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"El secreto de Hermione"
Lirya se iba despertando de apoco, seguía aturdida y sentía un gran dolor en la cabeza, su mente todavía no había procesado toda la información y le costaba recordar lo sucedido. Sentía como estaba en una especie de cama, pero no era la de su habitación, también sentía olor a las pociones medicinales.
—¡Ah, estás despierto! —dijo una voz animada, pero no se dirigía a Lirya. Ella ni siquiera había abierto los ojos
Luego de unos segundos los abrió, tardo unos segundos en acostumbrarse a la luz, pero cuando lo hizo vio que estaba en la enfermería y la señora Pomfrey dejaba chocolate en la mesilla. Cuando se sentó logro ver que ahí también estaban Hermione y Harry.
—¿Cómo esta Ron? —preguntaron los tres a la vez.
—Sobrevivirá —respondió con seriedad—. En cuanto a ustedes tres, permanezcan aquí hasta que yo esté bien segura de que están... ¿Qué haces, Potter?
Harry se había levantado, se ponía las gafas y agarraba la varita.
—Tengo que ver al director —explicó.
—Potter —dijo con dulzura la señora pomfrey—, todo se ha solucionado. Ha agarrado a Black. Lo han encerrado arriba. Los dementores le darán el beso en cualquier momento.
—¿QUE?
Lirya salto de la cama. Hermione y Harry hicieron lo mismo. Pero su grito se había oído en el pasillo de afuera. Un segundo después, entraron en la enfermería Cornelius Fudge y Snape.
—¿Qué es esto, Harry? —preguntó Fudge, con aspecto agitado—. Tendrías que estar en la cama... ¿Ha tomado chocolate? —le preguntó nervioso a la señora Pomfrey.
—Escuche, señor ministro —dijo Harry—. ¡Sirius Black es inocente! ¡Peter Pettigrew fingió su propia muerte! ¡Lo hemos visto esta noche! No permitir que los dementores le hagan eso a Sirius, es...
Pero Fudge movía la cabeza en sentido negativo, sonriendo ligeramente.
—Harry, Harry; estás confuso. Has vivido una terrible experiencia. Vuelve a acostarte. Está todo bajo control.
—¡NADA DE ESO! —gritó Harry—. ¡HAN ATRAPADO AL QUE NO ES!
—Señor ministro, por favor; escuche —rogó Lirya. Se había acercado a Harry y miraba a Fudge implorante—. Yo también lo vi, y Hermione. Era la rata de Ron. Es un animago. Pettigrew, quiero decir. Y...
—¿Lo ve, señor ministro? —preguntó Snape—. Los dos tienen confundidas las ideas. Black ha hecho un buen trabajo con ellos...
—¡USTED ES SOLO UN NIÑO RESENTIDO! —gritó Lirya.
—¡NO ESTAMOS CONFUNDIDOS! —gritó Harry.
—¡Señor ministro! ¡Profesor! —dijo enfadada la señora Pomfrey—. He de insistir que se vayan. Potter es un paciente y no hay que fatigarlo.
