Extra #1

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Año nuevo

Espacio temporal: 31/12/2012

Edad: 16 años

Axel

Llego a casa después de una larga jornada de trabajo en el bar y dejo la mochila en la entrada tirada de cualquier manera. Me encamino al salón donde veo a mi madre tumbada en el sofá, ella se sobresalta por mi presencia a la vez que esconde algo debajo del sofá y me pregunta cómo estoy intentando desviar mi atención del objeto que oculta.

Le respondo con un simple bien y le pregunto por la cena, la cual aun no ha hecho. Me ofrezco a ayudarla, pues todas las noches de año nuevo, hacemos la cena juntos y después ponemos alguna canción para alegrar el ambiente entristecedor que hay en la casa.

Me coloco a su lado y comienzo a cortar la cebolla, mientras, ella coje un cuchillo para cortar otras verduras. Observo sus movimientos, son algo torpes, pero lo disimula. Le pregunto si todo va bien a lo que ella me da una respuesta afirmativa con la cabeza.

Cuando intenta trocear las verduras por poco se hace un corte en el dedo así que cojo el cuchillo de su mano y lo alejo de ella. Mi madre emite una risa ronca y dice:

⸺ ¿Sabes que te quiero, Ax?

Me fijo en su expresión culpable, en sus ojos lacrimosos enrojecidos y en su voz ronca. Cierro los ojos y tomo una bocanada de aire antes de responder.

⸺ Me encantaría que pensaras eso sobria, mamá⸺ digo en voz baja saliendo de la sala íntegramente decepcionado

Subo hasta mi habitación teniendo un duelo mental conmigo mismo ¿De verdad voy a dejarla sola en día de año nuevo? Con un pinchazo en el pecho tomo las llaves de mi vehículo y una chamarra.

Harto de la situación, salgo de casa dando un portazo que hace que el suelo retumbe por unas milésimas de segundo. No solo estoy enfadado y decepcionado con ella, si no conmigo mismo al no ser suficiente motivo para ella. Cojo las llaves de la moto del bolsillo derecho de mi pantalón y me subo al vehículo sin ningún rumbo en particular.

Subo la colina a trompicones, es un sendero lleno de pequeñas rocas que dificultan el manejo de mi moto, y decido aproximarme a la fuente de luz que se divisa a unos cuantos metros de mí.

Apago el motor de la moto y la dejo apoyada en un árbol. Con la linterna del móvil me guío entre las ramas y árboles del bosque que obstaculizan mi caminata. Una melodía comienza a hacerse escuchar a la vez que me aproximo más a la luz. Me escondo tras un árbol cuando veo la imagen de un coche con las luces encendidas, la fuente de sonido y luz, ya que puedo divisar la radio encendida desde mi posición.

A unos pocos metros del vehículo se encuentra una bella chica bailando al son de la melodiosa música.

Porta un suéter ancho con capucha, unas mallas negras y unos tenis. Su cabello rojizo se encuentra recogido en un moño alto y sus ojos están cerrados disfrutando de la música. Hipnotizado me quedo observando a la bailarina que goza en el pequeño rincón de la colina, gira sobre si misma, hace pliegues con sus piernas y da saltos majestuosos como toda una profesional en el ballet.

Parece una ninfa del bosque, con su atractivo cabello, el color de su piel y la delicadeza que porta, cualquiera podría decir que su belleza es de otro planeta.

Saco mi teléfono y le saco una foto, el escenario en sí es bonito

Cuando la música termina cometo el error de retroceder un paso haciendo que las ramas crujan sobre mis pies y la bailarina jadee asustada. Da unos pasos hacia atrás mirando mi figura y veo el miedo en su rostro. Sin saber muy bien que hacer doy dos pasos lentos hacia delante dejando que la luz de su coche me ilumine.

Rojo Puro Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora