Es que... Gabriel me contó que grabasteis un vídeo. ¿Es eso verdad?

¿Se lo contó Gabriel? No, por supuesto que no. ¿Se lo había contado Will? Pues... Tampoco. Will se lo contó a Matt, y Matt a Jake. Jake se encargó de hacerle creer a Gabriel que Will se lo había dicho, y ahora haría creer a Will que fue Gabriel quien le informó.

Era arriesgado. Si Gab y Will hubiesen hablado entre ellos, lo habrían pillado. Pero no fue así.

—Sí —dijo Will, medio avergonzado—. Es verdad.

Jake asintió, aliviado.

—Es que... A ver, no te pongas en plan dramático, ¿vale? Pero me dio curiosidad y le pedí verlo —mintió—. Y Gabriel me dijo que a él no le importaba, pero que te lo pidiese a ti, por si acaso.

Jake quería ver el vídeo. Necesitaba verlo. No sabía si era por curiosidad o... Algo más. Pero, joder, ¿un vídeo porno de Gabriel y Will? ¿Quién no iba a querer verlo? Sabiendo lo que Will era capaz de hacer, y lo bien que podría lucir Gabriel en un vídeo de ese tipo... Joder, era obvio que tenía curiosidad.

—¿Quieres ver el vídeo?

Jake se encogió de hombros.

—No sé. Admite que la idea es llamativa.

Will se pareció pensar qué decir.

—Pensaba que ya no querías saber nada de mí en ese sentido.

Jake avanzó, se sentó en mi cama.

—Solo te estoy pidiendo verlo. Oye, si no quieres, lo respeto. Es solo... Me gustaría verlo. Me gustaría verte.

Funcionó. Will sonrió, y enseguida cedió.

—Vale, bueno. Podemos verlo. Pero te advierto que si me da mucha vergüenza pienso quitarlo.

Jake aceptó, y esperó mientras Will cogía su móvil y buscaba el vídeo. Jake y él se acomodaron en la cama, uno junto al otro, y empezaron a verlo.

Vieron el inicio, y Jake se dio cuenta de cómo Gabriel parecía mucho más nervioso que Will. Actuaba peor, pero tenía que admitir que incluso eso tenía su punto. El gemelo era realmente lindo de cara a la cámara. Tan potente visualmente, y aun así tan inocente de comportamiento. Era un buen combo. Y Will... Will sí que sabía a la perfección cómo desenvolverse.

Comenzaron a tocarse. Will lo masajeaba, y le fue quitando la ropa, hasta que llevó sus manos a la entrepierna de Gabriel.

Jake se sintió incómodo. De repente, ver las manos de Will sobre otro se le hizo... No desagradable, pero raro.

Will estaba a su lado, pero apenas miraba el vídeo. Jake siguió prestándole atención. Llegados a un punto, Will empezó a usar su boca.

Joder, objetivamente el vídeo era la ostia. No solo los dos chicos eran brutales, sino que se les notaba... Unidos, cómodos. ¿Cómo de unidos?

—Lo disfrutaste —dijo Jake.

La pregunta sorprendió a Will.

—Claro que lo disfruté. ¿Qué esperabas?

—No sé. Tenía curiosidad. Pensé que quizá encontraba algo más... Fingido.

—No hacía falta fingir.

Jake tragó saliva. Lo siguió viendo. Contempló cómo Gabriel se encargaba de devolverle el favor. Primero tocándolo, luego usando sus labios. Jake no apartaba la mirada de la expresión de placer de Will.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—¿Sí?

—¿Pensaste en mí mientras cerrabas los ojos?

Will se rio, como si fuera gracioso.

—Jake, que sintiera cosas por ti no significa que Gab no me atrajera. No necesito pensar en ti para ponerme caliente.

Habló de sus sentimientos por él en pasado. Se reajustó en la cama, incómodo.

—¿Lo hace bien, entonces?

—¿No lo ves? Gab es la ostia.

—¿Y follasteis? —Dijo Jake, impaciente, adelantando el vídeo.

Lo vio. Sí que lo hicieron. Hicieron de todo.

—Claro.

—Hagamos otro —dijo de repente—. Tú y yo. Grabemos uno nosotros y sube los dos vídeos. A ver cuál tiene más visitas.

Will enarcó una ceja.

—¿Para qué?

—Sería divertido.

—Jake, no creo que tú y yo pudiéramos superar en visualizaciones a este vídeo.

—¿Cómo que no? Míralo, Gab te folla como si fueras una puta reliquia de porcelana. Yo sé hacerlo mejor.

Will se apartó, como si le acabase de sorprender algo.

—¿Jake? Estás... ¿Estás celoso de Gabriel?

Jake no lo miró a los ojos.

—No digas gilipolleces.

La puerta se abrió, de nuevo sin llamar. Jake enseguida paró el vídeo. Miró a la puerta y vio a... Gabriel.

Genial.

La mirada de Gabriel se tensó al verlos juntos en la cama. Jake se esforzó en dejar de lado toda la incomodidad que le había producido el vídeo, y le sonrió al gemelo.

—Traigo visita —dijo Gabriel—. Cuando acabéis lo que sea que estéis haciendo, salid al salón. Mi amigo Zach quiere proponeros algo.

Juego de Chicos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora