No era mi intención

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*Aliona*

-Bien Aliona, bien-dijo el señor Glam-sigue con el violín.

-Sí, profesor-conteste levantándome del banquillo del piano.

-¡Ya llegue familia!-escuche el grito de Heavy.

Este chico grita mucho, se nota que es enérgico. Siempre trasmite mucha energía y buena vibra-pensé. 

Agarre el violín, estaba por tocar cuando escuche un golpe- ¿Se golpeó?, ¿Estará bien?-susurre mientras caminaba a la puerta.

-Haces mucho ruido-le reclamo Dee.

Está bien-susurre aliviada soltando la perrilla.

-Estas en casa, hermano gruñón-contesto Heavy.

Entonces recordé cuando mi hermano y yo discutíamos por cualquier cosa.

-¿En dónde más debería de estar?-pregunto estirando los brazos.

-Selene regreso a la ciudad.

Se hizo un silencio. Me asome por ligeramente por la puerta y mire el rostro de Dee, el rubio tenía el semblante confuso, irritado y triste pero al mismo tiempo tenía una cara de enamorado. Me sorprendí al ver que tenía las manos echas puño.

Conozco esa cara y ese cuerpo tenso-pensé comprensiva-está enamorado de esa chica pero al mismo tiempo molesto y decepcionado, es como si le hubieran roto el corazón.

-Comienza a tocar Aliona-ordeno el señor Glam.

-Sí, profesor-conteste.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando cruzo miradas con Heavy.

-¡ALIONA HOLA! ¿Cómo ESTAS?-grito el menor de la casa.

-En clase, hablamos cuando termine si quieres-le conteste antes de cerrar la puerta.

-¡CLARO ACA TE ESPERO!-lo escuche gritar desde el otro lado de la puerta.

Es lindo-pensé.

Comencé a tocar mi pieza de tarea, era una pieza alegre por lo cual me molestaba, una vez que termine mi mano dolía y temblaba ligeramente.

-¿En que estabas pensando?-pregunto el señor Glam.

-La pieza es larga y demasiado alegre para mi gusto-conteste.

-Interesante. ¿Por qué dices que es alegre?-pregunto.

-Narra la vida de unos enamorados. Es tan empalagosa que quiero vomitar-conteste.

-Interesante idea-contesto entrelazando ambas manos frente a su mentón-es todo por hoy, puedes retirarte.

-Gracias-conteste haciendo una ligera reverencia.

Salí de la habitación, Heavy me estaba esperando.

-¡Tocas genial!-dijo con sus ojos brillosos.

-Gracias-conteste apenada.

Se hizo un silencio.

-Bueno yo... ya me voy-dije a Heavy.

-¡Espera!

-¿Qué ocurre?-le pregunte al ver que tenía la mano extendida.

-Este bueno... tengo que darte algo-contesto jugando con sus dedos-¿quieres acompañarme arriba? ¡NO, NO ESTA BIEN!-exclamo de la nada-a una chica no se le puede decir eso-se regañó así mismo.

Que tierno-pensé al verlo sonrojado-subiré contigo.

-¿Enserio?-pregunto sorprendido.

-Claro, confió en ti amigo-le conteste con una sonrisa.

-Bueno, pero no te quejes de mi cochinero-dijo entre risas.

-No creo que sea más grande que el mío-conteste.

-¿Bromeas? Tu habitación estaba impecable.

-Porque no tenía mucho que me había mudado-conteste mientras subía las escaleras mirando su espalda-es bastante ancha-pensé. Entonces recordé que pasaría junto a la habitación de Dee- concéntrate, solo vienes a recoger lo que te va a dar Heavy-me reproche.

Las habitaciones de los hermanos eran continuas.

-Mira esta es mi habitación y... ¿Dónde rayos deje tu tarjeta?-decía mientras movía sus cosas.

Es tan lindo-pensaba al ver tanta ternura.

La puerta de la habitación de Dee estaba entre abierta. Estaba sentado en su cama con las manos agarrando su cabeza agachada. Parecía frustrado y deprimido.

¿Qué le ocurrirá?-pensé. Entonces mire como una lágrima negra resbalaba por su mejilla. Un impulso dentro de mí me grito que entrara a su habitación, pero me contuve-ese no es mi problema-me excuse a mí misma.

-Toma ya la encontré-dijo Heavy entregándome mi tarjeta de crédito.

-Ya la daba por perdida-conteste nerviosa.

-Vamos, te llevo a la parada-comento-ñe, no creo que haya buses a esta hora. Vente, te llevo en auto.

-Puedo pedir un taxi-conteste guardando mi tarjeta.

-Es muy peligroso andar sola a esta hora en esta área-contesto agarrando su chaqueta negra.

-Puedo defenderme sola niño-conteste bajando las escaleras.

-Heavy lleva a Aliona a su casa-ordeno el señor Glam.

-Puedo irme sola-conteste.

-Sin peros-contesto el señor Glam.

Como quieran-conteste en mi mente.

De camino a mi casa intentaba no pensar en lo que había visto-tal vez tenga que ver con la chica de nombre Selene-pensé.

-¿Te encuentras bien?-pregunto Heavy.

-En realidad... Escuche su conversación hace un rato... sobre la chica... lo siento, no era mi intención espiarlos-me disculpe.

-Ah, te refieres sobre Selene. Fue la primer novia de Dee sabes-hizo una pausa-bueno el caso es que se amaban mucho, tanto que me daba asco. Nunca había visto a Dee comportarse así. El tonto se escapaba de la casa para verla en las noches, siempre estaba pensando en ella, casi siempre estaba mensajeando con ella. Salían a comer, a los conciertos, iban al cine, hacían esas cosas empalagosas que hacen las parejas. Y de pronto ¡BUM! Selene lo termino, sin explicaciones, después se fue de la ciudad y ahora regreso. Fin de la historia.

-Oookey, no era mi intención saber eso pero bueno. Yo solo quería disculparme por haber escuchado su plática-comente.

-Ah, viste las lágrimas de Dee y ahora te sientes culpable-contesto Heavy-descuida, eso no se compara a cuando termino con él. Lo hubieras visto lloro a mares-soltó una carcajada al final.

No conteste nada, no sabía que contestar. Heavy era lindo pero en ese momento me pareció el ser mas cruel sobre la tierra-supongo que nunca se ha enamorado este chico... Interesante el chismesito-concluí.

***

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora