Proyecto

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Jasha me dio una reprimida por llegar a tan altas horas de la noche. Como la buena chica que soy lo escuche en silencio.

A la mañana siguiente me llevo a la universidad. 

Se había mantenido en silencio hasta que hablo por fin.

-Dijiste  que no querías una historia de amor-comento.

-Aun lo sostengo-conteste mirando por la ventana.

-Entonces que hay de ese chico Dee, el te gusta es obvio-dijo con un ademan.

-¿Es una pregunta o una afirmación? Porque si es lo das por hecho no tengo para donde hacerme.

-Es una pregunta-contesto.

Claro que no-pensé-no estoy obligada a contestar.

-Siempre eres así. Cuando no quieres aceptar algo simplemente no respondes-reclamo.

-¿No es lo que hace todo el mundo? ¿No es lo que haces tu?-pregunte molesta.

-Ahora te enojaste.

-Contéstame, no es lo que siempre haces cuando te pregunto sobre el accidente de mi hermano.

-¿Por que cuando algo no te parece sacas el tema?-pregunto parando de golpe.

-!Porque quiero saber la verdad!-conteste.

-Escucha Aliona-dijo quitándose los lentes, su semblante se puso serio. Me miro fijamente, entonces recargo con violencia su brazo en la ventana, nuestros rostros quedaron muy cerca, su respiración se acelero. Entonces susurro-eres...

-Piérdete-abrí la puerta de golpe, salí rápidamente, me coloque los audífonos y subí todo el volumen. 

Camine rápido al portón. 

Mi corazón brincaba como loco, la sangre me pitaba en los oídos, mis mejillas ardían por el sonrojo. 

Desgraciado corazón deja de latir de una buena vez por el-me reprimía. Llevaba años enamorada del mejor amigo de mi hermano-el amor es un fastidio, problemático y punto! Concéntrate en la universidad, concéntrate en la universidad-me repetía. Claro el me había presentado a todas sus novias. Para el solo era la hermanita de su mejor amigo.

-Hola cielo, ¿Por que te vez tan deprimida? ¿Te encuentras bien?-pregunto Petrov.

-Buen día, hoy llegas temprano-conteste.

-Así que me observas, me siento alagado.

Sonreí de lado.

Al entrar al salón Dee alzo la mano en señal de saludo, el rokero taciturno me miro por un momento antes de hablar.

-¿No saludas?

-Me acaban de reprimir-conteste quitándome la mochila.

-¿Otra ves?

Me encogí de hombros restandole importancia.

-¿Estas bien?-pregunto de pronto.

Mi corazón dio un salto de alegría-eres un hipócrita. Acababas de brincar por León hace unos minutos y ahora brincas por otro-me reprimí.

El profesor entro al salón dando por comienzo la clase.

-Tienen que entregar un proyecto final-dijo el hombre con lentes de pasta.

-¿Podemos hacer nuestros equipos?-pregunto una compañera.

-Por esta vez si-contesto el profesor-con la condición de una entrega de proyectos de calidad máxima, así que escojan bien con quien hacen equipo.

Rápidamente las chicas se amontonaron al rededor de Petrov.

Creo que no podre hacer equipo con el-pensé, mire a Dee-¿Equipo?-le pregunte.

-No-contesto.

-Como quieras-respondí. Entonces alce la mano-¿Puede hacerse individual?

-Este... Si, por esta vez-contesto el profesor.

-Gracias

Mire triunfante a Dee, el rodó los ojos y se coloco los audífonos.

A la hora del receso fui a la biblioteca, necesita sacar fotos de los libros que ocuparía para el proyecto.

-Mírala, se cree mucho...

-Piensa que puede hacer todo por ella sola...

-Es una arrogante...

-Creo que tiene una relación prohibida con el profesor, nunca antes haba permitido los proyectos individuales al final del semestre...

-Se sabe bien que es una zorra...

Eran algunos de los comentarios que escuchaba por parte de mis compañeras. Tome las fotos que necesitaba y salí al lugar de siempre.

El invierno pronto terminaría, la primavera estaba cerca y el hielo comenzaba a deshilarse. El viento frío pronto arrasaría la ciudad. 

Alce la vista al cielo, el sol frío era mi preferido, no te quemaba, al contrario era tan cálido como una manta. Entonces una chica de mi clase se paro frente a mi.

-Este... disculpa-dijo con voz tímida la joven de cabello negro y ojos castaños.

-¿En que puedo ayudarte?-le pregunte amable. Parecía un venadito asustado, tenia la impresión que se asustaría si le hablaba demasiado fuerte y huiría.

-Este... Este yo...

-¿Te encuentras bien?-le pregunte al ver sus moretones.

-Ah, este... Si...-tomo una bocada grande de aire-¿Quieres hacer equipo conmigo?-pregunto estirando su mano.

-Claro, ¿Por que no?-conteste estrechando su mano. Su mano era pequeña, como si fuera de una niña.

Los ojos de la chica brillaron con emoción.

Que linda-pensé.

***

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora