-Chapter 20

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"una invitación inesperada"

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"una invitación inesperada"

Lirya estaba junto, a los hufflepuff y Gryffindor de su año, en un aula la cual nunca había visto antes. La profesora McGonagall y la profesora Sprout hablaban en susurros mientras todos los alumnos se sentaban a los dos lados del aula, las chicas de un lado y los chicos de otros. Lirya estaba junto a Hannah y Hermione, y veía como Harry y Ron se reían delante de ella.

—¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren atender? 

 La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron.

—Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad —dijo la profesora McGonagall dirigiéndoles a los dos una mirada de enfado cuando la cabeza de la merluza de Harry cayó al suelo (súbitamente cortada por el pico del loro de hojalata de Ron) —, tenemos que decirles algo a todos ustedes. 

 » Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo deseáis podéis invitar a un estudiante más joven... 

 Lavender Brown dejó escapar una risita estridente. Parvati Patil le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a Harry. La profesora McGonagall no les hizo caso, lo cual le pareció injusto a Harry, ya que a Ron y a él sí que los había regañado. 

 —Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora Sprout—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche.

—Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación. 

 Lavender se río más fuerte, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido. Harry comprendió dónde estaba aquella vez lo divertido: la profesora McGonagall, que llevaba el pelo recogido en un moño muy apretado, no parecía haber echado nunca una cana al aire, en ningún sentido. 

 —Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora Sprout— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Nos disgustaremos muy seriamente si algún alumno de Gryffindor o Hufflepuff deja en mal lugar al colegio.

Ron susurraba al oído de Seamus Finnigan cuando la profesora McGonagall se dio cuenta.

—Señor Weasley.

—¿Sí? —Ron hablaba en un tono nervioso.

—Me permite por favor —dijo la profesora extendiéndole la mano. 

Lirya Black || H. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora