Mi estrategia

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*Aliona*

Miraba el audio en mi celular.

¿Las expongo? No sus familias tienen poder y ocultar el caso, amenazaran a la familia de Nina o solo se disculparan con una reverencia-pensaba-¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? Necesito hacer un movimiento que proteja a Nina, la compañía de su familia, libere del dominio de la empresa con la empresa de los padre de las siete y que sea por un medio legal.

-Ni siquiera no pienses-dijo mi abuela mientras miraba el bordado.

-No he dicho nada-me disculpe.

-Estas planeando hacer algo para ayudar a alguien-contesto.

Seré bruja-pensé-no es mi intención-conteste.

Entonces me lanzo el bordado-¡NO MIENTAS! ¿Crees que somos una casa de caridad que se dedica ayudar a los demás?

-No-conteste.

-Más te vale no hacer ningún movimiento-me amenazo la anciana.

-Mi señora-llamo una de las sirvientas.

-Pasa-contesto la anciana.

-Es tiempo que la señorita se aliste para ver los progresos de la compañía-dijo la mujer.

-Alístate Aliona-ordeno.

-Sí, abuela.

Salí a la hora exacta hacia la reunión. Cada mes se hacia esta reunión de empresario, era para hacer conexiones y presentar proyectos.

Al llegar al hotel una fila de hombres de traje esperaban a ambos lados de la alfombra roja.

Es una reunión de empresario no de artistas-pensé al ver la vestimenta de las acompañantes.

Pase desapercibido mientras era eclipsada por la presencia de mi abuela, nadie sabía que era la heredera, mi abuela me había mantenido oculta desde el incidente y me traía con su sequito de guardaespaldas.

Dentro de la junta mire a los peses gordos que movían la compañía bajo las ordenes de la abuela.

Interesante-pensé al ver como la saludaban.

-¿Cómo van con la adquisición de la compañía?-pregunto mi abuela.

-Nos falta poco, son tercos y están dando mucha competencia-contesto un hombre de lentes.

-Quiero esa compañía para mañana-dijo mi abuela con severidad.

-Si señora-contesto el hombre asustado.

-Los archivos están en su correo-contesto el secretario de mi abuela.

Viejita rols- pensé, entonces una idea cruzo mi mente-¿Por qué no hacer que adquieran la compañía de los padres de Nina?

Después de un largo discurso, los adultos se pusieron degustar de los aperitivos, iniciaron los bailes elegantes así que me escabullí a la terraza del hotel.

Encontré al secretario de mi abuela respirando aire fresco, se veía cansado y tosía.

-No debería estar tan desabrigado si está enfermo-le dije.

El secretario me miro-seño... usted no debería estar aquí-dijo haciendo una pequeña reverencia, el hombre asiático de treinta y tantos años, con lentes de armazón de metal, alto, cabello largo y bien peinado me miro con calma-veo que se volvió a escapar.

-No me agradan estas cosas-conteste estirando mis brazos.

-Y eso que aún no la revelan-contesto.

-Me recuerda a cuando las chicas eran presentadas en sociedad-me burle-¿Qué ocurre con la corporación?-le pregunte al ver que soltaba un bufido de cansancio.

-No sería correcto decirle-contesto encogiéndose de hombros.

-Se volvió a encaprichar con algo la señora-afirme-hable con libertad.

-Es verdad-dijo el secretario pasando su mano por su cabello lacio azabache-quiere adquirir la empresa que monopoliza los artículos deportivos de la temporada primavera. Hemos discutido el precio hasta el cansancio pero no ceden, tenemos a unas cuantas microempresas...

-...entonces ¿Por qué no absorben solamente las compañías que se encargan de la temporada primera?-simple.

-No había pensado en ello-dijo el hombre serio.

-Le sugiero que inicie con la compañía Fritz, según lo que dice el catalogo es la que se encargara de la producción-conteste señalando el folleto.

El hombre se sacudió la ropa antes de sonreír e ir a proponerle la estrategia a la abuela.

Solo necesitaba un impulso-pensé.

Pasaron un par de días antes de que la corporación absorbiera las microempresas, entre ellas las de los padres de Nina.

-Tienes mucho tiempo pensando-me dijo De mientras garabateaba en mi cuaderno.

-No es fácil la decisión-conteste sin míralo.

-Oye-me llame quitándome el cuaderno y haciendo contacto visual-no creo que estés en el mejor estado emocional para tomar una decisión-me dijo.

-Piérdete-le conteste arrebatándole el cuaderno-¿Quién se cree para decirme algo?

-Claro, solo no mates a nadie, no quiero ver el nombre de la universidad en las noticias-me advertía.

Ojala pudiera-pensé-No prometo nada-conteste, entonces la pinta de mi lápiz se rompió-es tiempo-pensé-listo- exclame agarrando mis cosas.

-¿A dónde vas?-me pregunto Dee.

-Tomas las notas de las últimas clases por mí-le dije antes de salir corriendo del aula.

Brinque la barda sin problemas. Mire las noticias de camino a un caber, se había efectuado la firma de las compañías, ahora me sentía aliviada, ya podía hacer lo que quisiera con las siete y no tendría problemas. Me tome la libertad de publicar el audio en las cuentas oficiales de sus padres, junto a una amenaza-no hay nada que un enemigo oculto-pensé-si intentan rastrearlo se quemaran sus servidores.

Al salir del internet los hombres de mi abuela me encontraron.

-Suba señorita-dijo el capitán.

Asentí con la cabeza-¿se habrá enterado que la idea fue mía?-pensé.

***

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Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora