Soy menos inteligente

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-¡OYE TU!-grito Nina-quítale las manos de encima a el novio de mi amiga-dijo corriendo.

-Más bien parece tu novio. ¿Tanto le costó a tu amiga ganar el corazón de Dee?-le pregunto- ¿Tanto me extrañaste?-me pregunto con un aire socarrón. 

-Eso... eso-Nina titubeo.

-Cambiaste mucho-conteste agarrando a Nina. Caminamos lo bastante dejando a Selene atrás-Debes dejar de hacer eso, solo enredas más la cosa-le advertí.

-Después le aclararemos todo a Aliona-contesto Nina.

Casi me caigo-¿Qué tiene que ver ella con esto?

-¿Eh? Pensé que te gustaba. Como nunca te quejaste, creí que si te gustaba.

Maldición-pensé.

-¿Enserio no te gusta? Pasas mucho tiempo con ella... ¿Enserio?

¿Gustarme Aliona?... Jamas-pensé al calcular todos los problemas que traería la Volkova y su familia.

Pasaron los días. Aliona había estado muy callada, inmersa en sus pensamientos.

Después de acompañar a Nina a comprar unos bocadillos, entramos al aula. Petrov hablaba con Aliona como de costumbre, ella sonreía nerviosa.

El profesor la observaba con mucho interés. A la hora de entrega el examen el profesor la miro de abajo hacia arriba.

-Dee, ¿Qué ocurre?-me pregunto Nina.

-El profesor de álgebra no dejo de mirar a Aliona en toda la hora-conteste.

-Eso ya lleva días-contesto-pensé que ya lo habías notado, pero creo que era la única que lo noto.

-¿Cuánto tiempo lleva observándola?

-Como tres  días creo o al menos es cuando me di cuenta-contesto dándole un mordisco a su pizza-vamos al tronco viejo.

La mire incrédulo.

-Ocupamos avisarle-dijo con preocupación-como amigos debemos advertirle.

-Ella estará bien, para estas alturas ya se habrán dado cuenta-conteste.

-¿Y si no?

-Aliona era muy inteligente, tanto como yo-conteste.

-Y tardaste cuatro días más que yo en darte cuenta de la situación, y yo soy menos inteligente que ustedes-contesto.

Era cierto, apenas hoy me di cuenta-pensé-vamos al tronco.

Estuvimos esperando a Aliona todo el receso, nunca llego. El resto de las clases la sorprendí distraída. De regreso a casa fui con ella.

Si la dejo sola puede que la atropellen-pensé.

Mordía su lápiz mientras caminábamos por la banqueta.

-¿Qué ocurre?-le pregunte. Su actitud llevaba rato intrigándome.

-¿Sabes dónde está la bodega de la universidad?-pregunto sin apartar la mirada del camino.

-Atrás de los sanitarios de las canchas-conteste analizándola.

-Necesito que me hagas un favor-pidió.

-¿A cambio de qué?-me pregunte entrecerrando los ojos-ha estado extraño toda la tarde.

-Lo que sea, mientras no involucre contacto físico-respondió.

¿En qué rayos está pensando esta chica?-pensé-Hecho-chocamos puños-¿Qué quieres?

-Cuando te mande un mensaje llama una ambulancia y mándala a la dirección que te señale.

-¿Qué planeas hacer? ¿Acaso quieres que tu abuela te reprenda?-le recordé.

-No tiene que reprenderme si no se entera-contesto guiñando un ojo.

¿Qué ocurre con ella?-pensé asombrado y cohibido.

Nos separamos cerca de la antigua glorieta.

-¿Qué estas planeando Aliona?-susurre-¿Por qué rayos no eres como las otras chicas? Sería más simple comprenderte... Pero eso quitaría mucho de tu encanto... Maldición ¿Qué estoy pensando?

El mensaje llego a las 7:55 de la noche, la ubicación era la universidad, en la bodega.

-¿Qué rayos hiciste Aliona?-pensé al ver que tenían cercado.

-¿Qué haces aquí chico?-pregunto un policía.

-Estoy buscando a unas compañeras-conteste.

-La ambulancia va en camino al hospital. Deberías ir a buscarlas allá-contesto el hombre.

-Gracias

Tome un taxi. Llegue al hospital, Aliona hablaba con un socorrista.

-¿Estas bien?-le pregunte agarrándola por los hombros.

-Nina... entro a cirugía-contesto con la voz cortada.

Es un alivio que este bien-pensé relajado. El socorrista se alejó no sin antes echar una última mirada-¿Y ese que trae?-pensé.

Nos separamos, fui a buscar unos bocadillos para ella, cuando volví al lugar ya no estaba. Salí del hospital, camine al parque, entonces la vi charlando con el socorrista de hace un mentó.

¿Qué se trae con ella?-pensé apretando los bocadillos en mis manos-¡MALDICIÓN!-exclame al ver que lo había echado a perder. Lo tire a la basura.

Se despidieron, entonces avance, cruce miradas con el socorrista-inglés y con interés por Aliona-pensé-¿Estas bien?-le pregunte a la Volkova.

-Eso no importa-contesto dejando de lado una botella.

-Deberías ir a tu casa-le sugerí.

-Mi amiga me necesita más-contesto apretando los puños.

-Como quieras-conteste mientras me sentaba a su lado-esta tiritando ¿Tiene frío o está ansiosa?-pensé. Entonces comencé a acariciar su cabeza.

-¡¿Qué rayos haces?!-exclamo levantándose de un salto.

-Trato de animarte-conteste avergonzado-¿Por qué hice eso?-pensé.

-Piérdete-contesto caminado al hospital echa una llama.

¿Por qué reacciona si?... Cierto, su hermano-pensé-¡no tienes que entrar si no quieres!-le grite-Maldición, olvide advertirle sobre el profesor...

***

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora