*Aliona*
Revisaba el vídeo que tome por segunda vez mientras moría mi labio inferior. Estaba molesta-¿Por qué le hicieron eso a Nina? Ella es una chica dulce y amable, trabajadora y sincera-pensaba apretando mi celular.
El cirujano salió después de tres largas horas de cirugía, hablo con los padres de Nina los cuales al ver que su hija sobrevivió se marcharon.
-Y pensaba que eran crueles conmigo-susurre.
Entre a ver a Nina, mi amiga estaba anestesiada, respiraba por un ventilador y la computadora marcaba sus signos vitales.
Me acerque a su cama y tome su mano-esta tibia-pensé, entonces el remordimiento me invadió-¿Por qué dude en ayudarte? Perdóname creo que estaba celosa pero no de ti, sino de Dee, siento que me quito a mi única amiga...
Salí fuera del hospital por segunda vez, el olor a alcohol me estaba matando. Tenía que luchar contra mis emociones encontradas y las emociones de ver a Nina en un charco de sangre. Camine a la parte del parquecillo del hospital con la intención de despejar mi mente y agarrar aire antes de entrar nuevamente a la habitación.
No sabía a donde había ido Dee, ni me interesaba en ese momento o eso quería pensar. Me sentía culpable por la manera en que lo trate, él no tenía la culpa...
Ya le pediré perdón cuando lo vea-pensé. Entonces recordé que tal vez estaba usando a Nina como clavo para sacar el clavo de Selene. Nuevamente la ira se apodero de mi-mejor que ni lo vea por el resto de la noche-pensé.
Regrese al interior del hospital, entre a la habitación de Nina y me acosté en el sofá. A la mañana siguiente despertó Nina.
-¿Cómo te sientes?-le pregunte.
Mi amiga me miro por un momento antes de hablar.
-Estoy asustada-fue lo primero que dijo.
-Calmada, calmada estoy aquí-le conteste mientras acariciaba su cabeza.
-¿Cómo... como me encontraste?-pregunto mientras pequeñas lagrimas resbalaban por sus mejillas.
-Escuche lo que planeaban-le conteste sincera-pensé dejarlo pasar porque... pensé que estarías con Dee-mentí-no le puedo decir que seré reprendida por intervenir, eso solo la heriría-pensé-regrese porque Dee iba de regreso sin ti. Te mire entrar a la bodega, pero el intendente me encontró y se complicaron las cosas. Para cuando me pude escabullir ya era tarde, mire a las siete salir de la bodega-entonces mi voz se quebró-debí llegar antes... lo siento, en verdad Nina, lo siento... si hubiera llegado un poco antes...-dije haciendo un esfuerzo enorme por contener las lágrimas.
-No es tu culpa... No tenía para donde hacerme-contesto Nina-la compañía de mis padre está en juego y está a punto de ser desechada por la empresa de la familia de Diana, es por eso que lo soportaba-comento mirando por la ventana.
-Todos esos moretones que tenías el día que nos conocimos ¿te los hizo ella?-pregunte aprontando los puños.
-No todos, pero por favor no te involucres-soltó de pronto-no tienes que sufrir conmigo, tú no tienes nada que ver en esto.
¡DESGRACIADAS! ¡¿Desde cuándo la acosan?!-pensé molesta. No conteste nada ante su pedido-ya me había involucrado, la reprendida ya la tengo en camino. Esta vez valdrán la pena los golpes-pensé con determinación.
-¡Nina!-exclamo la voz de un joven. Entro corriendo y se hecho sobre el regazo de la chica.
-¡Oye muévete no vez que está herida!-exclame quitando al joven de encima.
-Está bien Aliona, es mi hermano-dijo con su sonrisa habitual.
Mire al joven de arriba abajo, llevaba una sudadera negra, un pantalón y botas militares del mismo color, además de una gorra negra y un cubre bocas.
Entrecerré los ojos y le arranque el cubre bocas, era el mismo chico de anoche.
-Oh, eres el parame...-no pude terminar de hablar porque el joven puso su mano en mi boca.
-Espéranos un momento hermanita-dijo el joven.
Me saco a rastras de la habitación, entonces al salir al pasillo lo lance sobre mi hombro.
-¿Qué rayos crees que haces?-gruñí mientras el joven se retorcía de dolor en el piso.
-Eres más fuerte de lo que pareces-dijo mientras se levantaba sobando su espalda.
-Rarito-dije mientras tomaba mi distancia.
-¿Me llamaste rarito?-pregunto incrédulo-¿Acaso no te acuerdas de mí? Soy el paramédico de anoche.
-Sí, te recuerdo por eso lo digo, rarito.
-Ah, pero sí que eres una chica grosera-contesto el joven.
-¿Disculpa? ¿Yo grosera? Yo no fui la que le tapó la boca a otro y la caso a rastras-dije alzando las manos.
-Bueno, bueno, me disculpo por ello-dijo el joven mirando a los lados-permíteme presentarme de nuevo-entonces se quitó la gorra, paso la mano por su cabello azabache y me miro-Andreu Hofman.
¿Es inglés?-pensé.
-Ahora ¿no deberías decirme tu nombre? –pregunto mirándome fijamente, sus ojos eran verdes a diferencia de Nina que los tenia castaños, facciones finas y marcadas, altura aproximada de 1.90, complexión trabajada.
Seguro por ser socorrista-pensé.
-¿Uh?-exclamo.
-!Aliona!-me llamo una voz.
Gire al reconocer al dueño de la voz. Dee y Heavy salían del elevador con un aura imponente que atrapaba las miradas del sexo femenino el hospital. Dee traía puesto su cazadora blanca con tono azulado como de costumbre, mientras Heavy traía puesta su chaqueta negra de cuero.
Parecen sacados de un comercial o webtoon-pensé sarcástica.
-¿Te llamas Aliona?-pregunto el chico.
-Aquí estas-dijo Heavy-nos perdimos un par de veces gracias a Dee-comento el menor de los hermanos.
Dee chasqueo la lengua, después miro por el rabillo del ojo al hermano de Nina.
-Él es Andreu, hermano mayor de Nina-presente-él es Dee y su hermano menor Heavy.
-¿Qué onda?-saludo Heavy a Andreu-vaya amigo, te ejercitas-comento al estrechar su mano.
Dee y Andreu libraban una pequeña pelea de miradas.
¿Y a estos que les pasa? ¿Acaso se conocen?-me pregunte-muy su problema-me conteste.
***
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Mátame, sáname: que tontería
Hayran KurguVida nueva, escuela nueva, gente nueva, una vida llena de felicidad... Que tontería Enamorarme del rockero del salón nunca fue mi intención. Que fastidio son los sentimientos. Dee es el chico mas sobresaliente de toda la universidad. Cómo si mis pro...