-Chapter 2

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"Posos de te y garras de un hipogrifo"

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"Posos de te y garras de un hipogrifo"

Lirya se levanto al sentir algo frio en su pies, al abrir los ojos y dirigir su mirada a los pies vio a wendy lamiendo su pies. Agarro a wendy y se sentó en su cama, miro las camas de sus compañeras y no había nadie, rápidamente se levanto de la cama, se cambio y corrio al gran comedor, al entrar fue y se sentó con Cedric y Ricky.

— ¿Por que llegas tarde? —le pregunto Cedric—. Toma los horarios de tercero.

—Sinceramente no lo se, los dementores me dan mala vibra —le respondió Lyria frotándose los ojos y echándole una mirada a los horarios.

—Supongo que nos vemos en el almuerzo, tengo que ir a mi primera clase de adivinación. —dijo Lirya.

Lirya empezó su trayecto a la torre norte, el cual era bastante largo, y en los tres años que Lirya llevaba estando en Hogwarts nunca había tenido un clase ahí, pero había ido una vez sola, por que se había perdido, Lirya iba subiendo la séptima escalera cuando escucho unas voces.

—Disculpe —dijo una vos—, estamos buscando la torre norte. ¿Por casualidad conoce usted el camino?

—¡Una empresa! —Lirya asomo la cabez y vio a los chicos del tren—: ¡Vamos, seguidme, queridos amigos, y hallaremos lo que buscamos o pereceremos en el empeño! —Volvió a tirar de la espada sin ningún resultado, intentó pero no pudo montar en el caballo, y exclamó—: ¡A pie, pues, bravos caballeros y gentil señora! ¡Vamos!¡O usted señorita de cabello dorado acompáñenos!

Los tres chicos se dieron vuelta y lograron ver a Lirya, ella sintió como un leve calor aparecía en su mejillas, claramente se había sonrojado.

—Lo lamento, busco la torre norte.

—Acompáñenos, ¡Vamos! —y el caballero del cuadro empezó a correr  y los cuatro los siguieron.

Jadeando, Lirya ascendieron los escalones mareándose cada vez más, hasta que oyó un murmullo de voces por encima de ellos y se dio cuenta de que habían llegado al aula.

—¡Adiós! —gritó el caballero asomando la cabeza por el cuadro de unos monjes de aspecto siniestro—. ¡Adiós, compañeros de armas! ¡Si en alguna ocasión necesitáis un corazón noble y un temple de acero, llamad a sir Cadogan!

—Claro, adiós Sir Cadogan tenga un maravilloso día. —dijo Lirya para entrar al aula, aunque antes de entrar escucho al pelirrojo decir

—Sí, lo haremos —murmuró  cuando desapareció el caballero—, si alguna vez necesitamos a un chiflado.

Al entrar Lirya se sentó con Hanna Abbott y otras compañeras de su casa.

La profesora no estaba ahi lo cual era muy extraño.

De repente salió de las sombras una voz suave:

—Bienvenidos —dijo—. Es un placer verlos por fin en el mundo físico.

Lirya Black || H. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora