--- ENTE| es un concepto filosófico que remite a lo que es, existe o puede existir. Un ente participa del ser y tiene propiedades que, como ente, le son propias.
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[ historia en castellano ]
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Leah abrió la puerta de su clase con prisas para salir de la escuela y poder irse directamente a su habitación del laboratorio. Deseaba con todas sus fuerzas seguir entrenando para poder evolucionar su poder.
Se sorprendió al ver centenares de alumnos bloqueándole el paso, todos apelotonados en el pasillos.
Uraraka se posicionó a su lado al verla pasmada en su sitio.
- Pero-pero, ¡de donde salen todos estos! -exclamó, anonadada.
- ¿Que queréis vosotros de la clase de primero A? -cuestionó Iida.
- ¿Como vamos a salir de aquí? ¡¿Qué queréis de nosotros?! -exigió saber Mineta.
Bakugo caminó tranquilamente, hasta posicionarse a la izquierda de la azabache, mirando hacia los alumnos del pasillo sin interés.- Quieren ver la competencia, tonto. Tienen curiosidad por los novatos que se enfrentaron al ataque de los villanos. Pero no les va a servir de nada. -negó.- Apartaos inútiles.
Detrás de los dos, Mideoriya y Uraraka empezaron a balbucear, mientras que Iida le reprochaba por ir insultando a gente que ni tan solo conocía.
- La famosa clase de primero A. He venido por simple curiosidad y me encuentro con una chulito...y a una preciosidad. -murmuró, escaneando de arriba a abajo a la azabache que se encontraba a un lado del rubio.
Mineta balbuceó con prisas, tiroteando del uniforme de la persona que había a su lado derecho.- ¡Le ha llamado preciosidad, solo puedo hacerlo yo! ¡Iida haz algo!
Cansada, la de ojos violeta suspiró, haciéndose paso entre los alumnos. Estos se apartaron rápidamente.
Su camino fue interrumpido por el chico de pelo lila con ojos del mismo color, mientras que las ojeras eran visibles por debajo de sus ojos. Este la agarró de la muñeca, haciendo una diminuta mueca.- Es de mala educación irte mientras te hablan. -ronroneó burlesco.
Leah simplemente se soltó de su agarre bruscamente, mirándole a los ojos con rabia.- No me toques. -bramó, escupiendo con veneno cada palabra que decía.
Tras eso, se abrió paso entre los demás estudiantes, marchándose de allí mientras escuchaba la voz del chico por los pasillos.
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