-Chapter 12

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"El perro, el gato y la rata"

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"El perro, el gato y la rata"

Lirya contenía las lágrimas bajo la capa. Los cuatro se habían quedado paralizados. Los últimos rayos de sol arrojaron una luz sanguinolenta sobre los terrenos de Hogwarts, en los que la sombras se dibujaban muy alargadas. Detrás de ellos oyeron un aullido salvaje.

—¡Hagrid! —susurró Harry. Sin pensar en lo que hacía, fue a darse la vuelta, pero Lirya lo agarro por los brazos. 

 —No podemos —dijo Lirya, blanca como una pared—. Se verá en un problema más serio si se descubre que lo hemos ido a visitar... 

 Hermione respiraba floja e irregularmente. 

 —¿Cómo... han podido...? —preguntó jadeando, como si se ahogase—. ¿Cómo han podido? 

 —Vamos —dijo Ron, tiritando. 

 Reemprendieron el camino hacia el castillo, andando muy despacio para no descubrirse. La luz se apagaba. Cuando llegaron a campo abierto, la oscuridad se cernía sobre ellos como un embrujo. 

 —Scabbers, estate quieta —susurró Ron, llevándose la mano al pecho. La rata se retorcía como loca. Ron se detuvo, obligando a Scabbers a que se metiera del todo en el bolsillo—. ¿Qué te ocurre, tonta? Quédate quieta... ¡AY! ¡Me ha mordido! 

 —¡Ron, cállate! —susurró Hermione—. Fudge se presentará aquí dentro de un minuto... 

 —No hay manera. Scabbers estaba aterrorizada. 

Se retorcía con todas sus fuerzas, intentando soltarse de Ron. 

 —¿Qué le ocurre? 

 Pero Lirya acababa de ver a Crookshanks acercándose a ellos sigilosamente, arrastrándose y con los grandes ojos amarillos destellando pavorosamente en la oscuridad. Lirya no sabía si el gato los veía o se orientaba por los chillidos de Scabbers. 

 —¡Crookshanks! —gimió Hermione—. ¡No, vete, Crookshanks! ¡Vete! 

 Pero el gato se acercaba más... 

 —Scabbers... ¡NO!  

Demasiado tarde... La rata escapó por entre los dedos de Ron, se echó al suelo y huyó a toda prisa. De un salto, Crookshanks se lanzó tras el roedor; y antes de que Lirya, Harry y Hermione pudieran detenerlo, Ron se salió de la capa y se internó en la oscuridad. 

 —¡Ron! —gimió Hermione.

 Ella, Lirya y Harry se miraron y lo siguieron a la carrera. Era imposible correr a toda velocidad debajo de la capa, así que se la quitaron y la llevaron al vuelo, ondeando como un estandarte mientras seguían a Ron. Oían delante de ellos el ruido de sus pasos y los gritos que dirigía a Crookshanks. 

Lirya Black || H. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora