--- ENTE| es un concepto filosófico que remite a lo que es, existe o puede existir. Un ente participa del ser y tiene propiedades que, como ente, le son propias.
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- ¿No iré con los demás? -pregunté, a sabiendas que los demás debían encontrarse viajando junto a Aizawa en el transporte público para ir a su respectiva agencia.
El adulto a mi lado elevó una ceja, abrochándose el cinturón.- ¿Quieres ir con ellos?
Negué, sentándome en los asientos poli piel que tenía el peli negro en el coche.- No está del todo mal ir contigo.
- Dirás, no está para nada mal ir contigo. -me corrigió, poniendo el coche en marcha.
La agencia de Ryan no se encontraba en el laboratorio, ni mucho menos. Aunque entrenábamos allí, ya que era lo más fácil.
Suspiré. Tenía en claro que la semana sería dura. Nunca he sabido que clase de entrenamiento haría con Ryan. Sus métodos de enseñanza eran muy diferentes entre ellos.
A veces me hacia clases de yoga, otras veces pelea cuerpo a cuerpo, meditación, quedarme quieta en alguna postura dolorosa, tener que pillarle mientras él utilizaba su don, aunque aquello era imposible. Y miles de métodos más que yo llegaba a pensar cada vez más lo inútiles que eran.
Podría haberme ido con cualquier otro héroe. Pero creo que nunca estaré preparada para que alguna otra persona que no sea Ryan intente enseñarme.
Y sé que él tampoco está preparado para enseñar a cualquier otra persona que no sea yo. Ya que en todos los años que he estado junto a él no le he visto entrenar a ni una sola alma que no fuera yo. Y este curso pensaba que querría entrenar a alguno de mis compañeros, por haber visto el campeonato deportivo.
- ¿Qué está pasando por esa mente tuya?
Dejé de fijar mi vista en la carretera para mirar de reojo al héroe, viendo como había girado su cara para observarme.
- No me gustaría tener un accidente, mira hacia la carretera.
El contrario se rió, volviendo su mirada negra a la carretera.- Oh oh, alguien está en sus días.
Gruñí, oyendo el canturreo escaparse por los labios del adulto.
Refunfuñando por lo bajo, aprecie las calles coloridas en las que nos encontrábamos. Me emocionaba salir de mi zona de confort, conocer nuevo mundo y nuevas calles.
- ¿Dónde estamos?
- En Hosu.
Asentí por su información, a sabiendas que él no podía verme por su atención puesta en la calle.
- ¿Por qué aquí?
- Era lo más barato que encontré.
Bufé. Por favor, era el héroe número cuatro. El dinero le sobraba.- Espero que esté en buenas condiciones.
