Sospechosa

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*Aliona*

Abrí los ojos de golpe, el olor a alcohol y esterilización asalto violentamente mi nariz. Mire hacia los lados, habitación blanca, cortinas blancas-estoy en un hospital, ¡rayos!-pensé enderezándome. La espalda me dolía-¿Cuánto tiempo estuve acostada?-mire la hora en el reloj digital colgado en la pared-pasa de media noche...

Entonces la puerta se abrió, mi madre entro por ella con una canasta de frutas, en cuanto nuestras miradas se cruzaron dejo caer la canasta y llevo sus manos a su rostro-¡no puede ser!-exclamo.

-¿Tan mal me veo madre?-le pregunte sarcástica.

Inmediatamente corrió a revisarme, después toco el botón de enfermería.

-¿Que ocurre madre?-le pregunte confusa.

-Qué fuerte eres cielo-dijo abrazándome-acaso no te duele tu herida ¿cómo te sientes?-pregunto revisándome.

-Me duele el costado, el estómago y la cabeza-conteste con una sonrisa.

Entonces la puerta se abrió de golpe, mire a mi padre agitado entrar por ella.

-Hija-dijo abrazándome ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo fuera de lo normal?-pregunto poniéndome un termómetro en la boca para después revisar mis signos vitales-tus signos te muestran estable-dijo aliviado-¿puedes decirme que pensabas al consumir drogas?

-Aaa eso...

-Todo tu cuerpo entro en estado de shock por la intoxicación ¿Qué hubiera pasado si no te traían a tiempo?

-Lo siento padre, la verdad es que...

La puerta nuevamente se abrió de golpe por ella entro Leon y Petrov.

-Qué bueno que despertaste, escúchame pase lo que pase, yo creo en ti-dijo el ultimo colocándose a mi lado.

-Sé que la situación no es la mejor pero debo comunicarles que Aliona es sospechosa de asesinato. Estoy aquí para hacerle un interrogatorio-dijo Leon.

-¿Qué?-exclamo mi madre.

-Explícate muchacho-ordeno mi padre.

-Encontraron muerto al profesor de su facultad... Vine a darles la noticia porque soy el detective a cargo del caso-contesto Leon.

-¿Cómo puedes creer que mi hija sea una asesina? Apenas y logro sobrevivir y ahora quieres matarla psicológicamente-se alteró mi madre.

-Madre... encontramos ADN de Aliona en el docente, eso la vuelve la principal sospechosa-explico-como detective no puede ignorarla, pero como amigo me siento inquieto.

-Está bien-conteste-no alarguemos esto-dije intentando ponerme de pie.

-OH no-dijo mi padre-como tu medico te digo que tu estado físico y mental no es favorable por lo tanto todo lo que digas no será valido.

-Pero padre-replique.

-Acabas de despertar, permite que tu cuerpo se estabilice-dijo mi padre acariciando mi cabeza.

-Si padre-conteste agachando la cabeza-pero debo pedirles un favor-hice una pausa-las causantes de todo esto son las hijas de grupo Siete y algunos jóvenes de la facultad de deportes.

-Dime quienes son-dijo Petrov.

-No sé sus nombre pero los puedo identificar-conteste-ellos son los culpable de la droga encontrada en mi cuerpo, la herida de navaja y el intento de violación-conteste furiosa.

-No hables aun Aliona-ordeno mi Padre.

-¿Los investigaras cierto?-le pedí suplicante.

-Tu medico dijo que no estás en estado óptimo, así que no es válida tu declaración. Solo piensa en recupérate-dijo Leon acariciando mi cabeza.

Aparte su mano de golpe-quiero que todos salgan dela habitación quiero estar sola-dije antes de volverme a acostar y acurrucarme dándoles la espalda.

*Leon*

Salí des hospital después de que Aliona se durmiera, mire al horizonte y después al cielo.

-Protegeré a Rosshela, te lo prometí no amigo-susurre antes de entrar al auto.

Llame a mi equipo.

-Diga jefe...

-Quiero todas las grabaciones del campamento, incluidas las de los celulares-ordene.

-A la orden señor.

Llegue a la oficina, una nueva recluta se integraba a la estación.

-Buen día jefecito-saludo la mujer de gran pecho y caderas.

-No me llame así, agente-conteste.

Abrí el portátil, comencé la investigación-Aliona no mentiría sobre algo así, será hiperactiva pero no se liaría con sustancias, incluso detesta tomar fármacos debido a que los considera alucinantes controlados. Perdí la noción del tiempo, estuve revisando las camas de seguridad pero nada.

-Le hice algo de café Jefecito-dijo la agente.

-Segunda vez que le dijo que no me diga así-conteste sin despegar la mirada de la laptop.

-Vamos señor no sea tan amargado, es un sobre nombre de colegas-dijo acercando su busto a mi brazo, para después acariciarlo-¿Que tanto hace jefesi

Mande imprimir la sanción que le había hecho-fírmala y cámbiate de equipo-le ordene.

-Pero jefe...

-No necesito un miembro inútil como tú en mi unidad-conteste frio.

-Pero señor... ¿cómo que no soy útil acaso no...

-¿Acaso te contrataron para servirme café? Esto es la estación de policía, la placa que dejas regada por la oficina es nuestra identificación como defensores de la ley. El equipo se está esforzando en el nuevo caso de asesinato mientras tu preparas café, me faltas al respeto con títulos denigrantes y mientras tienes el descaro de coquetear.

La mujer rompió en llanto.

-Escucha no sé qué haces aquí, así que te recomiendo que salgas de mi equipo antes de que quede constancia de que te expulse de el-conteste cerrando mi portátil. Me levante y salí de la estación.

Mi celular sonó, era mi madre-no estoy de humor para aguantarla-dije apagando el celular.

Entre a mi auto y conduje a mi nuevo departamento, mis perros me recibieron, después de alimentarlos entre a la ducha, estaba furioso así que comencé a golpear la pared.

Salí envuelto en la toalla, me vestí mi pijama antes de entrar a la cocina. Llene un vaso con agua de grifo, entonces las palabras de Aliona resonaron en mi cabeza, avente el vaso contra la pared, me deje caer en la silla mientras frustrado agarraba mi cabello.

-Debió morir de una peor forma ese desgraciado...

***

Gracias por leer. 

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora