Capítulo 26: Episkyros

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"Obtuvo la pelota y se echó a reír, cuando se la pasó a un jugador y,

al mismo tiempo, dijo que se la pasaría a otro"

Antífanes



Esparta

Unos días después


     —¡Vamos, Timón, anímate! —insistió Dienekes—. ¿El entrenamiento de la mañana con Artemis acabó contigo?

     Se rio por lo bajo y golpeó a Timón en el hombro. Timón meneó la cabeza.

     —Deberías verla entrenar... —comentó pensando en la habilidad de Artemis usando espada a doble mano—. De todos modos, ya te dije que me siento más cómodo observando. Yo nunca he jugado.

     Timón conocía vagamente el juego. Lo había visto una o dos veces y podía hacerse una idea del estilo espartano de episkyros.

     —Tranquilo, les pediré a mis muchachos que no sean muy duros contigo, ¿qué dices? —lo pinchó.

     —Que tendrás que pedirme a mí que no sea demasiado duro con los demás —respondió sonriendo.

     —¡Excelente! —celebró Dienekes—. ¡Sabía que tu orgullo te haría hacer lo que fuera!

     —Ya verán tus muchachos, espartano —alardeó Timón mientras comenzaba con algunos ejercicios de calentamiento—. Pero espera, nunca he jugado ni me he interesado demasiado en ello. Tendrás que decirme qué hacer...

     —Es muy sencillo, mira. —Dienekes se tronó los dedos de la mano estirándolas hacia adelante—. Tenemos dos equipos de catorce integrantes cada uno, ¿bien?

     —Bien.

     —Como recordarás, el campo de juego es bastante amplio y se divide en dos partes iguales, con una línea blanca en el medio y otra línea blanca en el final de ambos lados.

     —Sí, lo recuerdo. Cada equipo invade el campo del contrario.

     —Sí... no, no exactamente así.

     —¿Entonces?

     —El objetivo del juego es que ocho jugadores de un mismo equipo, es decir, la mayoría, pasen la línea que defiende el equipo rival con la pelota en su poder. Una vez que pasan los ocho, ese equipo gana.

     —Bien, ¿y qué pasa cuando un jugador cruza la línea?

     —Ese jugador deja de participar y espera, pero antes tiene que pasar la pelota con su mano a un compañero libre, que estará esperando desde su lado del campo; este puede tomarla con la mano para recibirla.

     —Y vuelven a empezar —dijo Timón.

     —¡Exacto! Pero con un hombre menos.

     —Parece fácil, ¿alguna otra regla que deba conocer?

     —Dos más. La línea se debe cruzar con la pelota en posesión, pero llevándola con el pie, no con la mano.

     —¿Y la segunda?

     —Solo está permitido golpear al jugador que lleva la pelota.



Hoplita: La venganza del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora