Mátame, Saname

40 4 20
                                    

*Aliona*

Desperté por la sensación de la brisa que golpeaba mi rostro.

-Ya estás despierta-dijo Oliver mirando al alba- Sabes nunca quise esto, solo quería ser libre-inmediatamente se dibujo una sonrisa diabólica en su rostro, mientras jugaba como un revolver.

Mire a mi alrededor, estaba en el rasca cielos
Me aleje de golpe-eres un enfermo Oliver.

-Tu también lo eres o acaso olvidaste al hombre que mataste en las alcantarillas.

-Eso fue...

-Engañate a ti misma llamándolo defensa propia pero te mire, disfrutaste enterrarle el cuchillo una y otra y otra vez. Te veías tan libre y extaciada-decia mientras alzaba las manos y juraba sobre su pies-Todo me decepciono cuando no pudiste matar al profesor de álgebra-dijo en un tono funebre-Entonces entendí que habían dormido tu esencia, eso que te hace unica-dijo con desprecio y frustración -Vamos, ven conmigo, siempre fuimos el uno para el otro desde que nos concibieron. Somos dos monstruos únicos, imagina lo que podrías hacer juntos-extendio si mano hacia mi.

-¿Cómo que? Cazar chicas a deshoras de la noche como si fueran animales solo por diversión. No bromees. ¡Solo eres otro millonario, guapo berrinchudo que hace lo que quiere y cuando quiere! Eres un niño mal criado.

-Es un derecho de pocos y una vieja práctica del abuelo Petrov, es entretenido pero anticuado para mí gusto.

-No somos iguales...

-No te engañes cariño mío, tu solo necesitas un incentivo...-hizo una pausa- y si te doy a la creadora de todo esté mal... Sígueme encanto.

Bajamos una planta por la escalinata de servicio. El lugar estaba abierto, me asome a fuera, treinta pisos por debajo de nosotros junto a las oscuras aguas marinas.

-¡Taran, taran! Tu abuela-la bruja estaba amarrada a una silla, con la boca amordazada. Estaba llorando.

El tiempo se detuvo, una mezcla de irá y confusión se adueñó de mi.

Oliver puso sus manos en mis hombros y me susurro al oído desde atrás de mí-matala-dijo colocando el revolver en mis manos-apunta y jala el gatillo.

Una parte de mi gritaba eufórica por hacerlo pero la imagen de mi hermano me lo impedía. Vacile por unos minutos pero después deje caer el revólver y lo pateé lejos de mi.

-Me decepcionas... Pensé que eras como yo pero eres igual a los demás, un ser inferior. Por ellos me tomé la libertad de romper tu nuevo pilar-dijo desvanece entre las sombras.

Oliver arrojó de la escalinata un cuerpo, confusa me acerque a mirar, era Dee. Entonces comenzamos a pelear.

Me lance sobre él, rodamos por el suelo golpeando nos mutuamente. De un brincos nos separamos. Oliver tomo unas barras de acero, yo tomé la pistola de clavos. Entre golpes y sangre le lance una combinación de patadas brasileñas, el las desvío sin problema. Entonces de un maldito descuido logro someterme.

-Ross, Ross, Ross, así te llamo tu hermano mientras se ahogaba en su sangre...-dijo agarrándome del rostro-... La sangre que salía por su boca, el sonido de su garganta al bloquearse con su sangre, la dificultad para respirar y su mirada frustrada y triste... Me preguntó si te miraras más sexy que él.

-¡AAAHHH! ¡MALDITO!-estalle mientras me giraba sobre él, golpee su rostro pronto la sangre pintó mis nudillos y salpicó mi rostro.

-Bien, bien-decia Oliver mientras reía. Poco después quedó inconciente, Dee me alejo de él.

-No, no déjame que lo elimine, no merece vivir, no merece vivir.

-Aliona, cálmate o terminarás como él-dijo Dee forzando un contacto visual. Tomo mi rostro entre sus calidas manos.

Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora