El lago

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*Dee*

-¿Cómo te sientes?-le pregunte de mala gana a Petrov.

-¿Cómo crees? Me siento mancillado ya que fue un hombre el que me puso la mano encima y no la tierna Aliona-se quejó poniéndose la playera.

En tus más turbios sueños-pensé alzando la ceja.

-Admítelo hombre, te gusta Aliona-dijo picándome las costillas.

-Piérdete degenerado-exclame alejándome de el-¿Seguro que te gustan la mujeres?

-Calmado roquero, mi único amor es Aliona Volkova, fuera de ella no hay otra-contesto poniéndose la sudadera.

-Lo que digas-conteste.

-Ya en modo serio, ¿Crees que le guste a Aliona?

-Yo que se-conteste guardando las manos en los bolsillos.

-Estas celoso-se burló.

-No lo estoy-me limite a contestar. Entonces me lanzo una sudadera roja-¿Esto para qué?

-Dicen que el rojo atrae la buena suerte en el amor, tal vez hoy encuentres a una chica...

-Eres...

Ahí estaba yo, vistiendo la chaqueta roja en medio de una plaza semi iluminada bajo la atenta mirada del sexo opuesto y sus irritantes suspiros.

Aliona se burlará de mí en cuando me vea-pensé.

-Eres todo un galán amigo, hoy seré tu maestro, Soy todo un casanova experimentado-comento con orgullo.

A cada palabra me convenzo más de no ayudarlo con Aliona-pensé.

-¿Esa no es Nina?... ¡Oye Nina!-alzo la mano llamándola.

Se veía agitada, sus manos temblaban ligeramente.

-¿Qué ocurrió?-me apresure a preguntarle.

-...Tuve un roce con las siete y me separe de Aliona, ahora no la encuentro pero... pero-su voz comenzaba a romperse.

-Cálmate, respira y habla-dijo Petrov.

-...El profesor de Algebra esta aquí

-¡¿Qué?! ¡Te alejaste de Aliona con ese viejo pervertido aquí!-me altere agarrándola por los hombros.

-Oye viejo cálmate, ¿Qué tiene de malo que se venga a divertir el profesor? Además es obvio que debe haber docentes para cuidar al grupo...

-El esta obsesionado con Aliona, cada día, desde que llego a la universidad la observa todo el tiempo-dijo Nina abrazando su cuerpo.

-¿Por qué no lo dijiste antes? Ese viejo debe estar tras las rejas pero de una cárcel-se alteró Petrov-Dividamos y busquémosla. Nina tu vienes conmigo, aún tengo preguntas que hacerte.

-Bueno...

-Estar por tu cuenta Dee.

Nos separamos en la plaza.

¿Por qué me preocupo? Aliona sabe defenderse muy bien por si sola... esto es un fastidio y más con el corazón latiéndome por mil-pensé agarrando mi pecho.

Entonces una repentina lluvia cayó. Estaba por regresar a la cabaña cuando me topo con una chica de las siete y el rubio al que Aliona golpeo hace un rato. Ambos discutían bajo la lluvia.

-Solo era asustarla, no apuñalarla-comento la chica.

El joven la encajono a la pared, tapándole la boca-cállate, esto fue idea tuya en la mayor parte. ¿Acaso no querías deshacerte de la Volkova?

Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora