Amnesia

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*Heavy*

Escuché la conversación de mi padre con Dee. Es extraño que se interese en una persona, pero era obvio que caería rendido ante Aliona. Es una gran chica así que los apoyaré.

Lo primero que hice fue salir a buscar a Aliona-sino está en la biblioteca está en su casa -pensé-Dee nunca se animará a decirle sus sentimientos así que lo haré por él.

Nada fuera de lo normal.

Mire a Aliona salir de su casa, camino con las manos en los bolsillos de su falda y cubría su rostro con una gorra negra.

¿A dónde se va a esta hora?-me pregunte.

Apague las luces de la moto y la seguí en silencio. Camino y camino hasta llegar a un edificio en construcción.

Entre al edificio, para entonces ya había perdido de vista a Aliona.

-Rayos-gruñi molesto. Di un par de pasos cuando todo se volvió oscuro.

El dolor en mi nuca me despertó, al abrir los ojos miraba tela oscura, está me rosava la cara pero no me impedía respirar.

Entonces escuché a Aliona decir-¿Acaso crees que sigo viva por suerte?-entonces una serie de golpes resonó en el edificio.

-Desgraciada mocosa-gruño una voz femenina-mira que usar un tubo...

-Dices quererme como aliada pero ni siquiera tienes mi nivel, que perdida de tiempo-contesto Aliona.

-Te mataré... Tarde o temprano lo haré-respondio la mujer.

-Sumate a la fila no hay cuota-contesto Aliona. Inmediato resono un golpe metálico, seguido de un sonido seco que dio como resultado un grito desgarrador.

Entonces unas manos tibias desataron mis pies y después me ayudó a enderezarme. Intenté hablar pero caí en cuenta que estaba amordazado y tenía las muñecas atadas.

Dimos unos cuantos pasos y nos detuvimos.

-Dejala que se marche-dijo una voz masculina. Seguimos avanzando lentamente-¡Hablaremos la próxima vez, con más calma y menos interrupciones!-alzo la voz el hombre-no intentes ocultarte, sabemos dónde vives-solto una amenaza.

-"Es pequeño la cuidad, todos saben dónde viven todos "-contesto Aliona.

Esa frase me suena...

Salimos del edificio, caminamos un buen tramo a pie y yo solo me preguntaba cuando me desataría las manos y me quitaria el saco negro de la cabeza.

Un rato después nos detuvimos, Aliona me sentó y me quitó la bolsa de la cabeza.

-¡Al fin!-exclame.

-No te entiendo nada-contesto quitándome la mordaza.

-Digo que al fin-conteste-¿Qué paso ahí adentro Aliona? ¿Por qué ese hombre de amenazo?- libero mis manos-¿Le quebraste algo a esa mujer? ¿Estás en problemas? ¿Necesitas ayuda?- Entonces puso su dedo anular en mis labios-¿Estás herida?

-¡Que te calles!-grito por lo bajo. Entonces resoplo mientras echaba su cabello oscuro hacia atrás y se acomodaba la gorra-¿Estás bien?-me pregunto.

-Sí lo estoy-conteste alzando los brazos.

Entonces se puso en cuclillas delante de mi.

-Fuiste imprudente al seguirme...

-Estoy bien yo...

-¡No! Escucha, escucha... Por favor

-Aliona...

Mátame, sáname: que tonteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora