-Chapter 7

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"La marca tenebrosa"

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"La marca tenebrosa"

Rápidamente Cedric agarro a Lirya del brazo para no perderla cuando se vieron rodeados por la multitud que abandonaba el estadio para regresar a las tiendas de campaña. El aire de la noche llevaba hasta ellos estridentes cantos mientras volvían por el camino iluminado de farolas, Lirya no podía parar de sentir que ese lugar ya lo conocía, y los leprechauns no paraban de moverse velozmente por encima de sus cabezas, riéndose a carcajadas y agitando sus faroles. Cuando por fin llegaron a la tienda, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a ellos, el señor Diggory consintió en que tomaran todo juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse. No tardaron en enzarce en una agradable discusión sobre el partido. El señor Diggory se mostró en finalizado el análisis del partido hasta que Lirya cerraba los ojos cada tanto por el sueño. Entonces los mandó a todos a dormir. Desde el otro lado del campamento llegaba aún el eco de cánticos y de ruidos extraños.

Lirya, que se había acostado en una de las literas superiores, encima de Ricky, estaba boca arriba observando la lona del techo de la tienda, en la que de vez en cuando resplandecían los faroles de los Leprechauns. Lirya buscaba en su mente alguna señal de haber estado ahí antes, ya que tanto el prado como el bosque y el ambiente se le hacían conocidos, pero ella nunca había ido a acampar y menos había caminado por la zona. Lirya a causa del cansancio recurrió a su imaginación para dormirse, se imaginaba a ella misma en el campo de quidditch sosteniendo la quaffle y anotando más puntos que cualquiera en la cancha. 

Lirya no sabía si había llegado a dormirse o no; lo único que supo fue que, de repente, el señor Diggory estaba gritando.

—¡Levántense! ¡Lirya, Ricky... rápido, levántense, es urgente!

Lirya se incorporó de un salto y se golpeó la cabeza con la lona del techo.

—¿Qué pasa? —preguntó, pero en el fonde ella creía saber lo que estaba pasando.

Los ruidos del campamento parecían distintos. Los cánticos habían cesado. Se oían gritos, y gente corría.

Lirya se bajó de la litera agarro su chaqueta, su varita y salió a toda prisa de la tienda, delante de Ricky.

A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, pudo ver a gente que corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo, algo que emitía extraños destellos de luz y hacía un ruido como de disparos de pistola. Llegaban hasta ellos abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que iluminó la escena. 

 A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas. Lirya entornó los ojos para distinguirlos mejor. Parecía que no tuvieran rostro, pero luego comprendió que iban tapados con capuchas y máscaras, su sueño se volvía realidad. Por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había cuatro figuras que se debatían y contorsionaban adoptando formas grotescas. Era como si los magos enmascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos invisibles que surgían de las varitas. Dos de las figuras eran muy pequeñas. 

Lirya Black || H. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora