Maya Walker
Al salir de la consulta me voy hacia el ascensor, una vez dentro dudo sobre que hacer y miro los varios botones dudando de que pulsar. Pulso el cero para poder bajar a la planta baja, pero cuando las puertas se abren ante mí niego con la cabeza antes de volver a acercarme a los botones y pulsar el número 10 que es la planta que da a la azotea.
Por alguna razón siento como si el ascensor subiera más lento de lo normal y cuando las puertas vuelven a abrirse delante mio, me quedo algo dudosa.
—Mierda—Murmuro cuando veo como se empiezan a cerrar las puertas de nuevo, así que pulso el botón para detenerlas y entonces salgo.
Miro a mi alrededor y entonces veo un letrero que indica el camino hacia la azotea. Subo unas cuantas escaleras y entonces me topo con una gran puerta, después de pasar por ella, siento el aire en mi cara y suspiro un poco.
—Maya Walker—Me llama Michael cuando ve que me acerco a él y juraría que puedo ver cierta diversión en su rostro —Bienvenida a la azotea—Añade antes de mover sus brazos como indicandome que mire el sitio.
—Oh wow, esto es increíble—Comento acercándome a él mientras observo las vistas que hay desde aquí arriba. -No me puedo creer que nunca haya estado aquí.
Nunca he pensado que esta ciudad sea demasiado bonita, pero verla desde aquí mientras empieza a anochecer hace que las cosas sean distintas.
—Es increíble y tranquilo—Me explica. —Nunca me he encontrado a nadie aquí y eso que vengo muy seguido.
—¿De verdad nunca te has encontrado a nadie?—Pregunto curiosa y él niega. —Pues no saben lo que se pierden.
—Hasta hace unos minutos tu también te lo perdías—Murmura pensativo. —¿Cómo es que has decidido subir?
—Porque un chico de pelo rojo me recomendó hacerlo—Respondo y él se ríe un poco.
—¿Ahora vas a hacer todo lo que te recomiende?—Me pregunta con diversión, antes de sentarse en el suelo.
—Sigue soñando Crawford—Me río y me siento a su lado.
—Lo haré—Asiente y me observa, lo que por alguna razón me pone nerviosa.
Nos quedamos durante unos minutos en silencio, desde luego parece que los dos tenemos muchas cosas en la cabeza, pero en realidad no me resulta nada incómodo este silencio, más bien todo lo contrario.
—No sé si debería preguntar esto y estás en tu derecho de no responderme pero, ¿hace mucho que haces las sesiones con Spencer?
—El mes pasado hizo dos años y medio desde que empecé a venir—Responde y me observa con sus ojos verdes, que en este caso con la luz se ven algo más claros. —¿Y tú?
—A finales del mes que viene hará un año—Murmuro. —¿Que estabas escuchando?—Pregunto para cambiar de tema, fijándome en los auriculares que ha dejado a su lado.
—La banda del concierto del sábado pasado—Responde y busca su teléfono en el bolsillo para desbloquearlo y enseñarme la pantalla. —Son realmente buenos—Añade.
—La verdad es que si que son buenos—Asiento y me mira curioso. —Yo también los he estado escuchando—Añado. —Sigo alucinando con la edad que tiene el cantante.
—¿Cuántos años tiene?—Me pregunta curioso y me río levemente.
—Dieciséis años—Respondo.
—¿Qué?—Me mira sorprendido. —Eso es imposible—Se queja y yo niego con la cabeza. —Pues tiene mucho talento, espero que consigan captar la atención de más gente.
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Perfectamente imperfectos
RomanceTodos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende? Maya siempre ha sido de las chicas popular...