Jasha Petrov

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No dormí en toda la noche debido al constante dolor en mis costillas. Mi mejilla se había descinchado con el frío de la brisa nocturna. 

Mire la hora en mi celular, aún faltaba una hora para que sonara la alarma.

Mi mano derecha estaba quemada por el cloro, la alergia se había extendido hasta la parte del antebrazo, intente tocarlo pero el dolor era bastante agudo. Resignada entre a la ducha, la quemadura reacciono al agua provocando un terrible dolor, mas no me permití soltar ni el más mínimo quejido.

Salí de la ducha. 

Me aplique el ungüento desde al antebrazo hasta la muñeca, lo cubrí con un vendaje cilíndrico, después hice un vendaje de ocho en mi mano derecha, me puse bb cream para ocultar lo último del moretón en mi mejilla y me puse un poco de labial rosa para ocultar la herida en mi labio.

Una vez lista, salí de casa, cerré el portón sin cuidado, no me importaba que escucharan mi salida. Aún estaba oscuro, el alba no tardaría en despuntar el cielo, algunos faroles aún estaban encendidos.

Deje mi celular en casa, no deseaba saber nada de mi familia por el resto de la mañana, entonces recordé que había rechazado todas las llamadas de Léon la tarde anterior.

Después me las arreglo para darle una explicación-susurre abrazándome por el frío.

Me dedique a conocer los barrios de la ciudad, las plazas predominaban en la zona centro, los centros recreativos le seguían, después estaba la zona roja, a la cual no entre.

El tiempo transcurrió hasta que llegue cerca del área cultural, fue entonces que pase a lado de la gran biblioteca, aún era temprano así que entre al edificio.

La bibliotecaria era una mujer de avanzada edad, su rostro denotaba amabilidad, vestía casi de la misma manera que yo, solo que en colores más vivos.

-Buenos días jovencita ¿En qué puedo ayudarte?-pregunto amable la mujer.

-Buenos días señora...

-Oh, puedes llamarme Clara, cielo-ofreció la señora.

-Me temo que debo declinar, no me es permitido tutear-conteste-espero no haberla ofendido-pensé.

-Entonces puedes llamarme Sokolov-contesto la mujer con una sonrisa.

-Claro, Señora Sokolov. Me llamo Aliona. Aliona R Volkova Martz -conteste a tan amable mujer.

-Oh tienes un encantador y poco usual nombre-comento la mujer-Oh, espera eres pariente de aquel oficial de fuerzas especiales-entonces hizo una pausa pensativa- lo siento, creí haber escuchado esos apellidos juntos antes, ahora mi memoria falla y no recuerdo donde lo escuche-hizo otra pausa-Bueno ¿en qué te puedo ayudar?

-Oh cierto, casi lo olvido... ¿Dónde se encuentra la sección de libros de administración de tecnologías de la información?-pregunte ignorando totalmente lo que dijo anteriormente.

-¿Disculpe?-pregunto la mujer.

-Los libros donados por universitarios, los libros de informática-explique.

-Oh cielo, me destanteaste por unos segundos. Están en el segundo pasillo al fondo, a mano derecha, en la sección I'16-contesto la señora Sokolov.

-Gracias-conteste antes de introducirme en el mar de estantes.

Uno a uno los fui contando-sección I'13, I'14, I'15 y I'16, lo encontré-susurre.

Los libros de informática se apilaban uno al lado de otro, los más nuevos y relucientes estaban primero, los ignore. Yo tenía la intención de leer los usados, tome uno y lo hojeé, leí a vuelo de pájaro los temas principales así como las notas de los antiguos dueños.

Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora