28 - kidnapping

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— capítulo veintiocho.
(secuestro)

Al abrir mis ojos tan solo me encontré con una cegadora luz, que hizo que gruñera y volviera a cerrarlos

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Al abrir mis ojos tan solo me encontré con una cegadora luz, que hizo que gruñera y volviera a cerrarlos.

Unos largos dedos se movieron por mi mejilla, y lentamente abrí de nuevo mis ojos para encontrarme con unos ojos azules que me observaban de forma atenta.

Era un chico de pelo negro, y con demasiadas cicatrices en su piel.

No tardé en recordar todo lo ocurrido, miles de imágenes corriendo por mi mente.

El contrario me sonrió, estaba de cuclillas.

Se levantó de forma perezosa, caminando de forma despreocupada hasta la puerta.

Intenté moverme, pero sorpresa la mía fue darme cuenta de que me habían encadenado de pies a manos. Ahora intenté utilizar mi don, pero fue un completo fracaso.

El chico dejó de caminar cuando estaba por salir de la puerta.

- Oh, se me había olvidado, las correas con las que te hemos atado hacen que no puedas utilizar tu don.

Y dicho aquello, salió de la habitación, sin si quiera preocuparse por cerrar.

Bufé, girando mi cabeza por toda la habitación,

No había nada, solamente estaba yo sentada en aquella silla y una ventana en la pared de la derecha.

Rápidamente mi mirada se dirigió a mi abdomen, y me encontré con una gran venda.

Ya no llevaba mi destrozada ropa, ahora solamente portaba un chándal gris holgado y un top deportivo, que era el mismo que tenía cuando ocurrió todo la noche del campamento.

Al escuchar pasos corriendo levante mi cabeza hacia la puerta, donde una sonriente chica rubia se acercaba hacia mí.

Esta rio de forma coqueta, agachándose y acariciando mi cara con delicadeza.

- Hola, Leah. -murmuró, chupando su labio inferior sin pudor, sus ojos corriendo todo mi cuerpo.

- ¡Toga! -exclamó un chico de pelo azul cielo que rápidamente reconocí como el mismo villano que casi mata a Aizawa.

Le observé con recelo, escuchando la voz de la chica refunfuñar, antes de darse media vuelta para salir de la habitación.

Mi acompañante en aquella habitación no tardó en acercarse, y un escalofrío no tardó en recorrer por mi espalda, escuchando el grito de Bakugo llamando por mi nombre.

- ¡Katsuki! -chillé, sintiendo mi garganta quemar.

Ignoré aquel sentimiento, diciéndole a mi amigo que me encontraba bien y que no se preocupara por mí.

- Llévame con Katsuki. -gruñí hacia el villano, que simplemente sonrió y negó con la cabeza.

La rubia que se encontraba a centímetros de mi cara ahora estaba aplastando mis mejillas, jugueteando con mi piel como si fuera lo más divertido.

ENTITY | My Hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora