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"El huevo y el ojo"
Lirya empezaba a desesperarse al saber que Harry todavía no había hecho lo que Cedric le había recomendado, así que, a las escondidas suyas, Lirya planeo la mejor forma de ir al baño de prefectos. Ella pensó que el mejor momento para hacerlo era a la noche al saber que los pasillos estarían vacíos y nadie iría al baño a esa hora, además no sabía cuánto podría tardar Harry en descubrir el enigma del huevo de oro.
Así que el jueves por la noche Lirya entro en la sala común de Gryffindor para buscar a Harry a la fuerza. Su idea consistía en agarrar la capa de Harry y mostrarle donde estaba el baño de prefectos, mientras ella haría guardia. Al entrar a la sala común se encontró a Harry y Ron sentados en los sillones, ella rápidamente se acercó a ellos.
—¿Lirya, que haces aquí? —pregunto Ron, pero al juzgar por la cara de Harry él estaba igual de confundido.
—Harry ve por tu capa, iremos al baño de prefectos, necesitas saber el enigma.
Harry no se animó a preguntar y solo se dirigió a las escaleras para buscar su capa en la habitación, aunque, al bajar, le pregunto a Lirya que pasaba.
—Tengo un plan, tranquilo, ponte la capa. —le dijo ella y Harry, fijándose que nadie lo vea se puso la capa.
—Buena suerte —le susurró Ron cuando se iban.
Al Lirya no estar cubierta por la capa y al ser razonable que se vaya de la sala común ya que no era la suya no se vio raro que alguien salga a esa hora.
Harry llevaba el huevo de oro bajo la capa, algo que le resultaba muy incómodo por lo pesado que este era. Los corredores estaban iluminados por la luz de la luna, vacíos y en silencio, mientras caminaban Lirya miraba el mapa para no encontrarse con alguien que quisieran evitar. Cuando llegaron a la estatua de Boris el Desconcertado —un mago con pinta de andar perdido, con los guantes colocados al revés, el derecho en la mano izquierda y viceversa— Lirya localizó la puerta, se acercó a ella y, tal como le había indicado Cedric el día anterior, susurró la contraseña:
— Frescura de pino.
La puerta chirrió al abrirse. Harry se deslizó por ella, mientras Lirya se quedaba haciendo guardia. Se quedo sola en los corredores mirando a los costados y cada tanto mirando el mapa, en un momento le pareció oír voces dentro del baño, pero pensó que solo era su imaginación. Harry se había llevado la capa así que tenía que estar muy atenta, ya que, a diferencia de Harry, ella si podía ser vista.
La Hufflepuff vagaba en sus pensamientos mientras esperaba a Harry, se reprimió a sí misma al acordarse que no le había dado los dulces a su tío Moddy, rápidamente hizo una agenda mental las cuales incluían escribirle a su padre, ayudar a Hannah y ahora darles los dulces a Moddy.
