--- ENTE| es un concepto filosófico que remite a lo que es, existe o puede existir. Un ente participa del ser y tiene propiedades que, como ente, le son propias.
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Suspiré, observando mi reflejo en el agua cristalina de la piscina.
Mañana nos iríamos al campamento de verano, y tras el campamento, dejaría la academia.
Aunque durante aquel pequeño periodo de tiempo Ryan y yo habíamos intentado convencer a Nathan para que yo no tuviera que dejarlo, el moreno cada vez parecía más blando con su decisión, pero no lo suficiente como para convencerlo.
- Eh, Leah, ¿te encuentras bien?
Ante la voz suave de Uraraka levante la cabeza, encontrándome con la mirada de la castaña puesta en mis ojos.
Asentí sin darle mucha importancia.
- Ochako tiene razón, Leah. De normal eres callada, pero hoy lo eres más de lo habitual. -le continuó Jiro, llegando a un lado de la castaña.
Reprimí un suspiro, mientras negaba con la cabeza.
- Solo estoy pensativa.
Un sonido proveniente de la entrada nos distrajo a todas, haciendo que nuestra atención parara allí.
La mayoría de chicos entraron portando también el bañador que la escuela nos había proporcionado.
Las chicas no tardaron en salir del agua, por mi parte yo permanecí sentada en el bordillo de la piscina con pereza.
- Entonces llevas dias pensativa. -musitó Momo, quien en ningún momento se había apartado de mi lado.- Sabes que puedes contar conmigo, ¿no?
Ya no pude contener mi suspiro con ella, y simplemente asentí lentamente, con la mirada perdida.
- Lo se Momo, es solo que...- intenté que las palabras salieran de mi boca, pero simplemente se quedaban atoradas en mi garganta. Me era imposible quitar aquella barrera que me había puesto desde pequeña, y odiaba no poder hacerlo.- es complicado.
La de pelo negro me sonrió, poniéndose de pie y ahora siendo ella quien me tendía la mano en busca de que me levantara.
- Tranquila, ahora solo disfruta de este momento.
Me levanté con su ayuda, viendo como las chicas se acercaban para preguntarnos si nos apetecía jugar.
Por mi parte negué, dejando y convenciendo a Momo de que fuera sin mí.
Me encaminé hacia una esquina a la que le daba sombra, sentándome para observar como las demás chicas jugaban de forma divertida con la pelota.
Un chico ya conocido se sentó a mi lado, ni siquiera tuve que mirar para ver de quien se trataba.
- ¿Por qué no has ido a jugar con ellas? Se lo están pasando bien.
Miré de reojo como el contrario me tendía una lata de refresco, mirándome de forma atenta con sus ojos hetero cromáticos.
