Ecos del pasado

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*Aliona*

Iba de camino a la universidad, en el auto de León.

-¿Por qué esa cara larga?-pregunto León mientras me observaba por el retrovisor.

-Estoy pensando-conteste desinteresada.

-Eso hace daño no lo hagas-se burló Petrov.

Rodé los ojos y me acurruque en la ventana.

-No te duermas, ya vamos a llegar-me dijo León.

-Solo estoy descansando mis ojos...

León nos dejo en la universidad, por decencia y discreción no me acorraló cómo las últimas veces.

-Ten un bueno día-se limito a decir.

-Bueno, voy a entrar primero-dijo Petrov con nervios.

Eso no es normal en él-pensé-¿Y tu que piensas hacer?-cuestione a Dee que hasta el momento estaba silencio-oye, oye-lo llamaba mientras me ignoraba-¿Estará molesto?-pensé mientras le picaba las costillas.

-¿Qué haces?-pregunto sonrojado.

-Llamar tu atención-le conteste más animada.

Entonces me agarró del antebrazo y me condujo a uno de los pasillos desiertos de la universidad. Me acorraló contra la pared.

-Ahora tienes toda mi atención-susurro a mi oído como si fuera un gruñido.

Inconcientemente solté un jadeó. El calor invadió mi cuerpo y comence a temblar. Entonces los recuerdos de Dee mordiendo mi hombro llegaron para agitar más las cosas.

-Aun no te toco y ya jadeas. ¿Tanto me deseas?-susurro pasando sus labios por mi oreja.

-¿Por qué estás así?-le pregunte nerviosa.

-¿Es una broma?... Estoy celoso-contesto acariciando el contorno de mi rostro.

-De... Deberías parar, me estás poniendo hasta los nervios-le pedí.

-Me encanta verte así, vulnerable, es un privilegio que solo yo gozo.

-Dee espera por favor-susurre mientras lo alejaba por el pecho. Para mí sorpresa era más fornido que la última vez, entonces cambie de desición. Lo abrace y le susurré-no es suficiente para provocarme-despues le plante un beso en el cuello. Me deslice por debajo de sus brazos y camine a la salida del pasillo.

Dee se estremecio, deduje que si nuestros padres eran tan cercanos desde su juventud era porque compartian principios e ideales, y Dee fue criado bajo esas normas así que no irá en contra... O eso pensaba.

Me arrinconó nuevamente contra la pared-no debiste hacer eso-entonces descubrió mi hombro, lo lamió para después morder gentilmente.

En un impulso de molestia,yo también lo mordí.

Desperté de golpe en medio de la clase de álgebra.

-¿La aburre mi clase, Señorita Volkova?- pregunto el docente.

No supe que responder.

-¿Estás bien?-me susurro Nina mientras tocaba mi brazo.

Me estremecí ligeramente.

-Vaya y enjuague su cara, después regrese a mi clase-ordeno el docente.

Salí del salón, camine al baño confundida.

Acaso soy vampiro para morderlo-pensa mientras colocaba ligeramente la mano sobre mi boca-estoy loca por soñar algo como eso.

Entre al baño, me moje la cara y me mire en el espejo. Un par de ojeras adornaban mis ojos, la piel estaba pálida y seca.

-Deberías dejar de coquetear con Dee-dijo una joven de ojos cafés y con el cabello corto-eres una Volkova, no deberías quitarle la vida a otra persona-sin más la chica salio del baño, intenté alcanzarla pero no la encontré.

Regrese al baño y encontré una nota con la foto de una joven hermosa, gire la foto "Sara Boffmen".

Con que ese era tu nombre-pensé-pero cómo llegaste aquí...

Mi celular sonó, abrí el mensaje.

"Ella no merecía morir y Él tampoco. No olvides tu venganza. Deja de jugar"

Cómo si un click sonara en mi mente, los recuerdos de mi infancia brotaron junto con un fuerte sentimiento de despojo me invadió-Me quitaron algo que me pertenece-fue el último pensamiento que tuve.

*En un callejón oscuro*

El sonido de las botas resonaba junto a una lúgubre canción.

-"Uno para la hora de dormir, dos para que salgan los monstruos, tres para que atrapen al niño"-la barra de metal resonaba contra el piso- "Cuídate de estar fuera de casa, porque si te encuentran..."-la joven se retorció con cada golpe que recibía-"Uno por el color rojo, dos por tu silencio, tres para tu muerte".

La sangre pintaba el callejón adoquinado, contempló su obra de arte.

-Otro fracaso-dijo decepcionado-si tan solo el inútil hubiera heredado-pateo a la mujer inerte-esto ya no es tan divertido.

-La paciencia es una virtud-dijo otro hombre de traje.

-¿Cómo está?-pregunto el primero hombre limpiando la sangre de sus manos.

-Pronto despertará-contesto el hombre vestido de mayordomo.

-Y veré si heredó el gen...

***

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¡Feliz año nuevo!










Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora