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"El sueño de las vacaciones"
Lirya estaba en un prado, no había nada a kilómetros de distancia, no sabía cómo había llegado, pero lo había hecho. Ella empezó a caminar sin conciencia, sus pies caminaban hacía un destino incierto para ella. Pronto se adentró en un bosque, al mirar a los lados no había nada más que árboles, los cuales tapaban la luz del sol y todo estaba oscuro, y una espesa niebla cubria en el bosque no había ningún animal, no había nadie más que ella, pero Lirya ya lo sabía.
Siguió caminando sin rumbo por un largo rato hasta que llego a un círculo en medio del bosque, este estaba rodeado de más árboles, pero Lirya no quería volver a adentrarse ahí, en cambio sus pies la guiaron al centro del círculo, ella logro distinguir unos arbustos antes de los árboles que marcaban mejor el círculo en el que estaba. También logro ver una mariposa pequeña la cual revoloteaba por los arbustos con mucha paz. Pero algo en Lirya le decía que la paz no duraría mucho.
Algo en Lirya le dijo que mirara hacía arriba hacia el cielo estrellado, las constelaciones can mayor y can menor se lograban ver desde ese lugar y las estrellas Sirius y Lirya se veían más brillantes que nunca. Pero tan rápido como las vio desaparecieron y en su lugar fueron remplazadas por una gran calavera de tamaño colosal, compuesta de lo que parecían estrellas de color esmeralda y con una lengua en forma de serpiente que le salía de la boca. Mientras miraba, la imagen se alzaba más y más, resplandeciendo en una bruma de humo verdoso, estampada en el cielo negro como si se tratara de una nueva constelación, la marca tenebrosa, pensó Lirya al instante y a pesar de que no se oía ni se veía nada ella empezó a correr lo más rápido que podía.
Lirya se había vuelto a adentrar en el bosque, sus piernas ya habían empezado a dolerle, ni siquiera sabía hacía donde corría, ni en donde estaba, no sabía cómo escapar de ese lugar, pero sus pies parecían que, si sabían, ya que no paraban de correr, aunque Lirya ya se estuviera cansando. Pronto se escucharon varios ruidos, Lirya no distinguía si eran voces o solo el ruido del viento contra las plantas. Ella siguió corriendo, ya se estaba hiperventilando, hasta detenerse, pero lo que vio no la tranquilizo, no era un lugar seguro y menos personas que la pudieran ayudar. En ese lugar había cosas incendiándose y, lo que más asusto a Lirya, personas con capas negras y mascaras como de calaveras, eran mortifagos, seguidores del-que-no-debe-ser-nombrado. Lirya no pudo contener su grito y volvió a correr más rápido que antes.
Ella no paro de correr hasta que vio a lo lejos una casa vieja y decidió correr hacía ahí para protegerse, pero antes de poder siquiera acercarse se tropezó por la poca estabilidad que tenían sus pies por correr tanto.
Lirya se despertó sobresaltada e hiperventilada, notaba el sudor por todo su cuerpo y el dolor de cabeza, el mismo sueño de todas las vacaciones, Lirya no lograba terminar de entender si era solo un sueño o una visión. Había empezado a soñar con eso desde que se fue de Hogwarts y nunca llegaba a la casa, ni siquiera se acercaba, el sueño siempre se detenía antes. Miro el reloj al lado de su cama eran las ocho y media de la mañana, ella decidió levantarse e ir a la cocina a hacerse un café.
