Capítulo 34

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Jane

<<⸺ Prepara las maletas, nos vamos a una ciudad del norte, no olvides llevar abrigos ⸺ oigo la voz de mi novio.

⸺ ¿Qué? ¿Por qué?

⸺ Hace unos días te dije, Jane ⸺ rueda los ojos con desagrado, gesto casi habitual en él. Recuerdo lo poco que le gustaba que yo lo hiciera en nuestros comienzos de la relación⸺. Unos amigos nos han invitado a su casa, nos quedaremos todo el verano.

⸺ Pero ¿Cuándo iremos a ver a mis padres? Quedamos en que los volveríamos a ver pronto ⸺ el tono de desilusión tiñe mi voz inevitablemente.

⸺ Ya iremos más tarde, no seas egoísta.

⸺ Está bien.

⸺ ¿Eso es todo?⸺enarca una ceja ⸺ discúlpate.

⸺ ¡No he hecho nada! ⸺ me quejo.

⸺ ¡Te comportas como una egoísta, Jane, discúlpate de una maldita vez!

⸺ ¡Lo siento! ¿Bien?

⸺ Cállate, acabas con mi paz mental ⸺ escupe con ira antes de tenderme una pastilla.

⸺ ¿Qué es esto? ⸺ pregunto desconfiada.

⸺ Tómatela, es para que no te marees en el viaje.

⸺ Nunca me mareo, no te preocupes ⸺ hago afán de dejar la pastilla a un lado, pero él no me lo permite.

⸺ Tómate la pastilla, vamos a volar muy alto y no quiero que me vomites encima.

No hago amago de tomármela siquiera, por lo que él mismo se acerca a mí y la mete en mi boca de malas maneras haciéndome toser… >>

Ha pasado una semana desde mi último encuentro con Axel fuera de lo laboral, él no ha insistido de nuevo en hablarme, ni siquiera rozarme cuando nos cruzamos por los pasillos, yo tampoco he hecho amago. Al parecer ambos nos estamos tomando muy al literal lo de tomarnos un tiempo.

Me he tomado una semana de descanso en general. Intento crear alguna estrategia para colarnos en los pasadizos mientras mantenemos la seguridad del orfanato, puesto que esa va a ser nuestra entrada esta vez.

El principal motivo por el que estoy forzándome a trabajar es por Axel, quien se ha vuelto bastante más estricto de lo que era antes.

A veces me da la sensación de que intenta aflojar un poco conmigo debido a mi situación. En los últimos días he estado bastante decaída y con pocas ganas de cubrir mis ojeras con maquillaje, así que seguro que se ha dado cuenta de que mi estado no es el mejor.

También me he tomado mi tiempo para procesar todo lo que Axel me contó hace unos días. He tenido la tentación de llamar a mi padre varias veces. No porque no confíe en Axel, sino porque quiero oírlo también de su boca, quiero que me diga si realmente me extraña, si le dolió verme en ese estado, si está arrepentido… Pero, por otra parte, tengo miedo de que mi curiosidad desate unas respuestas que no quiero escuchar.

Dejando eso a un lado, hoy me he despertado de buen humor, y eso es mucho decir, así que he decidido hacerme un buen desayuno e invertir algo de tiempo en maquillarme.

Aprovecho que hoy todos mis alumnos tienen examen y no tengo que usar ropa de deporte para ponerme un vestido que no es elegante pero tampoco se puede considerar vulgar en la institución.

Rojo Puro Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora