Mátame, sáname: que tontería

Regreso

*Dee*

Aliona llego dos minutos más tarde de lo acostumbrado.

Se habrá dormido muy tarde por hacer el proyecto sola-pensé con las manos tras mi nuca mientras miraba el techo.

-¡Ay! Que nervios. Hoy es la entrega de proyectos-comento una compañera.

-Creo que no vamos a pasar-comento otra.

-Despreocúpate, no sacaremos el último lugar. Seguro la nueva lo saca-comento otra.

-Es verdad decidió hacer el trabajo sola, pobre, era mucho.

-Eso le pasa por arrogante y altiva. ¡Ja! Si nos hubiera rogado la hubiera dejado entrar a nuestro equipo.

-Ni de broma lo digas, no toleraría estar cerca de ella. No quiero que me confunda con una zorra.

-¿Por qué lo dices? Yo creo que es una chica muy correcta.

-¡Obvio que no!

-Apoco no te has enterado...

-¿De qué?

-Se sabe que va al Mc a verse con el cajero y hace que le pague la comida a cambio de sus servicios. El cajero es tres años más chico que ella.

¿Se está viendo con alguien?-pensé sorprendido. Entonces reflexione-eso no me incumbe.

-Incluso intimido a las jóvenes que se acercaban a hablar con el chico.

Si fuera cierto su abuela ya habría intervenido y Aliona ya habría sido severamente reprendida-pensé lógico.

-OH, eso no me lo esperaba. Es una desvergonzada.

Chasqueo la lengua-son chismes-pensé.

-Buen día equipo. ¿Listas para el 100%?-pregunto Pero de pronto.

-Si-chillaron.

-¿De que hablaban antes de que llegara?-pregunto el presidente de la clase.

-Oh, nada importante, solo rumores de Aliona.

-Espero que no crean todo lo que escuchan-contesto.

-No, claro que no. Es solo que...

-Sería muy cobarde hablar de ella a sus espaldas sin motivo.

-Está en lo cierto.

-Sí, nosotras nunca haríamos eso.

Repulsivo y vomitivo-pense con respecto a su actitud.

-Hola Dee, buen día-saludo.

Asentí con la cabeza antes de mirar a la puerta.

-AY ¿cuánto tiempo lleva escuchando nuestra conversación?-susurro una.

-No lo sé. ¿Acaso nos habrá escuchado?

-Repulsivo-las etiquete.

-¿Nos dijo a nosotras?

-Ojala nos lo hubiera dicho. Sería la primera vez que nos dirige la palabra.

Aliona entro junto a la chica que se sienta frente a nosotros.

¿Cómo se llamaba?... Nina. ¿Qué hace con la recadera de Diana?-pensé.

Todas las clases estuvo callada haciendo sus deberes. Nada extraño hasta la hora del receso, comió su lonche acompañada de Nina.

-Están muy juntas ¿no?-pregunto un compañero.

-No saldrá nada bueno de su amistad, pues una es la recadera de Diana y la otra su enemiga jurada.

-¿Desde cuándo?-pregunte.

-Desde el primer día. Es la única chica que no obedece los caprichos de Diana.

-Dicen que Diana mando gente a acosar a Nina por hacer equipo con ella.

Infantil-pensé.

A la hora de salida, la alcance mientras caminaba sola. Se veía pensativa y dispersa.

-¿Cómo te lastimaste la mano?-le pregunte cuando me acerque.

Llevamos una plática interesante hasta llegar a mi casa, donde mi padre la esperaba.

-No te desmayes-me burle antes de subir a mi habitación.

-Síguete burlando-susurro.

Aventé mi mochila sobre la silla y me eche a la cama.

A este paso creo que pagare mi deuda más pronto de lo que pensé. Es una suerte que sea una chica conflictiva.

Entonces el sonido de un portazo me despertó, después un grito.

-¡Ya llegue familia!

Baje las escaleras con un cojín en la mano.

Se lo lace a Heavy-haces mucho ruido.

-Estas en casa, hermano gruñón.

-¿En dónde más debería de estar?-pregunte estirando los brazos.

-Selene regreso a la ciudad.

Me quede congelado, la escena de nuestra despedida regreso a mi mente acompañado de un dolor en mi pecho. Subí a mi habitación nuevamente, cerré de un portazo y abrí mi laptop.

Los mensajes que le mande nunca habían sido leídos, pero siempre aparecía activa. Entre a su perfil y mire que se había actualizado.

"De regreso a mi hogar después de haber sanado las heridas"-escribió.

-Entonces es cierto que regreso-susurre.

***

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