-Chapter 24

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"La segunda prueba"

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"La segunda prueba"

Lirya caminaba hacia la oficina de su tío Moddy con la bolsa de dulces en mano, Moddy había actuado extraño el último tiempo, pero hizo caso omiso y fue a la oficina. Al llegar toco la puerta y luego entro, el despacho se encontraba abarrotado de extraños objetos que Moody debía de haber empleado en sus tiempos de auror. En el escritorio había algo que parecía una peonza grande de cristal algo rajada. Lirya enseguida se dio cuenta de que era un chivatoscopio. En un rincón, sobre una mesilla, una especie de antena de televisión de color dorado, con muchos más hierrecitos que una antena normal, emitía un ligero zumbido. Y en la pared, delante de Lirya, había colgado algo que parecía un espejo pero que no reflejaba el despacho. Por su superficie se movían unas figuras sombrías, ninguna de las cuales estaba claramente enfocada.

—Hola Brown. —eso era extraño, Moody nunca la llamaba por su apellido, siempre la llamaba con el apodo que le había puesto Elizabeth, el cual era Ria.

—Hola Alastor —respondió Lirya sin hacer caso a como la había llamado—. Te traje los dulces del primero de enero.

Moody agarro la bolsa, confundido y la reviso. Estuvo un rato viendo que tenía, claro no había mucho ya que Moody no era fan de los dulces. Pero Lirya se sorprendió cuando le dijo:

—No hay chocolate.

Ella lo miro confundida, él nunca había sido fan del chocolate, solo lo comía si había estado cerca de dementores, lo que no pasaba seguido.

—¿Desde cuándo te gusta el chocolate? 

Ojo loco Moody se puso nervioso, Lirya vio como su ojo mágico miro el cofre a un costado de la habitación, aunque rápidamente volvió la mirada a Lirya.

—¿Que? No, no me gusta. Ahora vete niña, tengo cosas que hacer.

Lirya aun extrañada por cómo había actuado Alastor, su forma de actuar y hablar con ella era muy diferente, su tío nunca actuaba así con ella.

Luego de toda esa extraña situación Lirya camino al aula de encantamientos, ya estaba llegando tarde y estaba bastante lejos, asique empezó a correr. Cuando llego se sentó en un pupitre justo al final del aula de Encantamientos junto a Harry, Ron y Hermione. Aquel día tenían que practicar lo contrario del encantamiento convocador: el encantamiento repulsor. Debido a la posibilidad de que ocurrieran desagradables percances cuando los objetos cruzaban el aula por los aires, el profesor Flitwick había entregado a cada estudiante una pila de cojines con los que practicar, suponiendo que éstos no le harían daño a nadie, aunque erraran su diana. No era una idea desacertada, pero no acababa de funcionar. La puntería de Neville, sin ir más lejos, era tan mala que no paraba de lanzar por el aula cosas mucho más pesadas: como, por ejemplo, al propio profesor Flitwick. 

 —Olvidaos por un minuto del huevo ese, ¿queréis? —susurró Harry, mientras el profesor Flitwick, con aspecto resignado, pasaba volando por su lado e iba a aterrizar sobre un armario grande—. Lo que quiero es hablaros de Snape y Moody... 

Lirya Black || H. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora