Mirada de lobo

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*Nina*

Conteste la llamada de Dee, se escuchaba preocupado, la voz de la acosadora del rubio me puso alerta, esta era una oportunidad para que Dee y Aliona reconocieran sus sentimientos y ese vestigio del pasado no lo iba impedir.

Alce ma mirada y note que la exnovia de Dee lo tenia del brazo.

No dude dos veces y le grite-¡OYE TU! Quítale tus garras de encima.

-Ah, de nuevo la mejor amiga que cuida al novio de su amiga-contesto la chica meciendo su cabello-¿Cómo crees que reaccionaria tu amiga si viera que celas a su novio más que ella?

-De esta forma-dijo Aliona dándole un fuerte manotazo que resonó.

-Oh-dijo sorprendido mientras hacia su cabello hacia atrás y miraba a Aliona de arriba hacia abajo-bueno, yo soy...

-Una gata obsesiva, no es la primera vez que coquetea con Dee-me apresure a decir-esta desvergonzada sigue persiguiendo a Dee. Quiere mija, valórate y deja de ser una arrastrada-eso es lo que diría Aliona si estuviera en forma.

Entonces Aliona la fulmino con la mirada. Nunca antes la había visto tan molesta, su mirada era como una la de una loba que esta cazando una presa. Esto se va poner bueno.

*Aliona*

Como se atrevía esta mujerzuela a tocar a Dee-pensaba.

-No espera, espera. Déjame presentarme, Soy Helena-de puro coraje no escuche su apellido-soy el primer amor de Dee y ex novia, acabe añadir que soy la primera.

-Mucho gusto, ahora me presento. Soy Aliona R. Volkova, novia de Dee-dije mientras entrelazaba sus manos con la mía.

-Si ya lo has dicho...

Sus palabras murieron en su boca cuando Dee me tomo de la cintura y planto un beso en mi mejilla, su respiración me hizo cosquillas.

-Aquí no-le sonreí con dulzura.

El rostro de la tal Helena se sonrojo.

Espero que haya pensado mal porque esa era la idea-pensé apenada-bueno, ya es hora que regresemos, mis suegros nos esperan para cenar. Adiós-le dije a Nina, quien miraba fascinada la escena.

Muero de vergüenza, muero de vergüenza-pensaba mientras mi corazón salía a mil millones por segundo.

Entonces Dee grito-¡Vámonos para la casa, mi Róshela!-después me beso la frente.

Caminamos abrazados hasta el estacionamiento, mire la moto de la señora Victoria, nos montamos en ella y la conduje sin problema.

Mañana aclaro las cosas con el-pensé al sentirlo adormecido en mi espalda.

-¿Cómo puedes ser tan perfecta?-soltó de pronto. Sus manos comenzaron acariciar mi abdomen.

-¿Estas ebrio?-le pregunte incomoda.

-¿Cómo es que siempre me haces pensar en ti?-dijo mientras seguía acariciando mi abdomen.

Solo esta ebrio, si lo golpeo se caerá de la moto y el terminara en el hospital mientras que yo en la delegación. Por Dios ya detente, me lastimas-pensé adolorida-No digas algo de lo que te vas a arrepentir-le dije mientras suprimía el dolor de la cicatriz.

-Por lo visto no te fue bien en tu declaración-dijo burlón mientras me soltaba.

-¿Quieres problemas?-gruñí.

-No me hables feo, soy un paciente-contesto.

-¿Que rayos te pasa Dee?... esto no es normal en ti-susurre el final.

-Salí a buscarte en moto con una fiebre de 49 centígrados porque Nina me dijo que desapareciste. Tienes la idea de lo preocupado que estaba... ¿Por qué eres tan mala y desconsiderada?-pregunto haciendo un tono como de puchero.

Por Dios, no sabía que Dee era tan malo bebiendo. ¿El señor Glam lo sabe? Seguro le pondrán una severa reprendida-pensé-Dee, por favor cálmate, me estas asustando-le pedí.

-... y todo para que tú le digas a un viejo verde rabón que te gusta. Por eso me caen mal las amistades de mucho tiempo, siempre acaparan todo-contesto.

-Dee por favor, agárrate bien-le pedí cuando perdía el equilibrio de la moto.

-No te la pondré fácil esta vez-dijo abrazándome nuevamente por la cintura, entonces me mordió el hombro.

Me queje de dolor-estarás muerto cuando despierte-le dije.

Llegamos a la casa, por suerte no había nadie en ella, deje a Dee en el sofá de la cama mientras yo metía la moto al garaje. Para cuando regrese a la sala Dee ya no estaba en el sofá.

-¿Dónde se metió?-susurre-Dee-lo llame. Entonces alguien me tomo de la cintura y me tiro a la alfombra-espera Dee, me estas lastimando la herida.

-Eres mala-susurro a mi oído. Tenía una mirada lobuna y su pulso esta descontrolado.

-Por favor Dee me lasti... ¡Ah!-grite de dolor cuando mordió mi hombro.

-Eres mía

Intento besarme pero lo evite, no aguante más las lágrimas y comencé a llorar-lárgate-susurre entre sollozos-¡Te dije que te largues!-grite pateando su hombría.

Dee ese movió por el dolor, camino a duras penas hasta su habitación y se tumbó en la cama, no sin antes quitarse la ropa.

Baje a la cocina por una bolsa de hielo, un balde de agua y un trapo, además de un poco de medicamento. Subí nuevamente y al verlo dormir tan plácidamente acurrucado en su cama le lance la bolsa de hielo a la cara. Dee ni se inmuto, al contrario, se destapo quedando en ropa interior.

Pase la noche en vela bajándole la fiebre y volviéndolo a tapar. En la madrugada llego la señora Victoria y el señor Glam, pero no vinieron a revisar a la habitación, por fortuna.

Entre sueños mire a Heavy meterme a su cama y taparme con sus mantas, después regreso a la habitación de Dee.

Qué bueno que regresaste bien...

***

Gracias por leer. 

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora